martes, 21 de agosto de 2007

La afición regenerada

Los que hayan seguido mis escritos, pobres, sabrán ya algo que me suele ocurrir: partido del Atleti que no veo, partido en el que lo bordan. No vi el partido de la Vojvodina, así que sólo me han llegado los ecos y las crónicas periodísticas. Unos y otras invitan a la reflexión.

Vuelve uno de vacaciones y se encuentra a la afición dando volteretas laterales y dando besos a los niños. “Qué partido, cómo jugamos, este año sí”. Caramba caramba, esto me suena aunque hace tiempo que no lo oía.

Año tras año, al menos en los últimos tiempos, el aficionado atlético acaba el curso desesperado por la clasificación del equipo y, lo que es peor, por el horror de juego desplegado durante la temporada regular. Hartito me tienen, yo no vuelvo más, no renuevo, esto no hay quien lo aguante, que les den. Esta sensación dura poco porque el aficionado atlético pasa a ser, tras el final de la Liga, seguidor de un epílogo de su equipo, de un apéndice endémico del colchonerismo, de una secuela única entre los equipos grandes. Porque el Atleti, que para eso es distinto, desaparece al final de temporada y se convierte en un ente ectoplasmático y virtual: el Proyecto.

Año tras año, la afición rojiblanca ve como el Proyecto nace, crece, toma forma, no se reproduce sino que se deforma y finalmente se convierte de nuevo, por metamorfosis mariposil, en el Atleti. Al principio del Período Giliásico el Proyecto se enumeraba, como las dinastías Ming: el Segundo Proyecto, el Cuarto Proyecto, el Séptimo Proyecto … el hastío y la pereza, o quizás la inseguridad general en lo relativo a los ordinales que siguen al décimo, hicieron que la prensa y la afición perdieran la cuenta. Ahora no se pone un número, ahora se habla del Proyecto y sanseacabó.

El Proyecto tiene varias misiones. Por un lado, tiene a la gente entretenida las mañanas de agosto, cuando los niños más chillan. Por otro, hace ricos a muchos intermediarios, y esto es importante para el Producto Interior Bruto y para el gremio de ojeadores. Pero, por encima de todo, el Proyecto tiene efectos terapéuticos para la maltrecha moral de la afición colchonera. El Proyecto es a la afición del Atleti lo que la baba al caracol: gracias al Proyecto, la afición recupera año tras año la fe, la moral, la ilusión, y además lo hace ella solita. Da igual que el Proyecto se manifieste en partidos veraniegos contra rivales de tercera fila, o en torneos de ciudades playeras en las que los entrenadores foguean a los suplentes. Si el Proyecto funciona durante un par de semanas, el orgullo de la afición se regenera por arte de magia y el campo hace la ola a la primera de cambio. Da igual que el Proyecto sea el vigésimo cuarto o el septuagésimo primero, que en liga se haya quedado el quinto o el noveno: el Proyecto es el Proyecto, qué más quiere Vd, gracias al Proyecto da igual el Atleti, con el Proyecto nos vale para estar contentísimos. El Proyecto regenera, el Proyecto re-ilusiona, el Proyecto restituye la fe en uno mismo, mejora la autoconfianza, quita las patas de gallo y hace crecer el pelo de la coronilla. Como se enteren los de la cuota nos venden el proyecto en pastillas o cremas de cómoda aplicación desde la tele-tienda, que menudos son estos para sacarle rendimiento a los atípicos.

Dicho lo anterior, a mi el Proyecto de este año (perdón, “el Proyecto”) no me parece mal. Tampoco me parece bien del todo, eso sí. Si el año pasado teníamos un equipo que parecía un novillo cornalón, con dos pitones de miedo y cuartos traseros escurridos, este año hemos ganado en cabeza pero seguimos con el mismo cuerpo: el Proyecto deja entrever una criatura fantástica con cabeza de venado medalla de oro y cuerpo de perrillo ratonero. Mirando la parte delantera uno ve muchas puntas, puntas de las afiladas, buenos y agresivos interiores, varios jugadores con capacidad de hacer varios goles por temporada. Eso sí, todos dispuestos en torno a un enorme cráter en el que se echa de menos alguien que les dé la munición, que piense en cómo hacer llegar a todos esos atacantes el balón que tendrá que salir desde atrás, si es que sale …. En ese agujero negro caben, además, multitud de preguntas: ¿Será Maniche el del Mundial o el del año pasado? ¿Confirmará Raúl García que puede con el puesto, como ha apuntado ya? ¿Seguirá Luccin en el equipo y, si es así, soportará el peso de recuperar y crear o se quedará a medias, como de costumbre? ¿Vendrá Riquelme y, si es así, tendrá cabida en los rígidos planteamientos de Aguirre?

Mirando algo más atrás, las dudas se multiplican: ¿tendrán fuerza las endebles patitas de los laterales para sostener el peso de la inmensa cornamenta atacante? ¿serán nuestros centrales la solvente pareja de hace unos años o la dubitativa collera de flanes del pasado ejercicio?. Poco refuerzo vemos por atrás y por el centro y mucho (y bueno, al menos en teoría) por delante. Y eso que, en contra de lo afirmado con rotundidad por el Consejero Delegado de la Marca, ya llevamos fichados unos cuantos jugadores …

Pero en fin, a lo que íbamos, que hay que ver qué alegrías nos da el Proyecto.

- (voz en off) A Vd por lo que se ve no mucha, que siempre anda igual con tanto escepticismo. ¡Aguafiestas! ¡Cenizo! ¡Miope!
- Miope sí, oiga

Por ahora el Proyecto ha ganado zafiamente al Gloria Bistrita y de forma convincente, al parecer, a la Vojvodina. Con esto, a mediados de Agosto, ya está la afición encantada, venga a hacer la ola. La afición del Atleti, a estas alturas de la película, vive el presente con una convicción garcilasiana que ríanse ustedes del Carpe Diem. El Proyecto va ganando y con esto nos basta, y tampoco está mal esta postura ahora que lo pienso. Las experiencias pasadas muestran que la alegría puede no durar mucho, así que mejor aprovechemos y vayámonos a la verbena en cuanto podamos, que hoy dan dos por una y el sábado a lo mejor nos llevamos un disgusto. Pero el sábado está lejos, aquí no hay futuro que valga, no venga Vd con las dudas ahora, que estamos ocupados hinchando globos. “No future” dicen, fíjense por dónde la afición del Atleti se ha hecho punk, aunque, eso sí, más del “Orgasm addict” que del “What do I get?”, la canción cuya letra demuestra que los Buzzcocks también son del Atleti.

Les tengo que dejar. Viene la afición colchonera del barrio haciendo la conga, y me piden que me ponga de locomotora. Con la vergüenza que me dan a mi estas cosas…

2 comentarios:

Jose A. García dijo...

Da gusto leerte.

Nos comen el coco cada verano con los anuncios, los fichajes e ilusiones renovadas.

Teixi dijo...

Pues los fichajes són buenos, cualquier equipo le gustaria tener a Forlán, Simao o Reyes.

La cagada són Kleber Santana y Diego Costa, y no reforzar la defensa la peor linea del equipo.

thepremier.blogspot.com