Jugadas 9
jornadas de Liga y 3 de Champions, el Atleti parece haber dejado ya unas
cuantas pistas como para sacar las primeras conclusiones provisionales sobre el
equipo. En estas jornadas el Atleti ha perdido algunos partidos en los que ha recibido
varios goles, ha ganado otros de manera abultada, ha mostrado oficio en un par
de partidos durísimos y ha dejado por el camino algunos motivos para la
preocupación. Aun así, el balance general es positivo: el equipo tiene buena
pinta y, sin haber tenido el inicio de liga arrasador del año pasado, ha mostrado
un buen nivel general dentro de un proceso de adaptación previsible y
complicado.
Por partes:
Uno: la portería
Oblak vino con
vitola de jugador de presente y futuro y una lesión en el psoas, que es un
músculo con nombre de partido socialista de Azerbaiyán, Land of Fire; esta circunstancia
la ha aprovechado Moyá, que en principio venía a desempeñar el papel de
Aranzubía, para hacerse con la titularidad y de paso con mucha atención muchos
focos. La misión de hacer olvidar rápidamente a Courtois no parece fácil, más
cuando uno ve al belga bajo los palos del Chelsea en partidos como el del Man
Utd; Moyá y Oblak no parecen a la altura del bueno de Thibaut, pero por ahora
Moyá cumple el expediente.
Aun así, algo
pasa con Moyá. Moyá tiene planta de caballero retratado por el Greco, está
parando bien y ha sido decisivo en partidos como el de Getafe o en el disputado
en el estadio-centro comercial de la Castellana. Otras veces, sin embargo, ha
tenido despistes (como el día del Celta) o directamente fallos de manos (como
contra la Juve, que a punto estuvo de costar un disgusto) que han hecho
levantarse muchas cejas en las gradas. ¿Transmite Moyá toda la seguridad
necesaria para mantener la tensión arterial de la grada en los niveles
recomendados por la OMS? Pues no sabríamos qué contestar por ahora, oiga; de
haber preguntado tras los primeros partidos habríamos dicho que sí, de haber
preguntado tras el día del Valencia diríamos que no.
Lo que sí es
seguro es que Moyá no lo está haciendo hasta ahora nada mal, que su juego está
siendo una sorpresa agradabilísima para los que recibimos su fichaje con un
movimiento de cabeza de esos de no-sé no-sé y que Oblak, cuando ha salido, no
ha dado motivos para pedir su titularidad. Por tanto, incluso con esos momentos
de titubeo, incluso con esa sensación de que a veces no está exactamente donde
debería y que en alguna ocasión podría gestionar las situaciones con más
contundencia, Moyá va cumpliendo y no parece que vaya a moverse de la portería
en breve.
Segundo: La defensa
Se fue Filipe
Luis y nos llevamos un disgusto de los gordos, primero por perder a uno de los
mejores laterales izquierdos que hayamos visto nunca, segundo por haberle
perdido justo en su momento culminante, tras un período inicial en el Atleti en
el que a muchos nos pareció que su período en el fútbol de élite había terminado,
tercero por haberse ido a un equipo antipático como el Chelsea. Se fue Filipe
Luis y nos quedamos con cara de bobo y bastante preocupados.
Pero ¿qué ha pasado
desde que se fue Filipe Luis? ¿Ha sufrido la defensa como uno podría haber
sospechado? Pues parece que no, oiga. La defensa titular, que viene siendo la
misma que el año pasado en sus tres cuartas partes, ha visto cómo Miranda
seguía a un altísimo nivel (también marcando goles), cómo Juanfran elevaba
varios grados su nivel de fútbol y de influencia en el juego y cómo Godín se
convertía, simplemente, en un gigante.
La contundencia y complementariedad de los centrales (lo que le falta a
uno, que es poco, lo tiene el otro y viceversa), la solvencia que ha mostrado
Giménez lo poco que ha jugado y los galones asumidos por Juanfran en ataque
(quizás los que tenía Filipe Luis el año pasado) han despejado cualquier duda y
girado el foco de la discusión hacia el otro lado: ¿Ansaldi o Siqueira?
Siqueira, que
partió como favorito en los primeros partidos, ha ido perdiendo presencia en
favor de Ansaldi, y con razón. Siqueira, que derrocha ganas de agradar y
hacerlo bien, es a veces alocado y poco dado a tomar la decisión correcta en
situaciones delicadas. Falló un penalti
importante, lo que siendo grave no es gravísimo, y ha mostrado especial ansiedad
para marcar su golito en alguna ocasión, probablemente para restañar el fallo
de Valencia. Aun así, contra el Malmoe se mostró capacitado para sacar adelante
el partido y contra el Getafe alternó algún fallo desesperante con buenas
acciones. Siqueira no es Filipe Luis pero tampoco es Pilipauskas, desde luego,
y con un poco de calma, seso y confianza puede convertirse en un jugador
valioso.
Eso sí, a estas
alturas parece más valioso Ansaldi. Ansaldi, que es diestro, juega tan
tranquilo por la izquierda y mete pases a la olla con cualquiera de sus dos
piernas, casi siempre bien. Es rápido y resistente, y acaba el partido al mismo
ritmo que lo empieza, por lo que hemos tenido ocasión de ver. Ha cometido algún
fallo infantil y se ha pasado de frenada en un par de ocasiones; aun así,
parece más completo y cabal que Siqueira, parece que poco a poco se va soltando
y parece que puede encontrarse más cerca de la dificilísima misión de hacer
olvidar a Filipe Luis que su rival para la banda izquierda.
Tercero: la media
La temporada
empezó con Gabi algo desconocido, con Tiago tremendo de oficio y colocación,
con Koke algo pesadote pero dejando claro que es el mascarón de proa del
equipo, con Arda intermitiendo entre la genialidad y el arrastrar los pies al
andar y con Raúl devorando kilómetros, rivales, piropos y críticos de la grada.
Esto es, los mismos jugadores clave del año pasado, en diferentes momentos de
forma pero siempre al servicio del equipo. Con sus diferencias, que las hay, el
Atleti es reconocible en el medio campo tanto por las caras como por la apuesta
y, junto a los pesos pesados de la defensa, la media se encarga de guardar la
ortodoxia y mantener el nivel, sobre todo en los partidos de más exigencia. Poco
a poco, Gabi va a más y Arda va derrochando talento aunque muestra cansancio a
veces. Mientras tanto, Koke da lecciones de omnipresencia, Tiago da lecciones
de inteligencia y ocupación de los espacios y Raúl García da lecciones de
concentración, compromiso y, ya de paso, como el día contra el Malmoe, de clase
haciendo un pase magistral que acabó en gol de Cerci.
Frente a este
bloque más o menos reconocible – con la poquísima intervención del Cebolla - que
deja poco debate más allá de si está cada uno en su momento óptimo, se plantean
dos cuestiones. La primera la protagoniza Mario, de nuevo en el foco de la
discusión de grada. Mario, quien al parecer pudo salir del equipo en verano
pero Simeone se opuso, vive en su eterno pulso con la grada y con el mundo para
convencer a propios y extraños de si en realidad es el jugador pusilánime que
transmite la sensación de creerse mejor de lo que realmente es mientras pierde balones
incompresibles o si por el contrario es el jugadorazo de clase y presencia que
en ocasiones (contadas pero importantes) hemos visto. Mario, cuestionado y
presionado por otros candidatos a la titularidad en caso de ausencia de Tiago,
sigue fiel a su estilo andarín y despistado, frío y hasta despegado,
excesivamente estático y distante, que alterna con detalles de clase en los
controles, de criterio a la hora de arrancar desde atrás y otros destellos de
jugador más que interesante. La mezcla entre clase y despiste irrita en
especial a la grada del Calderón, que ve en Mario los mimbres necesarios para
hacer un jugador de leyenda y, a la vez, una ausencia de concentración y
compromiso propias de un jugador mercenario y pesetero que descolocan al más
pintado. Mario, del Atleti desde la cuna y en el Atleti desde los casi primeros
dientes, no parece dispuesto a dejarse la piel por el equipo como lo haría el
más modesto de sus hinchas y el más ilustre de sus compañeros de plantilla y
eso no lo tolera la grada, que ve cómo un turco pinturero se deja la piel
defendiendo, un navarro vilipendiado corre setenta metros para hacer una cobertura
a un lateral y un croata recién llegado es capaz de jugar con la nariz rota y
buscar todos los balones de cabeza a las dos semanas de haber llegado al equipo.
Mario plantea además un peligroso interrogante, por ser el único sustituto puro
de Tiago, quien, por cosas de la edad, posiblemente necesite más descanso del
que las prestaciones de Mario recomienden. De Mario esperaremos, una vez más,
ese paso adelante que han dado el resto de jugadores de la plantilla, una nueva
oportunidad de la que quizás no gozaría de haber echado los dientes en un
equipo que no fuera el nuestro.
La otra gran
pregunta del medio campo se llama Saúl y pisa fuerte. Saúl, portento en las
divisiones inferiores, juega con empuje de juvenil y aplomo de veterano, y se
lleva por fuerza muchos de esos balones en los que Mario cae al suelo o hace
falta. Saúl ha respondido bien cuando ha jugado de titular o de suplente,
incluso sustituyendo a Mario y moviendo a Koke más cerca de Tiago, y tiene como
único lunar una tendencia a perder algún balón en tres cuartos pero en mal
momento, como el día de la Juve; un mal juvenil, sí, pero para el que Simeone
no tiene demasiada paciencia. En una temporada larga y con un estilo de juego
de tanto desgaste como el del Atleti, la aportación, las ganas y la fuerza de
Saúl se antojan esenciales.
Cuatro: la delantera
La delantera es
la línea más reforzada y, a su vez, la que más dudas presenta. Entre Mandzukic,
Jiménez, Griezman y Cerci el Atleti ha gastado un montón de millones que, por
ahora, no lucen tanto como el granítico bloque de soldados que pueblan las dos
líneas que por el momento mantienen el nivel y los puntos del equipo.
Mandzukic,
jugador grandote y pesado, hace partidos de desgaste y pelea que favorecen
mucho el juego de sus compañeros. Su estilo no es de brillo ni de filigrana, y podría
parecer que sus características condicionan toda la estructura de ataque del
equipo, que debe cambiar el balón largo en diagonal y la carrera de búfalo del
Diego Costa del año pasado por una aproximación más paulatina y construida, más
elaborada y paciente para llevar el balón en buenas condiciones al bueno de
Mario… ¿o no? Aún, cree uno, es pronto para saberlo porque falta una pieza
fundamental en el esquema: Griezman. Griezman es futbolísticamente algo así
como el alter ego de Mandzukic: mientras Griezman revolotea de puntillas por el
campo con ese look a mitad de camino entre Errol Flynn y Crispín Klander, Mandzukic
abre vías en vetas de carbón con la ayuda de una maza y de mucho mal genio.
Mandzukic hace
las veces encargado de abrir el paso a mamporros por la pista de baile para que
Griezman entre cómodo hasta el reservado, descorche el champagne e invite a los
presentes mientras hace unos pasitos de claqué, ligero como una pluma; el
problema, por ahora, es que cuando Mandzukic abre la multitud a golpe de
frente, detrás entra Griezman algo despistado y sin dinero en la cartera,
descorcha una gaseosa y baila la sardana. El día que Griezman sea más Griezman,
esto es, un jugador rápido y combinativo difícil de seguir para las defensas,
el trabajo de Mandzukic será muchísimo más vistoso y fructífero; mientras
tanto, el bueno del croata sigue fiel a su plan, echando abajo tabiques con su
propio tabique nasal y peleando en defensa hasta un punto que se antoja
excesivo por impedirle muchas veces llegar fresco al tramo final del partido.
La alternativa
paralela a la pareja Griezman – Mandzukic sería, en teoría, Cerci-Jiménez. De
estos dos poco sabemos: del primero, que no parecía muy en forma hace unos días
pero que, vistos los últimos partidos y su tirazo ante el Malmoe, va a empezar
a aparecer más de lo previsto. Del segundo, que tiene muy mal gusto a la hora
de elegir equipo del alma y asesor en redes sociales. Raúl Jiménez, además,
apareció más al principio pero la incorporación al equipo de Griezman y más
tarde de Cerci, que claramente llegaron lejos del nivel físico del resto de la
plantilla, y la polivalencia y ascendente de Raúl, que puede jugar
perfectamente en su puesto si hay necesidad, parece que van a relegar a Jiménez
al papel de Adrián el año pasado.
Cinco: el equipo
Con todo lo
anterior, y tras sólo 12 partidos entre Liga y Champions, parece que se pueden
sacar algunas conclusiones: por ejemplo, que la portería no está tan bien
cubierta como el año pasado, pero que la solvencia y contundencia de defensa y
media parecen por ahora suficientes para mantener el tipo. También, que la delantera
no ha dado todo lo que de ella esperamos, y que por tanto el Atleti de este
tramo de liga se parece menos al Atleti del año pasado, en el que un delantero
en estado de gracia cargaba con el peso ofensivo del equipo, y más al Atleti
del Doblete, en el que el delantero centro sacrificaba brillo para que el resto
del equipo - y en especial el centro del
campo (con Simeone al frente) - marcase más goles de lo habitual y aprovechase
el balón parado con contundencia de asesino a sueldo. De hecho, quizás sea más
sensato para llegar al tramo final de Liga que la responsabilidad anotadora y
el juego de ataque en general no dependa en exceso de un único jugador con un
escudero poco exigido como fue Villa el año pasado.
La visión
pesimista, que no tiene cabida en el equipo desde que el Cholo llegó al Club y
menos aún desde que se cortó el pelo como los Peaky Blinders, apunta a la
desesperación por la falta de olfato goleador, velocidad y habilidad para el
contrataque de Mandzukic, por la insustancial existencia de Raúl Jiménez, por
la falta de peso en el juego de Griezman y por el exceso de peso en el lomo de
Cerci. Todo esto, comprensible como mucho, no tiene cabida en la mente del
aficionado que ha visto a Simeone convertir a Juanfran en un lateral de
escuela, a Arda en un trabajador sonriente y a Koke en un fenómeno del fútbol
con entrega de corredor de ultramaratón. No parece que para Simeone sea
imposible convertir a Griezman en un esgrimista con alma de forçado, ni a Mandzukic
en rematador de balas de cañón, ni a Cerci en un enemigo de la pasta al dente.
El equipo, cree
uno, tiene buena pinta. Y, lo que es más, tiene pinta de ir hacia arriba en
breve una vez pasada con buena nota la fase inicial de contacto y aclimatación
de algunos nuevos. Si Moyá se mantiene así sería buena noticia; si Ansaldi
aporta aquello a lo que apunta y el resto de la defensa sigue a este nivel, en
breve no echaremos tanto de menos a Filipe Luis; si Saúl rompe definitivamente
y tiene minutos, podremos llegar al tramo final de Liga con un equipo mucho más
descansado y entero que el año pasado; si Griezman hace lo que en él sería
lógico y Cerci confirma que puede aportar tiro de lejos y entrada por banda, la
delantera en su conjunto podría acabar por hacer más daño que el año pasado.
Y si no ocurre
nada de eso, pues que nos quiten lo bailao, oiga, que nos quiten lo bailao.
20 comentarios:
Salud, oh Maestro! Yo estoy optimista y creo que lo peor ya ha pasado y que vamos hacia arriba. Lo que más duda me genera es la portería: a mi Moyá no me convence. En el debate del lateral izquierdo soy más de Ansaldi, pero la primera parte de anoche en Getafe de Siqueira fue excelente y ya dudo. Que se alternen.
Ya lo he dicho muchas veces, pero para mi la clave es que Griezmann dé el nivel.
A Hospitalet.
"...detrás entra Griezman algo despistado y sin dinero en la cartera, descorcha una gaseosa y baila la sardana."
Sigo riéndome. Ja ja.
Es verdad, Cholo se parece a los de Peaky Blinders, de la que hay segunda temporada. He leído que le han pedido a Nick Cave canciones para la serie.
¿Del Aleti? Pues que sigamos bailando.
Gracias.
Aloysius
Gran análisis, me ha subido aún más la moral, y encima de paso me ha resuelto la duda de quién narices había dado ese sensacional pase a Cerci: Don Raúl García.
PD: Yo también soy más de Ansaldi
del pase ese se ha hablado poco, y me pareció extraordinario. También se ha hablado poco de la afición del Malmoe, que me pareció estupenda, muy educada y animada
por cierto, qué graciosos los premios de la liga no?
¡Buenos días a todos!.
Los premios de la Liga son a mala leche y concedidos entre risas. Lo que no sé, es a quien quieren ofender y, menos aún, contentar. Por ejemplo, estoy convencido de que a Iniesta le da mucha vergüenza, y a Modric le tendrán que explicar que se lo han dado como "medio defensivo", a lo Makelele.
Navas, Sergio Ramos, Iniesta y Modric no estaban en "El equipo ideal" ... ¡de la propia LFP!!. Si no diera tanta pena que en este país seamos tan asquerosamente chapuceros y cortesanos, las risas serían la mejor reacción posible.
Por cierto, Don Dueño, es usted un excelente fotógrafo -cosa que ya sabíamos- y, de los retratos de cuerpo entero que hace, me quedo especialmente con los de Mario y Tiago: pienso exactamente eso de ellos.
También opino que Ansaldi va ganando y que, del hecho de que Siqueira sea el primero en saberlo, va a salir un espléndido lateral izquierdo.
Eso sí: me estoy haciendo muy de Griezmann, y sé que lo seré de Cerci. Tiene toda la pinta.
Me gusta lo que leo, señor Fuentes.
La imagen de Goliath / Manchuvik y Crispín / Antoine, es excelente.
Yo aún diría más: Capitán Trueno / Raúl (García, la duda ofende).
Por cierto, se olvida usted en el análisis de otro fichaje: Gámez.
Salut!
Ale, voy a demostrar que no soy un robot.
PD: Los premios al equipo de Modor me la soplan.
Gámez: en mi opinión no es mal fichaje. No es mal jugador, tiene experiencia, juega de lateral y puede hacerlo de central. No le he metido en nómina porque casi no ha jugado, y porque pienso que Ansaldi, que es ambidiestro, le va a dar poca oportunidad de jugar si se lesiona o tiene que descansar Juanfran. Aún así, dependiendo de Siqueira, puede ser fiable también una defensa con Ansaldi por la izquierda y Gámez por la derecha, no?
Hombre, Jesús Gámez es el negociete del verano de Quilón y el supergestor. Se puede comentar al respecto desde una óptica financiera, deportivamente nada hay que comentar, salvo que juegue con el Hospitalet la ida y la vuelta.
Lo verdaderamente triste de los premios esos es ver a Enrique Cerezo haciendo el Don Tancredo hinchado a canapés.
Análisis con el que coincido uno por uno. Si comparamos con la temporada pasada, creo que salimos perdiendo en cuanto al portero y al delantero titulares, pero ganando en número de recursos en el banquillo en esas dos líneas.
Además, con respecto a la temporada pasada:
-el speaker parece cada vez más crecidito.
-Los refrescos han subido un 20%.
-¿Alguien se aclara sobre el ángulo exacto en el que hay que poner el abono en el lector de la maquinita? (las colas son pesadísimas este año)
-hace mejor tiempo y los horarios de los partidos han sido perfectos, (que dure).
Saludos,
Roppongi
Yo estoy encantadísimo de la pantomima ésa del lunes noche. Retrata perfectamente lo que somos (y queremos seguir siendo) y lo que son otros. Un equipo con un solo alma frente a once señores con una camiseta de colorines.
A mí Griezmann me fascinó desde que le vi en el Calderón la primera vez. En general, creo que todos los fichajes van a aportar salvo el mejicano, del que este año me genera muchas dudas.
Seguimos molestando ergo, vamos bien.
Buenas noches.
Muy bien explicado lo de Mandzukic, Griezman, el champagne, la gaseosa, el claqué y la sardana.
A mí me gusta(un poco)más Ansaldi.
Y confío mucho en Cerci.
Si Griezman y Cerci dan su nivel.
Cuidadito...
Buenos días.
Saul titular el sábado?
Lo mejor de los nuevos fichajes es que los pagó el fondo de inversión.
(me voy a chivar, Don Ismael es un robot, sin duda)
Don Vito me empuja a decir la verdad:
No soy un robot, yo, soy Stein.
Entonces, yo soy Franken!
Oiga Caligari, que ese es mi cuñao...
Uy!!!!!!!!!
http://futbol.as.com/futbol/imagenes/2014/11/01/album/1414859690_316363_1414866664_album_grande.jpg
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