Quedar en la casa
de siempre con la gente de siempre. Sentarse en el mismo sitio que las otras
veces, llevando la
misma camisa y el mismo afán infinitivo que aquel día en Estocolmo,
llevando los mismos calzoncillos, pantalones, calcetines, botas de las otras
veces. Tomar cada uno el mismo asiento que las otras veces, disponerse igual
frente a la tele, respirar hondo, mirar el reloj.
Mirar la
alineación, respirar tranquilo, pensar que cuando uno se sabe de memoria una
alineación es que el equipo es de fiar. Ver el atuendo visitante, tener una
duda, recordar otros partidos en los que la misma camiseta funcionó bien,
respirar tranquilo de nuevo. Hacer silencio, mirar la tele, escuchar a los
comentaristas del Plus, irritarse levemente, luego más, luego menos, luego a
ratos. Mirar al equipo con los ojos entornados, intentar descifrar eso que vemos los que vemos todos
los partidos, esto es, si el equipo está
bien, si los muchachos están bien, si las cosas fluyen. Ver que sí, que fluyen;
respirar hondo, respirar tranquilo, comentarlo con los vecinos de sofá y
compañeros de angustia; estamos bien, señores, estamos bien, hemos salido bien,
sabemos a lo que hemos salido, no es el equipo del día del Málaga. Ver cómo pasan
los minutos, tener el estómago cerrado, la boca cerrada, los ojos abiertos. Ver
cómo el Atleti es superior, cómo sabe a lo que juega, cómo lo demuestra. Animar
a los demás, hay que creer, señores, el equipo está bien, Gabi está bien, si
Gabi está bien no hay que temer.
Ver cómo se
lesiona Diego Costa corriendo por la parte baja de la televisión, antes de que
lo diga el comentarista. Ver cómo hace un amago de seguir, ver cómo para
inmediatamente, ver cómo se tira al suelo, cómo pide asistencia, cómo se
acercan compañeros y rivales a ver cómo está, entender que no seguirá jugando,
maldecir. Escuchar atónito a la afición rival redoblar el esfuerzo al animar,
levantar los hombros, decir “vaya tela”.
Decir bueno, no pasa nada, ver cómo
sale Adrián, ver a Costa llorando, maldecir en voz baja, confiar en voz alta.
Ver cómo Arda se lleva un golpe, ver cómo se tira al suelo, ver cómo pide
asistencia, cómo se acercan compañeros y rivales a ver cómo está, entender que
no seguirá jugando, maldecir de nuevo. Escuchar atónito a la afición rival
abucheando al lesionado, decir de nuevo “vaya
tela”. Decir bueno, no pasa nada, a
ver cómo sale Raúl, ver a Arda llorando, maldecir de nuevo en voz baja,
confiar en voz aún más alta.
Seguir confiando,
ver al equipo algo despistado, apretar la mandíbula. Ver cómo un balón llega al
área, ver cómo Messi la para medio mal, ver cómo Alexis tira a puerta, ver la
red moviéndose, entender que fue gol al ver a Alexis corriendo, no entender
nada sin embargo. Esperar a la repetición, decir “Dios mío qué golazo, no se lo cree ni él, vaya tela”, mirar a
derecha, mirar a izquierda, mentir, decir “yo
estoy tranquilo”.
Esperar un
ratito, darse cuenta de que en realidad uno sí confía, volver a decirlo, sin
mentir esta vez. Ver cómo el Atleti se va arriba y fuerza corners, invocar a
los altos en todos y cada uno de los saques de esquina, vamos Mirandinha, vamos Uruguayo, vamos Raúl, vamos chavales. Ver
cómo el árbitro pita el final del primer tiempo. Levantarse, girarse al resto,
decir “somos mejores, sabíamos que
marcarían, estamos como estábamos, hay que confiar”. Darse la vuelta,
pensar si lo que se acaba de decir se cree o se quiere creer; llegar a la
conclusión de que se cree de verdad, darse la vuelta de nuevo, decirlo de
nuevo, esta vez a voces: SOMOS MEJORES, HAY
QUE CONFIAR. Abrir una ventana, mirar fuera, respirar hondo.
Volver a
sentarse, esperar al inicio del segundo tiempo, acomodarse en el sofá,
desacomodarse inmediatamente. Tocar compulsivamente un objeto talismán de
madera, hacer rebotar las rodillas, apretar las manos, apretar los dientes.
Leer entre líneas, ver al equipo enchufado, decir “vamos muchachos”. Ver el poste de Villa, dar un salto, sentarse con
las manos en la cabeza. Ver cómo sale un balón a córner, oír cómo el vecino de
asiento dice “aquí llega el gol”,
mirarle, ver cómo confirma “aquí llega el
gol, créeme, es gol”. Ver cómo sale el balón hacia el área, ver un barullo,
ver cómo se eleva Godín, ver la red moviéndose. Girarse mirando con los ojos lo
más abierto posible al vecino de sofá. Oír cómo dice “te lo dije”, notar que sale por fin la voz, gritar GOOOOOOOL, tensar todos y cada uno de
los músculos del cuerpo, gritar de nuevo GOOOOOOL,
pegarse un abrazo de los que duelen, de los que aprietan. Pegarse otro abrazo y
otro y otro y dar un beso y otro y otro a todos los que están saltando por la
casa. Gritar de nuevo, dar más besos, más abrazos. Recuperar momentáneamente la
compostura, beber agua, dar un paseíto por el cuarto con las manos en la nuca,
volver a sentarse tras cinco minutos.
Ver que el Atleti
es mejor, decir que el Atleti es mejor. Mirar al suelo, tocar la madera, mirar
al reloj, tocar la madera, mirar al suelo, mirar al reloj, batir las rodillas, mirar
a un lado, tocar la madera, mirar al suelo. Levantarse un momento, subirse una
pernera, subirse otra, mirar al suelo, tocar la madera, mirar al reloj, decir “vamos” muy bajito. Mirar a un lado,
mirar a otro, ver la cara del resto, decir “somos
mejores”, pensar que somos mejores, mirar el reloj, tocar la madera. Dar un
sorbo al agua, tocar la madera, besar la madera, mirar al suelo, mirar al
reloj. Levantar rítmicamente los talones, sacudir las rodillas, mirar al suelo,
notar una mano que se posa en la rodilla, mirar y ver al compañero que dice “somos mejores”, contestar “sí, sí lo somos”, tocar la madera, mirar
al reloj. Mirar al reloj, mirar al reloj, mirar al reloj. Mirar al reloj. Ver
el final del partido. Entender que somos campeones de liga 18 años después.
Hincarse de
rodillas, con los brazos abiertos, gritar SIIIIIIIII.
Ver cómo el resto salta, se abraza, se besa, seguir con las rodillas clavadas
en el suelo, romper a llorar.
Llorar cinco
minutos seguidos sin saber muy bien cómo parar, recibir abrazos, besos,
empujones. Intentar recobrar la compostura, dar besos, abrazos, gritos. Mirar
el móvil, ver 200 mensajes recibidos, intentar leerlos, intentar contestarlos,
no conseguir ni lo uno ni lo otro porque siguen entrando. Ver mensajes de
números desconocidos, de números extranjeros, de gente a la que hace años que
uno no ve. Ver mensajes en otros idiomas, de números que uno no reconoce, de
gente de la que uno casi se había olvidado, recibir dos o tres llamadas de las
que sí hay que contestar inmediatamente, recibir otras cuyo autor debería
entender que ya le llamarás cuando pase el desconcierto.
Echarse las manos
a la cabeza pensando que el equipo ha ganado la liga 18 años después, mirar la
tele de reojo. Ver a Gabi llorando de rodillas también, ver a Raúl García
uniéndose. Ver al Mono Burgos abrazarse a Simeone, escuchar la preciosa ovación
de Nou Camp que no sólo redime los pitos durante las lesiones, sino que se le
queda a uno en la memoria para los restos. Mirar por la ventana, empezar a ver
coches que pasan con bufandas en la ventana tocando el claxon, camino del
centro. Ver cómo la parada del autobús se llena de chicas con camisetas del
Atleti, ver el autobús que llega ya repleto de gente de rojo y blanco. Darse
cuenta de nuevo que el equipo ha ganado la liga, 18 años después. Recordar la
fiesta en Neptuno el día del Doblete, el sol en la grada de lateral durante el
partido del Albacete, el centro de Madrid colapsado desde primeras horas de la
mañana, la pierna rota que uno lucía (gentileza de un central flamenco de 100
kilos con poco respeto por los mediocentros extranjeros), la calle Huertas
compacta de gente en rojo y blanco, el Anvick Club convertido en Pantic Club
por obra y gracia de un rotulador Edding de punta gorda, la prensa del día
siguiente.
Entrarle a uno
las prisas por ir al centro, coger la bufanda antigua, la del escudo bordado
que ya empieza a deshacerse. Coger las llaves de la vespa, ir hacia el centro
tocando el pito, saludando a los coches, viendo el río rojo y blanco que baja
por O’Donnell y Alcalá camino de la Puerta de Alcalá. Reunirse en el punto
convenido, Barquillo 22, enclave mítico en la historia del Atleti. Cantar el
himno, coger la calle Barquillo hacia abajo, torcer en Alcalá, enfilar Neptuno.
Ver a uno, dos, tres compañeros de colegio a los que uno no veía hace años,
abrazarse con ellos, abrazarse con un señor de Zamora que pasa por ahí. Llegar
al punto convenido, abrazarse con los amigos, dar saltos con los amigos,
abrazarse con Panadero Díaz, ahí es nada. Cantar el himno moderno, cantar el
del Metropolitano, cantar el moderno de nuevo, notar que se queda uno sin voz.
Quedarse callado viendo el espectáculo de Neptuno, los miles de personas, los
niños y niñas, los conocidos, los desconocidos. Los canosos que saltan como
críos, los críos que creen que esto de venir a Neptuno cada año es normal,
alguna anciana a la que la multitud facilita el paso abriéndose espontánea y
respetuosamente como un banco de peces rojiblancos que se mueven al unísono y
sin saber bien por qué. Mirar los perros con bufanda, las familias enteras con
cara reluciente y camisetas rojiblancas, las niñas chicas con coletas y la cara
pintada, los tipos maduros que, menos expresivos que el resto, están sin
embargo aún más contentos porque saben lo que costó llegar aquí de nuevo.
Cenar, beber
cerveza, dar saltos, darse abrazos. Darse realmente cuenta de lo que ha pasado,
empezar a entender lo que ha pasado en realidad. Ver en la televisión de los
bares lo que está pasando, ver lo que la gente opina del equipo, ver cómo el
equipo es un ejemplo para mucha gente, para muchas cosas, para muchos otros.
Ver la prensa extranjera, ver lo que esto significa, ver lo que realmente
implica la vuelta del Atleti Grande en un momento difícil y en medio de dos
clubes sobreprotegidos y que parten con ventaja. Ver que en todo el mundo se
pone al Atleti de ejemplo, ver que en las gradas de campos de equipos modestos pero
históricos de toda Europa se desea suerte al Atleti y se le da la enhorabuena.
Entender que
volvió un grande porque peleó como un pequeño, que el Atleti recuperó el trono
a codazos a pesar de las rémoras del palco, de los colaboracionistas de los
medios, de los cenizos, de los mediocres. Comprobar que el Atleti, sus
jugadores y su camiseta vencieron a golpes y centímetro a centímetro al
sistema, a sus propios problemas internos, a su directiva incompetente, a los
periodistas cobardes, a los asustadizos que encontraron en el Pupas la coartada
para no pelear, a los catastrofistas, a los envidiosos, a los descreídos, a los
agoreros, a los tristes.
Entender que ahí
mismo, en el centro del mundo, está el Atleti y estamos nosotros. Nosotros, los
de siempre, los del equipo de cuando éramos niños, de cuando ganábamos y
perdíamos, de cuando pensábamos que esto no pasaría nunca. Nosotros, los de la familia
entera de rojo y blanco yendo al campo, los de las colas antes de las finales,
los de la rabia los domingos de vergüenza, los del abono de cupones y la
renovación en Segunda. Nosotros, los que no nos movimos de su lado en los días
difíciles y damos un paso atrás para que celebren otros en primera línea en los
días grandes. Nosotros, los Otros, los del otro lado, los diferentes, los
elegidos, los apestados. Nosotros, los de Gárate, los de Molina, los de Dirceu,
los de Alemao. Los de Ayala, los de Adelardo, los de Escudero, los de Falcao. Los
de Torres, los de Pantic, los de Arteche, los de Luis. Los de Griffa, los de
Gabi, los de Pereira, los de Courtois.
Nosotros, los que
sabemos quiénes somos, los que llevamos en esto más que el oso del escudo, los
que no sabríamos qué somos si no fuéramos nosotros, los otros.
Nosotros, los que
nunca podremos agradecer lo suficiente a Simeone lo que ha hecho por nosotros. Nosotros,
los del Atleti.
Los del Atleti.
65 comentarios:
https://www.youtube.com/watch?v=u3C3zSkFEIA
Esto no ha hecho mas que empezar.
Que Alegria Señores !!!!!
Los del Atleti, nos lo merecemos.
Gracias Cholo, cuerpo técnico, jugadores, son un EQUIPAZO de Leyenda.
Y si Nuestro Capitán dice que lo mejor está por llegar......
Nunca dejaremos de creer.
Salud y Aúpa Atleti !!!!
PD.: Fue un placar conocerle personalmente por medio de nuestro admirado Jorge Lera.
¡¡¡Oooooooleeeeee!!!
(oiga)
Carlos, eres un grande.¡Forza atleti eternamente!
¡Impresionante, Carlos! Como todo lo que escribes. Yo también creí, como cuando el hijastro de Liam Neeson dice: "Dejemos que el amor nos cruja a leches" o como un gran capitán cargado de fe inquebrantable, no lo sé, la verdad, pero creí.
Queda Lisboa y también creo, sin fisuras. Sólo queda esperar.
Enhorabuena atléticos, somos los mejores y sólo podemos mejorar.
No paren de escribir. Cualquier letra se hace poca para los Otros, los del Atleti.
Muchas felicidades a todos. Se lo merecen (nos lo merecemos) completamente. ¡Y gracias por compartir su alegría! Es contagiosa.
D. Carlos, cuánto ha tardado usted en publicar esta crónica¡¡¡, por favor, no tarde tanto la próxima vez...es un no parar de llorar y llorar y volver a llorar...pero de alegría !!!!
Solo desde un corazón rojiblanco se puede escribir con esta emoción. Gracias por todos tus escritos, también ellos nos han llevado poco a poco hasta esta meta soñada.
Espero la crónica de esa final que algunos, pocos, ya perdimos hace cuarenta años para salir llorando de un maldito piso de estudiantes en la glorieta de Embajadores rumbo a las viejas tabernas de Lavapiés que nos acogieron para envolvernos en el olvido momentaneo.
El sábado los nuevos pubs de la época me volverán a acoger para celebrar una copa de Europa, esa es la nuestra, no la llaméis champions.
¿Y la rebeca con coderas dónde queda? Espero que la luzca en Lisboa, que debiera ser la capital de Iberia. Enhorabuena. Un saludo.
PD
La rebeca, ¿cómo es? ¿La puede describir? ¿Es mullidita, de pelo largo?
TODO EN CONTRA
Es de justicia y razonable celebrar un título como la Liga teniendo en cuenta lo que conlleva y contra quién se consigue. Pero creo que esto nos va a jugar en contra aparte de una serie de razones:
1. La lesión de Diego Costa en el partido que mejor se adapta a sus cualidades. Sabemos que clase de atributos hay que tener cuando uno se enfrenta a una defensa que te pisa por detrás, te pisa la mano, te echa los mocos.... No confío en que los delanteros que le sustituyan tengan el carácter que hace falta. Villa lo viene haciendo horrible, por ejemplo.
2. ¿Deberes hechos?: La celebración de este fin de semana supone cortar la tensión competitiva del equipo. Se produce una sensación de bajada de tensión que resta hambre por lo siguiente victoria. Se puede producir, también, una sensación de trabajo cumplido que te quita “el hambre” para pelear por el siguiente trofeo. Además de todo esto está el hecho de la confianza que genera y el exceso de confianza conduce inmediatamente a la derrota.
VAMOS, ES LO PEOR QUE TE PUEDE PASAR AÚN SIENDO UN TROFEO CONQUISTADO.
3. Miedo escénico: Sería interesante que nuestros jugadores visionaran las finales que Valencia y Bayern Leverkusen disputaron contra los delincuentes de blanco. Ambos eran superiores y habían protagonizado temporadas fantásticas …., y perdieron. De hecho pasaron por la final como verdaderos hologramas asustados. DARÍA MUCHÍSIMA RABIA PASAR DE PUNTILLAS POR ESA FINAL. NO QUEREMOS QUE ESO PASE.
El escenario, todos los actos y los fastos que se organizaran alrededor NO DEBEN DESLUMBRAR A NUESTROS JUGADORES QUE DEBEN CENTRARSE EN EL TRABAJO QUE TIENEN QUE HACER.
4. Línea arbitral: Este punto se da por perdido siempre en nuestro caso. Pero lo que mas miedo da es el tema de que llegue a amedrentar a nuestros jugadores. Se prevé un alubión de pisotones por detrás, mocos y escenitas. NUESTROS JUGADORES NO PUEDEN DEJARSE AMEDRENTAR, TENDRÁN QUE ESTAR A LA ALTURA.
5. Para jugar una final NECESITAMOS QUE HAYA FINAL: Y es que ¿cuántas veces ha ocurrido? La afición se prepara, el ambiente parece propicio y…. antes de que uno se ubique en su localidad el marcador ya está en contra. ¿SEREMOS CAPACES ALGUNA VEZ DE QUE ESTO NO OCURRA? Siempre ocurre algo que hace que el desarrollo del partido no sea normal y para nosotros es VITAL. POR FAVOR SEÑORES, EVITEN LA CAGADA DE SIEMPRE EN EL PRIMER MINUTO (lesión, expulsión, gol en contra, gol en propia puerta, resbalón…)
Creo que Simeone todavía no ha demostrado poder superar el trauma que supone para nuestros jugadores jugar contra esos de blanco. Ocurrió en la eliminatoria de copa reculando con un 4-2-3-1 y nuestros jugadores parecían clones que se les había olvidado jugar.
Por otro lado, mucho y bueno se habla del Atleti estos días. Contra más alta es la subida más alta es la caída. Suele ocurrir.
¡¡Que bote el troll!!
mae mía
Redondo.
¡¡Que bote el troll!!
Don Fran Omega, ya tenemos mensaje del troll!!! La Copa de Europa está más cerca!
Don Carlos, ¡qué suerte ser Atlético! ¡Que suerte tener este blog! ¡Que suerte poder compartir este espacio con todos ustedes!
¡¡Cuánto miedo tiene que haber por Castellana para que tengan que venir aquí a autoconvencerse!! Normal, yo también tendría miedo si me enfrentará a un equipo al que nunca le he ganado una final. Eso tiene que pesar en el ánimo de un equipo y de una afición. Ese miedo a que te humillen una vez más los de siempre.
No sé si comparten conmigo ese desapego por las celebraciones programadas con horario, DJ y Speaker tan de moda últimamente en Neptuno. Yo estuve allí el sábado y no el domingo y no me arrepiento lo más mínimo. Me pareció mucho más espontánea y emotiva. Dicho esto respeto totalmente a los que prefieran lo del domingo, que seguramente permitió que acudieran muchos más niños.
Un abrazo a todos
PabloRL
Lo del "speaker" provoca un intenso alipori, como dicen en Albacete.
¡Efectivamente, Don Pablo RL!!.
Y miren que Don Dueño menciona expresamente en su crónica a los agoreros, a los tristes y demás fauna, ¿eh?.
Yo, que empecé hace años aquí, siendo "del sector optimista" -¡Y que Viva el Frente Omeggy!- hace mucho que me siento superado por los acontecimientos. Han quedado anticuados los optimismos, y son absurdos los pesimismos. Todo se reduce simplemente a Fe.
Efectivamente: nunca se lo podremos agradecer lo suficiente al Cholo.
Gustar y no tener más palabras que esa, más otra que es agradecer.
La Srta Grandes me ha llamado "redondo". Teniendo en cuenta que "cuadrado" es normalmente piropo, esto es una afrenta de las gordas
Es difícil identificarse más con un relato respecto a lo vivido el sábado....
Salvando las cervezas en lugar de los tragos de agua que bebía el Sr. Fuentes, lo que no perjudica tanto la memoria y ayuda, sin duda, a poder contar mejor esa preciosa tarde.
Gracias por el relato amigo.
¿Redondo?, ha dicho ... ¿redondo?
Ein?
Aloysius
Se dice por ahí arriba que: "contra más alta es la subida...". Bien, pues subiditos ya sabemos quienes suelen ir, no precisamente nosotros (los otros). Lo nuestro, lo de ahora, es muy sencillo; es una cuestión de fe. Si lo dice el Cholo, si lo dice Gabi (lo mejor está por venir) pues se cree y Santas Pascuas, ¡oiga!
Que alegría el sábado. Enhorabuena a todos Vds, señores Campeones de Liga.
Mil gracias señor Fuentes, por comprender y transmitir como nadie el sentimiento atlético. Es como si usted se metiera dentro de la piel de uno, es increible.
Descubrí su blog, del que soy puntual aunque silencioso espectador, desde los tiempos infames. Sus crónicas y los comentarios del resto de los compañeros fueron un faro en la oscuridad y la tormenta, más aún para uno que vive en provincias ultraperiféricas.
Ahora, gracias a este legendario equipo y a la revolución que acaudilla el Cholo, sus crónicas ya son la espléndida guinda a este delicioso pastel, al que solo le falta un poco de merengue el sábado...
Mil gracias a Vd y a los "muchachos", como decimos en las Afortunadas.
Don Vito, estoy aqui.
El troll ha vuelto. Aupa el troll!
Vivan los agoreros, los pesimistas y el final de David el gnomo. Viva el drama!
Orgullo es poco!
Perdone, Don Dueño, que me entrometa. Pero me parece que debe usted haber cometido un error y ha borrado un comentario de Don Ricardo. No me parece recordar ningún contenido inadecuado. Solamente le apoyaba a usted en considerar Redondo un insulto, y añadía que, en cambio Schuster o Vizcaíno serían elogios. Seguramente le ha jugado una mala pasada el ordenador
PabloRL
Si si, estoy de acuerdo. Creo que ha habido algún problema con lo de los comentarios, a veces no permite a los que no son seguidores, y creo que lo borré yo mismo intentando responder que estaba de acuerdo en lo de Vizcaíno y Schuster, de hecho.
Pero vamos, que estoy de acuerdo y que efectivamente no era nada inadecuado sino todo lo contrario y además debo una disculpà a D. Ricardo, que expido por la presente
Perdón por la torpeza y gracias
Muchas gracias a don Pablo por la intercesión. Más de lo que merece un primerizo en esta casa, que además entra sin presentarse a soltar la primera tontería que se le ocurre.
Los seguiré leyendo atentamente. Tampoco descarto futuras incursiones en la escritura, esta vez con mejor tino.
bien, otro anónimo pesado
me temo que vamos a tener que restringir los comentarios a seguidores, ok?¿
lo siento, pero es que si no es un coñazo esto
No había leído la respuesta de Don Dueño, que agradezco mucho. Especialmente lo de que le gusten Vizcaíno y Schuster, claro.
Me reafirmo en mi intención de participar, especialmente tras los grandes momentos que nos esperan este fin de semana.
Lo dicho, regístrense por favor, así evitamos pesados. En este blog estamos muy mayores para ciertas cosas
¿Sabría alguien la relación que tiene el "alubión" que menciona el troll en el punto cuatro con la feijoada portuguesa?
...esto es un sinvivir...50 intensas horas...Vamossss!!!
¡Don Vito y don Vitto!
¿Pero donde se han metido Don Vito e Ismael?.
Yo también soy mucho de "alubiones", por cierto.
Por cierto, señores, habría que organizar algún tipo de encuentro lisboeta...
Buonasera!
¡Viva Tiago Mendes!
Están poniendo ahora mismo en Teledeporte la final del 74, señores. Por si les apetece
Respondiendo a la solicitud de don Dueño, ya como seguidor de esta docta casa, uno que quiere seguir conversando con ustedes sobre esta pasión maravillosa, increíble, inexplicable: El Atleti
Saludos a todos mientras las tribus de la gran nación india enfilan la ruta a Lisboa.
Don Vito adora las alubias, que conste.
Don Vito adora las alubias, que conste.
Es que le repiten, por eso lo escribí dos veces.
Uy!
Mucha suerte a todos y a campeonar en Lisboa como este equipazo merece. Que a nadie se le ocurra colarse en la fiesta y tratar de estropear esta preciosa historia.
Un abrazo enorme a todos. Me acordaré mucho de ustedes en la victoria.
Forza Atleti!
Hoy más que nunca! Te quiero Atleti!
Nunca he estado tan orgulloso de ser del Atleti como hoy. Gracias Cholo!
Que tío más estupendo debe ser Lázaro Albarracín.
Aupa Aleti.
Ha sido una temporada increíble, un 9,5 para nuestros muchachos, como dijo el Cholo. La vida te da y te quita, pero nosotros VOLVEREMOS.
¡Aupa atleti y la cabeza bien alta!
Mas orgulloso que nunca de mis colores. FORZA ATLETI!!!
Sin Arda y Costa más no se podía hacer.
Lamento que las cosas parezcan igual que hace cuarenta años.
Lamento que ustedes tengan un disgusto importante.
Lamento (profundamente) que el cretino señor Miguel Ángel Gil tuviese la ocurrencia de ver precisamente este partido.
Lamento (aún más profundamente) que el aún más cretino señor Mariano Rajoy se haya llevado una alegría.
Lamento haber bebido tanto y ya he pedido perdón a los amigos que me acompañaron. No se preocupen, si la estadística es fiable, en la próxima final no beberé nada.
Lamento no tener fuerzas para buscar en internet el nombre del árbitro que levantó el cartelito de los cinco minutos para realizar una deposición virtual en su señora madre.
Lamento haber dicho alguna palabra malsonante delante de mis hijas.
Lamento haberme torcido el tobillo al saltar con Godín ante la antológica salida del suplente del señor López.
Lamento que en todos los bares de España mezclen el café con torrefacto. He dormido muy mal.
Lamento que Luis Aragonés le haya tenido que dar dos guantazos a Dios por ser de ese equipo tan antipático.
Lo lamento pero me alegro.
Recuerden que estamos todos juntos.
Un abrazo
Lamento que mi padre ya no esté para llevarme llorando a la cama, como hace cuarenta años.
No quiero hablar del dolor y de las lágrimas que no me dejaron dormir hasta altas horas. De árbitros ni tiempos añadidos ni de rídiculos exhibidores de musculito inoportunos. No. Solo de orgullo y de vergüenza. Orgullo de unos héroes vestidos de rojiblanco que intentaron hacernos felices a todos más allá del esfuerzo y el dolor. De un cuerpo técnico ejemplar capitaneado por un atlético de verdad, de leyenda. Gracias, mil gracias. Y también de vergüenza. De una directiva siempre impresentable, que con su caos infinito ha provocado entre otras cosas que nuestro equipo no sea aún más grande. ¿Que hubiera sido esto sin esas ventas anuales compulsivas de todo el que destacaba? Torres, De Gea, Agüero, Falcao... nunca se habrían ido de un club gestionado por directivos dignos de tal nombre. Vergüenza siempre. Perdón nunca.
Hemos acabado todos agotados.
Tengo una mezcla de tristeza y alegría.
Estoy hecho un lío.
(oigan)
Qué orgullo de equipo, señores, pese a todo.
Qué bonito es ser del Atlético de Madrid, eso ya lo saben Vds.
Me fui para Lisboa sin entrada, a vivirlo en la fan zone, y les quiero contar detallitos que me alegraron profundamente, algunos seguro que los vivieron también algunos de Vds.
Como que cuando salió el Consejero Delegado del Cluzzz por televisión, se oyera una sonora pitada por parte del respetable de la fan zone.
Como que cuando el DJ anunció que se iban a ver unas bonitas imágenes de la Peineta en la pantalla gigante, igualmente se escuchara una sonora pitada.
Y también que en cinco ocasiones, al verme la bufanda verde y oro sobre la camiseta rojiblanca, me dijeran "Atleti sin Gil", y cosas semejantes (a lo que siempre respondí con una sonrisa que hacían falta más bufandas de éstas, que hay que ponérsela también en las buenas).
A propósito del sujeto de la cara en escorzo, ya se podía haber dedicado a dar vueltas a la Península Ibérica a nado, que va a resultar que encima es gafe el gachó.
Ah, y el Cholo conserva un excelente toque de balón, ¿verdad?
Todavía me dura el asco, señores.
He vuelto a Madrid, después de gritar, levantarme, levantar a la gente, volver a levantarla, VAMOSSSSS mil veces, correr todo el fondo, animar a la gente para que anime, subirme a la silla saltar pedir más más y más, ir al baño levantar a los llorosos, abrazar a los niños que lloraban y animar animar y animar, incluso en el atasco de vuelta, en el peaje, animando con mi camiseta, con la familia atletica, y con el convencimiento de que esto no ha hecho más que empezar. Ahora sólo puedo escribir no tengo voz, he estado sin poder dormir ya en Madrid, visualizando en mi cabeza el gol de Ramos una y otra vez, soñando con el, juré no verlo en la tele, menudo error haberlo hecho. Necesito que Don Carlos nos cuenta algo, ahora estoy desolado.
Hace un par de semanas, contesté sin pestañear que "¡La Liga!" cuando me preguntaron cuál de los dos Títulos prefería, caso de tener que elegir forzosamente.
Es obvia su mayor dificultad, lo Legendario que ha sido ganarla con 4 partidos perdidos, y frente a dos rivales en teoría inalcanzables, ninguno de los cuales, por cierto, ni se ha hundido, ni ha atravesado una crisis significativa.
Pese a ello, casi 1.400 km después, y aunque lo vivido en Lisboa ha sido imborrable, necesitaré unos días para recuperar aquella seguridad; aunque ya siento multiplicado el Orgullo.
D Fran a mi me duele el alma!!! Es una sensación de vacío difícil, muy difícil de pasar
Señores, ya sé que esto ha sido muy duro, pero ¿Vds han llorado mucho y se han lamentado mucho cuando sacaban un 9,5 en algún examen?
Ya, ya sé que los irritantes han sacado medio punto más, y que nos vamos a hartar de ver en los medios cosas más desagradables aún que a Pérez saltando en un palco y demás detalles de "señorío".
Pero lo ha dicho Simeone: "El partido no merece una lágrima, porque cuando uno lo da todo, hay que tener la cabeza arriba".
También dijo lo de "tenés todo, y no tenés nada, es una enseñanza de vida", otra manera de decir, futbolera y porteña, lo de Kipling: "If you can meet with triumph and disaster, and treat those two imposters just the same".
A lo que me refiero es a que nos queda el orgullo, eso es lo que tenemos, el orgullo y la ilusión, señores, el año que viene vuelven a estar al timón el Cholo, y el Mono, y Gabi.
Por eso, y aunque ante lo que ha pasado este sábado mis comentarios de antes puedan parecerles intrascendentes, yo sólo puedo estar contento por haber vivido este año y estas cosas, por ser del Atleti, y por ser en cierta manera amigo de Vds.
Entendiendo que cada cual se siente como se siente, a mí no me caben en el corazón otra cosa que no sea orgullo e ilusión.
Recuerden la canción de la señorita Yoly, "los rojos y blancos, ganen o pierdan, siempre cantan así: Aúpa, Aúpa!! Aúpa, Aúpa!!!..."
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