Primera contradicción: la mañana y la noche
Había
entrenamiento por la mañana en el Calderón y aquello se puso de bote en bote,
con la grada llena de niños embufandados y con padres con más cara de ilusión
que los niños: primero, porque a esa hora no pensábamos que la cosa fuera a ir
mal; segundo, porque a todo el mundo le gusta ir al Calderón y luego a tomar
vermouth; y, tercero y más importante, porque los niños eran la excusa perfecta
para ir al Calderón a decirle a los nuestros que en ellos confiábamos para,
tras muchos años, quizás no ganar pero sí al menos disputar el derbi en
condiciones normales.
Con la
grada llena y los niños abrigados, los jugadores estiraron y estiraron y la
afición cantó el nombre de todos y cada uno de los jugadores. Vimos entonces
que Filipe Luis calentaba sólo con un preparador físico cerca del fondo Norte y
sospechamos. Vimos también cómo los jugadores se despedían del entrenamiento
aplaudiendo tímidamente a la grada, dando la vuelta y entrando al vestuario sin
demasiada rabia. No se vieron abrazos entre ellos, ni puños apretados, ni ojos mirando
a todos y cada uno de los veinte y pico mil colchoneros que habían ido a verles
para tomar nota mental sobre de quién deberían acordarse luego, cuando tocase
correr. Quizás los jugadores estaban sobrecogidos, quizás se vieron
sobre-responsabilizados, desbordados, atenazados por los nervios y la cita,
pero no nos dimos cuenta. Quizás no percibieron que lo que esperábamos de ellos
era lucha y entrega y comportamiento de equipo, como vienen haciendo hasta
ahora, y no la necesidad de ganar a cualquier precio y sin alternativa. En el
momento no lo percibimos tampoco nosotros así, porque estábamos contentos y nos
fuimos a los bares a tomar el aperitivo rojiblanco, aperitivo de día de derbi:
un vermouth rojo, uno blanco, otro rojo, otro blanco, así hasta que el bar
cierre o uno empiece a hablar de los grandes problemas de la Humanidad. En los
bares la gente llevaba la bufanda del Atleti y comía croquetas y banderillas
picantes y a esa hora todo el mundo estaba convencido de que el sábado el
derbi, ganando, perdiendo o empatando, sería diferente a los derbis de otros años,
sería un derbi antiguo, jugado de tú a tú, con ganas y rabia, con intensidad y
ganas de ganar, con la personalidad que el Cholo ha devuelto al equipo en los
últimos tiempos.
Pero
llegó el partido y la cosa no fue la esperada por la mañana, en la grada
soleada llena de niños. El Atleti jugó más o menos como suele, apretando arriba
y con intensidad aunque con poco acierto, hasta el gol del rival, esto es, un
ratito. Tras el gol llegó la timidez y la imprecisión, y tras ellas un rato de
nada y tras la nada, el segundo gol. Luego pudieron llegar otros que al final
no llegaron y el Atleti no tiró a puerta más, se fue a la ducha con cara de no
ser el Atleti y con la sensación de haber pasado otro derbi, no ya en blanco,
pero casi. No había tirado apenas a puerta, salvo un poco antes del primer gol,
un remate de Falcao que el portero rival sacó con reflejos. Nada más. El Atleti
dejó de morder tras el primer gol, como si no supiera que iba a recibir al
menos uno, como si ir por detrás en el marcador fuera una losa de un peso
insalvable, una maldición. El Atleti no fue el Atleti de otros partidos más
comprometidos y difíciles, no fue el equipo dominador y voraz de Bucarest ni la
máquina de precisión acelerada de Mónaco, fue un equipo sobrepasado, impreciso
y sin peso, un equipete nada más, poca cosa, un equipo más perdiendo de nuevo
un derbi contra un rival no deslumbrante, pero sí mejor.
El
Atleti de la noche no fue el que habíamos imaginado por la mañana entre potitos
y vermouths de dos colores, no fue el equipo motivado al que quisimos ir a ver
por la mañana, no fue eso sino casi lo contrario. Qué contradicción, oiga.
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Segunda contradicción: el lateral izquierdo
Uno,
que es tonto y con gafas, le tenía como tantos otros una manía importante a
Filipe Luis. Desde estas mismas páginas nos referíamos a Filipe Luis como
Filipe Luis Filipe, incapaces de recordar qué nombre iba primero y cuál
segundo. Filipe Luis nos parecía un jugador flojo, poco involucrado, inseguro y
con querencia a taparse bajo una manta y comer galletitas. Éste no vuelve de la
lesión, decíamos graves, éste es un petardo importante, un sin sangre, un
flojo. Froilán, le llamamos; María Ostiz, le llamamos. Éramos duros con Filipe
Luis, casi crueles, éramos intransigentes y con gafas.
El
sábado por la mañana Filipe Luis entrenó sólo, con un preparador físico, como
si tuviera algún problema. Por la tarde nos enteramos de que no jugaría y nos
llevamos un sofocón. Cata Díaz saldría en su puesto, dado que no hay recambio
de garantías para el lateral izquierdo. A la postre, sin que fuera culpa del
Cata, la ausencia de Filipe Luis fue importantísima. Sin él el Atleti perdió
muchas bazas ofensivas, mucho del discurso rápido y punzante que sigue a las
recuperaciones de balón en campo ajeno que gustan a Simeone. Cata Díaz, es
normal, no subió por la banda y el Atleti quedó cojo en ataque. Cata Díaz falló
en el segundo gol del rival pero tampoco se le podía pedir mucho más, siendo un
jugador ya con años, fuera de su sitio, ya sin costumbre de jugar, exigido en
su debut. Se echó pues muchísimo de menos a Filipe Luis, a aquél al que
hacíamos cantares cada vez que dudaba, al criticado, al que no inspiraba
confianza. Faltó Filipe Luis, salió un central y el equipo perdió equilibrio,
contundencia y luz a la hora de irse a por el gol.
Salió
un central con cara de ser de los malos de El Último Mohicano y echamos de
menos, en un partido duro, a un lateral finito con aspecto de paje de Rey Mago.
Qué contradicción más grande, oiga.
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Tercera contradicción: el centro del campo
El
Atleti de Simeone basa su eficacia, entre otras cosas, en la presión cerca del
área rival, en impedir la salida del balón del equipo que intenta progresar. El
año pasado se hacía a costa de muchas faltas, este año se cambió el ansia
recuperadora inmediata por una presión más constante y continuas superioridades
sobre los rivales que recibían el balón, bien trabajada por Simeone. Todo esto
llevaba al error rival, la recuperación pro parte de Gabi o Koke o Mario - si
el rival pasaba la primera línea de presión- , la entrega a Turán y la
construcción de un ataque rápido buscando a Falcao o al segundo punta.
De
esto, nada o casi nada ocurrió el sábado. Sólo hasta el gol el Atleti mostró
hambre por presionar y recuperar arriba, luego cambió el plan visto cien veces
con Simeone. El centro del campo, con un Turán torpón, impreciso y desconocido
y Gabi, Mario y Koke lejos de lo esperado, se limitó a parar al rival más cerca
del área, a recuperar y mirar hacia atrás, uy, tómala tú, ay, perdón, la volví
a perder, caramba, no sé qué nos pasa hoy. El centro del campo no pudo hacer
mucho y, lo que es peor, no pareció estar convencido de poder hacer más.
El
centro del campo del Atleti, que presiona y busca las cosquillas al rival,
llegó a un partido importante y cambió de discurso. Para aquellos que venimos
viendo al equipo, fue una sorpresa ver al equipo intimidado y perdido a ratos.
Qué contradicción, oiga, qué contradicción.
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Cuarta contradicción: el macarrismo y la
casta, la provocación y el respeto, las churras y las merinas
Simeone
sacó al equipo que había jugado, bien, contra el Sevilla, salvo la ausencia
comentada de Filipe Luis. Junto a Falcao, casi inédito en el derbi, sacó a
Diego Costa. Diego Costa viene haciendo una buena temporada, ha marcado goles y
se le presume personalidad y mala baba como para enfrentarse a una defensa como
la del sábado, conocida por su querencia al patadón alevoso y la provocación
constante. Simeone pareció querer que fuera Diego Costa quien peleara con los
matones rivales para así librar a Falcao de la pelea en solitario, responder a
ojo con ojo y diente con diente y, quizás, sacar de quicio a los intelectuales
defensas rivales, ávidos lectores de los Clásicos, hasta conseguir una expulsión.
Todo
esto pretendió hacer Diego Costa, y en casi todas sus acciones sobreactuó,
confundiendo valentía con macarrismo, integridad con provocación y hombría con
marrullería. Diego Costa, sobreexcitado por medirse a los dos más malos del
barrio, a cuyo cetro aspira, soltó codos y lanzó escupitajos, recibió empujones
y salivazos y vio cómo un rival natural de Camas le llamaba feo, algo que por
sí solo da para escribir un sainete, un tratado de psicoanálisis y una ópera
bufa. Diego Costa empleó casi toda su energía en buscar pelea y aumentó su historial
de jugador conflictivo e inoportuno, sin hacer además casi ninguna acción de
mérito en todo el partido.
Mientras
Diego Costa pedía a voces entrar en el selecto grupo de jugadores marrulleros y
malencarados apreciados en cierto barrio con estación de tren del Norte de
Madrid, en el banquillo ocurría una cosa diferente. Con su habitual altanería,
los técnicos locales hacían gestitos de menosprecio al banquillo visitante,
chivándose al árbitro como los traidores a la mafia de que por ahí andaba mucha
gente. Con mucho más aplomo que Diego Costa, con mucha más razón por ser él el
provocado y no el provocador y dando casi tanto miedo como Paulie Gualtieri en
un mal día, el Mono Burgos dejaba clara la diferencia entre carácter y
macarrismo. Yo no me meto contigo, pero si tú te metes conmigo, atente a las
consecuencias, vino a decir metafóricamente el Mono Burgos. Yo no soy Tito
Vilanova, yo te arranco la cabeza, dijo el Mono Burgos sin metáfora ni nada, y
con ello hizo toda una declaración de principios. Sé que os creéis intocables,
pero cuidado conmigo, vino a decir el Mono, y en sus palabras, poco bonitas
para los niños y las monjas de clausura pero reconfortantes para aquéllos que
están hartos de la tradicional actitud prepotente de algunos, uno vio la actitud
que debe tener el Atleti en estos casos. No seré yo quien dé el primer paso,
vino a decir el Mono, pero si vienes de malas, te expones a acabar peor: esto,
palabras más, palabras menos, es lo que venía a decir el Atleti cada vez que
visitaba el campo ese del centro comercial.
No
seremos nosotros los que provoquemos, vino a decir el Mono Burgos, pero si nos
buscas nos encuentras. En el campo, mientras tanto, Diego Costa hacía justo lo
contrario, provocar para desquiciar, ponerse a la altura de esos insignes
indeseables que celebran con bailes brasileños los malos momentos de los
rivales, que no las alegrías propias. Qué contradicción, oiga, qué
contradicción.
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Consejo: ¿qué pijama es apropiado para un
ciudadano honrado?
El
pijama, siempre largo y a poder ser de cuadros, con chaqueta de botones y
bolsillito sobre el corazón. En verano, de algodón fino; en invierno, hasta de
franela. Hay quien gusta de camisón de lino y gorrito de dormir con pompón, y
esta combinación es también respetable, sobre todo si se alumbra uno el camino
con un candil.
Nada de
camiseta de publicidad y pantalón corto, nada de pantalón de pijama descuadrado
(esto es, combinado con camiseta interior). De eso nada.
Háganme
caso: lo agradecerán en algún momento de su vida, probablemente un momento
importante.
35 comentarios:
A ver si el guapo de Camas se atreve a decir que es feo el pijama del Mono. Del partido me quedo con la bula de la Guarra de Tolosa y la inocencia del Culón. Esperamos su "crónica distinta" a finales de abril. Gracias por su doblete.
Me dolió tanto la actitud de Diego Costa como la derrota. Perfecta su descripción. Ahora lo que hace falta es que el equipo se olvide de esto y siga a lo mismo. Creo que el Cholo lo sabe.
Sólo dos comentarios de perfil bajo:
Uno: además de lo que D.Carlos comenta, que el central de Camas llame feo a alguien que no sea el primo de Quasimodo me retrotrae a la mítica serie Vickie el Vikingo, donde un personaje -Snorre- siempre se dirigía a otro, de nombre Tejure, como "caracaballo".
Dos: Si ya simplemente que el Mono se dirija a uno le afloja los esfínteres -con perdón-, qué ocurriría si aún luciese frondosa melena. Se meten debajo de las butacas.
Don Dueño, pues mira que suelo estar siempre muy de acuerdo con usted, pero para mi Diego Costa fue lo único aprovechable del derbi. Será que tenemos diferentes formas de ver la vida, pero a mi si me atizan, atizo, si me escupen, escupo, y si me buscan, me encuentran. Y ese fue el pecado de Diego Costa. Ese, y realizar la única jugada digna del partido dándole una muy buena asistencia a Falcao. Ya me contarán los demás que hicieron. Al menos, a este, para bien o para mal, pero le vi.
Un abrazo, y perdón por la intromisión.
Efectivamente, tenemos formas distintas de ver las cosas.
Esa actitud (si me buscas, me encuentras), que no me parece mal, para mi, fue la del Mono Burgos, no la de Costa, y de ahí la contradicción (que entiendo que no ha quedado clara).
Diego Costa hizo lo que hacen aquellos jugadores de equipos innombrables, los jugadores que hacen que esos equipos que jalean esas actitudes sean despreciables : provocar antes de recibir, insultar para desencadenar la reacción del contrario, escupir y marrullear para desquiciar, antes de haber ningún motivo para ello. No es la primera vez que lo hace, por cierto.
Conmigo para eso que no cuenten.
Josip Broz Tito, Tito Puente, el emperador Tito?
La verdad es que yo también opino que Diego Costa se puso a la altura de jugadores que no merecen la pena, y que tendríamos bastante más legitimación si, la gente de la acera de enfrente, no tuviera esas imágenes (que son tantas) para callarnos.
Opino que la idea de sacar a Costa era buena, sobre el papel, pero que él sobreactuó, perdió el control y acabó logrando cosas como, por ejemplo, eclipsar el comportamiento de esos "intelectuales defensas rivales" a quienes se refiere Don Dueño.
El Mono Burgos (Don Germán), en cambio, está provocando el ridículo de su -vamos a llamarle- "colega" portugués. La diferencia es importante, creo.
La contradicción de la contradicción es querer disputar un derby de los de antes vestido con esquijama.
El partido volvió a no disputarse y esta vez desde antes del comienzo. Prefiero no creer la versión oficial de que el calzón rojo se “lució” para evocar el último partido en la Costa Azul porque entonces tras casi un año de cholismo (Curso intensivo de conocimiento del Atleti o Tratado de vuelta a nuestros orígenes) estamos igual, si era para que el partido trascendiese sí o sí, se consiguió pues ya figura el del domingo como el primer derby en que no se vistieron los colores (sinónimo de institución, sinónimo de Atleti)… de ahí que ni saltásemos al campo… y van.
Estoy con Don Dueño, el hombre es quién responde a la afrenta, por cierto que hay uno al que curiosamente apodan el Niño que es el más hombre de todos y más acostumbrado a “contestar” a esas señoritas de pelo ensortijado y bigotito que tantas abundan en el fútbol actual.
pd: que no me lo tomen a mal todas las féminas portuguesas seguidoras del blog, aunque en su mayoría no se ensortijen el peinado
Yo estoy con Don Alfred: nuestro Niño es el más hombre de todos. Por lo demás, magnífico, Maestro. ¡Ay la manita del Turco! Ya va a quedar de soniquete, "la manita del Turco", que es como decir la manita llena de caca (o cacota).
Respecto a lo verdaderamente importante de su acrisolada crónica, le diré que "a poder ser de cuadros", no. Mal. A poder ser azul marino, un negro bonito incluso. Lo demás, bien. Yo para el invierno cortijero, prefiero gayumbo largo de lana de Kentucky y camisón, este sí, de cuadros, de lana gruesa, irlandés. La cabeza despejada. Siempre alta.
Por cierto, ¿quién es el Doctor Caligari?
El Yul Brynner italiano
Excelente, excelente. Por cierto, qué simpático Radek Bejbl, da cosica volverle a ver...
http://www.marca.com/2012/12/05/futbol/equipos/atletico/1354723179.html?a=7f503373f23bfd102df6f4b34b0216f8&t=1354734705
Puede que me equivoque, pero nunca jugaron juntos Simeone y Bejbl.
(en la foto, está robando el escudo?)
Dottore, dottore...
http://www.youtube.com/watch?v=skaM0NkLG_I
Queda mejor el pantalón blanco que el rojo, como de aquí a Lima, ¿no?. Cuando era pequeño, recuerdo una foto de Gárate jugando en Suiza, y le quedaba de miedo.
El vídeo de Mr. Mondo, me ha recordado el otro partidazo con el Steaua de aquella Temporada (véase con comentarios argentinos, lujazo: http://www.youtube.com/watch?v=G2YTAj6gOQA) y a mí en el campo, como loco porque volvíamos a estar en Champions. Día bueno del Cholo, por cierto ...
Pijama negro??? NEGRO???
Pregunta relevante: ¿qué batín combina con un pijama negro?
No hay pijama negro, ni pijama blanco...
(me equivoqué, oigan)
Rojo fuego, seda china.
(Buona notte)
El negro combina con todo, menos con azul.
el pijama negro sólo es aceptable si uno es Ninja
Queda mejor blanco que rojo.
http://t.co/6YU0Mbld
Otra vez (mal) Diego Costa.
Si quieren cuadros, se vayan al Prado.
Oigan.
En cuanto al derbi...¿Qué quiere que le diga?, demasiado parecido a otros como para ser contradictorio. Esta película ya la he visto. Demasiado, diría yo.
A Diego Costa quien mas quien menos ya lo conoce. Tiene estas cositas. Como ayer en Plzen. Hay quien le ve implicación y coraje. "Buevos", que diría aquel. Yo no, aunque sea lo poco rescatable del derbi. Y a lo de ayer me remito.
En fin. Que andamos de bajón. Quiera Dios que dure poco, que se nos enfrían los ánimos y ya saben ustedes que los ánimos, como los caldos y los pijamas invernales, mejor calientes.
Tengan ustedes un buen dia.
no será que empezó pronto la temporada este año y que estamos físicamente peor que el resto ahora mismo (igual que a principios de temporada estábamos mejor ...)?
Puede ser eso?
Puede ser eso, Don Dueño.
Pero vamos ... que hemos hecho un derbi decepcionante, una semana después de jugar el mejor partido de Liga en lo que llevamos de Temporada. Tampoco creo que hayamos entrado en ninguna dinámica negativa.
Lo de ayer no cuenta mucho, opino, como no ha contado demasiado ninguno de los seis partido de E.L. Sin soberbias ni prepotencias, creo que todos sabemos lo que ha significado esta Fase de Grupos ... así que mejor, ésto de que tal vez nos toque "un coco" a la próxima, ¿no?.
(Tengo sobredosis de la imagen de Diego Costa, con guantes negros y haciendo insensateces. Leo que está "entre algodones" y yo veo una excelente ocasión de ahorrar algodón y darle un descansito).
Lagarto, lagarto... Pues yo, Maestro, no creo que sea eso. Al revés, creo que la política de que jueguen todos los jugadores, los menos titulares la Copa y la EL, y los más titulares la Liga va a suponer que en marzo, abril, el equipo esté a tope físicamente. Basta recordar a "otros" entrenadores jugando todo con los titulares y haciendo el ridículo en Liga y Copa o en las tres competiciones. La parte negativa es lo de ayer, que si está Falcao mete al menos dos de las cuatro que tuvo el moñas ese. Pero, vamos, en resumen: lo que diga el Cholo.
PD: el partido del Depor sí que es crucial, por lo que ha tenido antes y por lo que tiene después.
PD2: Se anuncian vientos fuertes de Levante, a ver si se despierta por fin el levantino...
Yo creo que en enero estaran como motos, ahi estoy de acuerdo.
El levantino me pega sea hombre de esquijama, no creen?
Esquijama de tactel manchao de caspa.
Partido importantísimo el del Deportivo.
(efectivamente)
Necesitamos al mejor Arda.
(y al mejor Adrián)
Por otra parte, no sé ustedes, yo creo que es imposible introducir el pie entre coche y andén.
¡Viva D. Ramón!
¡Viva D. Ramón María!
¡Viva Saza!
¡Viva Palencia!
Gol de La Máquina.
Otro gol de La Máquina.
De penalty.
(eso sí)
El derby, una nueva decepción, más si cabe este año por como venía el atleti.
Pero pensando a largo plazo, si se gana mañana y se sigue fuerte en liga, pues mal menor.
Contra el checo, yo hubiera sacado algo más de dinamita, acabar primeros de grupo y obtener una victoria "balsámica" (topicazo)
Pero lo que diga el Cholo, faltaría más.
Una pega a las chaquetillas de pijama: se clavan los botones. Más elegantes sin duda, pero más incómodas.
El de Lagarto es un tanto macarra, y en el derby se equivocó de actitud. Aún así, está haciendo una buena temporada, y consiguiendo sentar a Adrián, que para mi es fijo.
Mañana ganamos.
Set en blanco.
Bona nit.
Ratas!!!!
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