martes, 20 de diciembre de 2011

Nosotros, vosotros, ellos

Nosotros, que como vosotros y al contrario que ellos, somos del Atleti, llevamos tiempo hartos de todo esto. Tristes, cansados, algo deprimidos, rabiosos a ratos, desesperados otros, en ocasiones incluso muertos de risa. Nosotros, que somos del Atleti hace tiempo o no hace tanto, oiga, vemos desde hace años cómo esto ya no es lo que era, ya no es el Atleti con el que crecimos, el Atleti que nos quitaba el sueño antes de los partidos importantes, tras las derrotas sonadas y el mismo día y los días después de los triunfos que todos recordamos. Nosotros, como vosotros, llevamos tiempo viendo cómo se degrada lo que era nuestra fuente de orgullo, de felicidad y de cabreo, ese miembro más de la familia por el que brindamos todos los fines de año, ese ser indefinible pero siempre presente en todo que nos obliga a elegir los caramelos rojiblancos de la bolsa y jamás los blancos.

Nosotros, últimamente gruñones y depresivos, negativos y siempre escépticos, hemos llegado a un punto en el que nada nos sorprende. No nos sorprende la contratación de un jugador desconocido a precio de oro, ni la presentación de un desconocido a manos de un famosillo sin oficio conocido que se permite descalificar a tipos que llevan pagando su abono cincuenta años, ni las declaraciones absurdas de Aquél Que Prometió No Volver A Hablar, ni la desfachatez en las entrevistas de Aquél Que No Pisa El Estadio. No nos sorprende que se vayan canteranos de proyección infinita, ni que se nieguen a jugar jugadores con prensa de estrella y cabeza de chorlito que consideran que no están hechos para ser cabeza de este ratón que antes fue león, quizás por tener clara vocación de ser cola de rata. No nos sorprende que la prensa nos venda puestos sonrojantes como éxitos históricos ni que nos digan que una plantilla de segundón constituye la apuesta definitiva por Champions para la temporada que empieza. No nos sorprende ya nada, no, qué cosas.

Nosotros, eso sí, tenemos claro que el fin de las sorpresas no supone que las noticias no nos indignen, que no nos avergüencen, que no nos irriten. Porque nosotros, del Atleti hasta la úlcera, no vemos esto como un pasatiempo de fin de semana, como una excusa para vociferar improperios, como una cita semanal con un tipo al que no apreciamos en exceso. Al contrario, nos duele el Atleti más que al que más, más casi de lo recomendable. Por tonto que resulte, el Atleti es una parte fundamental de nuestras vidas, y no es por el equipo en sí sino por lo que representan las rayas rojiblancas, por las horas habladas con los amigos sobre los jugadores que llevaron las camisetas, por los kilómetros hechos para ver partidos, por las lloreras en los grandes partidos ganados y los dientes apretados de los partidos perdidos. Nosotros, cuyo verdadero amor por el Club ha sido puesto en entredicho alguna vez por algún ignorante, somos de esos que decimos que somos del Atleti a los cinco minutos de conocer a alguien, decimos que somos del Atleti en las entrevistas de trabajo, decimos que somos del Atleti cuando damos una conferencia o durante una operación a corazón abierto y sabemos que, de ganar un Oscar, un Nobel, un Grammy o un premio regional al pimiento más grande de la cosecha, sabemos que en el discurso de agradecimiento nos acordaremos de nuestros padres, de nuestras parejas, de nuestros hijos, de nuestros amigos y de nuestros ídolos y siempre, cómo sea, cuándo sea y dónde sea, aunque no pegue, diremos que somos del Atleti sin duda alguna, sin duda.

Nosotros, los de los párrafos de arriba, llevamos gruñendo ya años, con la vida algo amargada por culpa del Atleti. Cuando hablamos del Atleti nos brillan los ojos pero también se nos marcan los músculos de las mandíbulas, hablamos con orgullo pero también con rabia y desesperación. Tanto es así que hasta nosotros mismos empezamos a hartarnos de ser tan negativos, de decir siempre que estamos hartos, que estamos avergonzados, que estamos hasta el gorro de ellos, de los que se sientan en el palco y no sienten lo que nosotros, de los que se llaman directiva y no dirigen nada que no sea su propia granja de engorde.

Vosotros, mientras, nos miráis casi desde fuera, desde el mismo lado del río pero desde la otra acera. Aunque sois del Atleti también, y no más ni menos que nosotros, en ocasiones nos miráis con desconfianza, en otros con sorpresa, muchas veces con hartazgo y otras hasta con ira aunque también brindéis por el Atleti cada fin de año y prefiráis los caramelos de envuelta rojiblanca a cualquier otro, aunque sean de cereza. Para vosotros, que sois del Atleti como nosotros pero de forma distinta aunque igualmente respetable, el Atleti es vuestro equipo del alma pero no pensáis que todo sea tan negro como lo vemos nosotros. El Atleti es lo que es, quizás podría ser algo mejor; pero conseguir cambiarlo, creéis, os queda lejos y no tenéis tiempo o dinero o ganas de poneros a ello, que ya tenéis bastante con lo vuestro. El Atleti, pensáis, no va tan mal como decimos nosotros y la prensa ha dicho que ahora viene Simeone y ese sí que va a poner las cosas en su sitio con ese mal genio que tiene y esa cara de pocos amigos. Pensáis que el próximo equipo será mejor, que el año que viene será mejor, que el próximo entrenador será el definitivo. Os seguís ilusionando con lo que dice la prensa, seguís creyendo que ese jugador desconocido que cada año traemos es tan bueno como dicen en los periódicos que no compráis pero leéis en el bar, no le dais más vueltas a por qué el Atleti volvió a fichar un portero cuando lo que hacía falta era un delantero alto, un defensa central y un contable honrado.

A vosotros, que como nosotros tenéis otras cosas que hacer, ya casi os da pereza hablar del tema porque veis que no lleva a nada. Pensáis que no pasa nada porque se critique la gestión en los bares, que no vale de nada denunciar la importancia de los agentes y la deuda con Hacienda porque de vosotros no depende que se haga cumplir la ley ni la moral ni las buenas costumbres. Preferís pensar menos en el tema y encogeros de hombros y dedicaros a ver los partidos y volver a casa a cenar, sin ver el resumen si se ha perdido o viéndolo cuatro veces si se ha ganado. Preferís pensar que en la Peineta se estará mejor porque se estará a cubierto y porque en la puerta cuatro habrá un Pans and Company's sin preguntaros si realmente hay que irse a la otra punta de Madrid cuando ya tenemos un estadio que está estupendamente. No os preocupa la deuda más que por si supone que no se podrán fichar buenos jugadores y preferís que jueguen los de la cantera, pero si a éstos se les niegan las oportunidades tampoco vais a montar un escándalo. Tampoco vamos a estar todo el día dando la matraca como estos que se hacen llamar "nosotros", pensáis, que tampoco vamos a conseguir nada y hay cosas más importantes. Y no os falta razón, la verdad, hay días que uno piensa que no os falta razón, oiga.

Mientras esto pasa entre nosotros y entre vosotros, ellos siguen a lo suyo. Siguen comprando medianías y vendiendo joyas, siguen comprando jugadores del mismo agente y vendiendo humo. Ellos siguen apareciendo en las presentaciones de jugadores, estadios, ciudades deportivas y audaces campañas de marketing destinadas a adormecer conciencias. Siguen hablando con equipos tailandeses y marroquíes y poniendo nombres rimbombantes a contubernios entre clubes sin demasiado futuro. Siguen dando las entrevistas a los medios afines y guardando silencio ante los críticos, siguen tirando de amigos para defender lo indefendible y colocando portavoces en las tertulias radiofónicas. Siguen pensando en los temas claves para el equipo, como por ejemplo cómo convertir los números del dorsal en una forma de ganar dinero en vez de pensar en qué entrenador es necesario. Siguen gestionando la entidad al borde de la ley y al otro lado de la moral y siguen influyendo en prensa, televisión y radio para que parezca que el futuro es brillante aunque el pasado reciente sea tan negro como sus intenciones. Siguen evitando preguntas incómodas y respondiendo a las verdades con chascarrillos, siguen demandando a los pequeños accionistas y esquivando responsabilidades, siguen llegando a acuerdos oscuros con fondos de inversión y viendo cómo sus socios en negocios paralelos desfilan por los juzgados. Siguen haciendo, en fin, lo que todos vemos, lo que todos ven, lo que tan mal nos parece a todos y tanta vergüenza nos da, siguen haciendo las cosas que hacen que el 100% de los amigos no atléticos coincidan en el veredicto: "mientras no se vaya esta gente, no levantaréis cabeza".

Ellos, aunque poco preocupados por el Atleti y muy lejos de sentirlo como lo sentís vosotros y lo sentimos nosotros, son sensibles a algunas cosas y no les gusta que se les silbe en el campo. La sensación es que cuando nosotros y vosotros hemos estallado juntos, se han sentido irritados, con la irritación de aquél que se cree superior y se ve criticado por otro al que no cree a su altura. Ellos llevan mal los pitidos y los gritos y cuando los han escuchado de cerca han soltado algún improperio y se han llevado la mano a la cartera, como diciendo que ellos sí que están forrados y no vosotros ni nosotros. Ellos no llevan bien los pitidos y, sabiendo que las cosas irán mal, prefieren buscar escudos que les defiendan de las iras de la grada, entrenadores de nombre sonoro y que rime fácil para que la afición se centre en pedir su cabeza y deje en paz al palco.
Si aún así la grada hace saltar la crítica de plano y les salpica, ellos tiran de afines que hacen llamamientos a la unión, que hacen ver que las buenas aficiones nunca protestan sino que tragan sin fin, que intentan hacer pasar por un anti-atlético a aquél que osa hacer lo que hacía tan a menudo la afición que hizo grande al Atleti, es decir, exigir, protestar, reclamar orgullo y respeto por las rayas rojiblancas. Parte de la prensa, la misma que silencia impagos y miserias, escribe entonces artículos llamando al bien común, a no hacer caso a los negativos y secesionistas y a no hacernos daño entre nosotros, vosotros y ellos. Algunas peñas cercanas y algunos periodistas que en su vida han estado en una grada hacen entonces proclamas sobre lo que el verdadero atlético debe hacer en los malos momentos, que no es otra cosa que callarse y animar, que pagar el abono e ir a las presentaciones de los fichajes del fondo de inversión, que centrarse en no descentrar a los jugadores y protestar únicamente, si fuere menester, al final del partido, cuando un empleado del club convenientemente aleccionado suba hasta los límites admisibles por la OMS el volumen de la megafonía.


Y mientras ellos hacen lo que cada vez es más evidente para vosotros y más ofensivo para nosotros, esto se acaba. Se va acabando la energía de los críticos, se va asumiendo como normal la inmoralidad, se van reduciendo las expectativas en la clasificación. Se va tomando como inevitable la venta de los buenos, se hacen chistes sobre la compra de los malos, se van perdiendo derbis y derbis y van naciendo nuevas rivalidades con equipos que nunca habrían soñado medirse con el Atleti. Se pierden partidos en casa, se pierden partidos fuera, se cambian entrenadores y jugadores, se instala la sensación general de que los buenos están sólo de paso. Se van dando de baja los históricos de la grada, se van perdiendo las ganas de animar al equipo, se van perdiendo las ganas de protestar. Se van destapando las cuentas reales del club, se va acabando con la credibilidad de los periodistas que defienden la gestión, se van despoblando las gradas. Se van confundiendo las ideas, se van instalando las dudas sobre si merece o no la pena ir a ver al equipo, se va inundando todo de nostalgia, ya casi ni de rabia.

Esto se va acabando y todos lo vemos. Se va acabando y es culpa de ellos principalmente, pero también de nosotros, que no supimos hacer llegar el mensaje, y de vosotros, que no quisisteis recibirlo. Será por lo que sea, pero esto se va acabando y, sí, es culpa de ellos pero también es culpa de nosotros y vosotros, culpa de todos porque no tenemos los arrestos de hacer nada juntos.

martes, 13 de diciembre de 2011

Ejercicio práctico de auto-cuestión, o “la interrogación retórica, ese recurso tan cómodo”


¿Se puede escribir una crónica de partidos como los dos últimos? ¿Es posible hablar de fútbol tras lo visto en Albacete y Barcelona? ¿Merece la pena discutir el dibujo táctico, la calidad de los jugadores, la disposición en el campo de tal o cual centrocampista? ¿Es posible aislarse de la realidad hasta el punto de ver un simple partido de fútbol en medio de la cochambre general que impregna el Club?

¿Alguien creía que Manzano sería capaz de hacer jugar bien al equipo? ¿Alguien esperaba otra cosa? ¿No es acaso evidente que, un año más, el equipo es fuerte de mitad hacia arriba y lamentable en el resto de zonas? ¿Tiene sentido ya analizar si Manzano hace bien o mal los cambios, si tiene una idea de juego, si invierte tiempo en ver cómo juegan los rivales? ¿Ve Manzano los partidos del Atleti? ¿Por qué tarda Manzano quince partidos en ver lo que todo el mundo ve en tres? ¿Por qué, una vez cambiado el sistema, vuelve a los errores iniciales tras un único partido? ¿Tiene sentido seguir analizando lo que todo el mundo, menos el responsable directo, ve? ¿Hay que cambiar a Manzano? ¿Por quién habría que cambiar a Manzano? ¿Valdría de algo cambiar al entrenador? ¿Hay aún alguien que piense que un entrenador tendrá autoridad y tiempo suficiente en el club para hacer el equipo que quiere? ¿Queremos que sea Pantic el entrenador? ¿Queremos ver cómo Pantic sale por la puerta de atrás tras tres meses?

¿Es de recibo que el portero titular del Atleti sea un cedido de un equipo extranjero, habiendo dos porteros de teóricas garantías en la plantilla? ¿Es lógico que se haya vendido al portero más prometedor de las nuevas generaciones para quedar en situación de interinidad, esperando la llamada del Chelsea? ¿Ha hecho Joel algo a alguien? ¿Es Asenjo el portero que necesita el Atleti? ¿Hay entrenador de porteros en el Atleti? ¿Hay alguien en el club que les explique que en el área pequeña pueden jugar con más libertad que el resto porque no se les puede tocar? ¿Hay alguien que entrene qué hacer cuando los balones vienen de los lados?

¿Merece la pena analizar la defensa? ¿Hay posibilidad de que un humano sin superpoderes entienda lo que le ha pasado a Godín desde que llegó al Atleti? ¿Es Filipe Luis Filipe un impostor, un doble del jugador del Depor? ¿Es Miranda jugador para el Atleti? ¿Es de recibo que Perea, jugador llamado a ser suplente y en el ocaso de su carrera, sea siempre titular año tras año y en dos demarcaciones diferentes? ¿Cómo es posible que no juegue Domínguez, con sus defectos, el 100% de los partidos? ¿Alguien preguntó si Silvio podía jugar más de dos partidos seguidos antes de firmar el contrato con su agente, o se cerró el acuerdo con un apretón de manos sobre una mesa llena de gin-tonics? ¿No hay canteranos con calidad para jugar en el primer equipo en los puestos más débiles de la defensa? ¿Hay algún interés en arruinar la carrera de Pulido?

¿A qué juega la media del Atleti? ¿Es una media de contención, de robo y salida, de creación y toque? ¿Es una media lagartijera? ¿Una media noche? ¿Una media tipo panty? ¿Es Mario Suárez un jugador para ocupar la posición de cinco? ¿Tiene el físico, la disciplina táctica y la jerarquía? ¿La tiene Gabi? ¿Es su querencia al pase al contrario una obligación contractual para dar emoción a los partidos? ¿Por qué no juega Assunçao? ¿Es Tiago elegible para una pensión por incapacidad parcial? ¿Por qué no juega Koke? ¿Ha mejorado la línea media desde que se fue Raúl García, el odiado por la grada? ¿Sabe Manzano cómo quiere colocar a los medio centros? ¿Sabe Manzano lo que es un medio centro? ¿Sabe lo que es un interior? ¿Le pasa como al resto de mortales y no tiene ni idea de qué es un volante de enganche o un media punta creativo?

¿Quién tiene la misión de decidir cómo juega el equipo en la línea de tres cuartos? ¿Es Diego? ¿Lo saben los compañeros? ¿Es de recibo que Diego pase el 50% del tiempo corriendo hacia atrás buscando recuperar balones? ¿Cuándo Diego levanta la cabeza, qué ve? ¿Por qué juega Salvio? ¿Es necesario para el juego del equipo? ¿Juega ahí porque interesa al equipo o por otra cosa? ¿Quién pagó 7 millones por Juanfran? ¿Para qué vino? ¿Es jugador para el Atleti? ¿Quién pactó los 15 millones de Pizzi? ¿Por qué vale tanto? ¿Alguien pensó en si el juego del equipo le conviene a Falcao antes de pagar 40 millones por él? ¿Alguien vio la letra pequeña en el anuncio de su fichaje en los vídeo-marcadores que decía que no tocaría bola? ¿Es feliz Falcao? ¿Aguantará más tiempo así, erosionando su propia carrera? ¿Acabará hablando con Adrián y Arda para hacer entre ellos y Diego lo que les dé la gana y no lo que diga el entrenador? ¿Por qué no juega Adrián todos los partidos?

¿Es normal en un equipo como el Atleti el ver los puestos europeos a distancia? ¿Cuánto tardará la prensa en titular “el Atleti busca el sueño de Europa” este año, como si no fuera la obligación mínima? ¿Entiende la gente lo que significa para un club como el Atleti el sufrir para quedar séptimo? ¿Tiene memoria la grada? ¿Sabe la afición de qué equipo estamos hablando cuando reclama fichajes de jugadores que apenas destacan en clubes llamados a pelear la permanencia? ¿Es posible que cada año vengan jugadores peores que el año anterior? ¿Qué pensaría la afición ante un enfrentamiento en Europa contra un equipo en el que jugasen De Gea, Ujfalusi, Maxi, Simao, Agüero, Forlán y Torres? ¿Terminaremos pidiendo la repesca de Jurado y la vuelta de Maniche? ¿A qué se dedica el director deportivo? ¿Hará bueno a Pitarch? ¿Conseguirá que queramos la vuelta de Rubén Cano? ¿Fichará a algún jugador para los seis o siete puestos en que el equipo flojea? ¿O traerá otro goleador de cincuenta millones para que juegue junto a Falcao – juegue al tute, se entiende? ¿Ve el director deportivo los partidos de la cantera? ¿Hay que dar por perdido a Borja? ¿A Pulido? ¿A Koke?

¿A qué va la gente al campo? ¿Va a ver fútbol? ¿Va por inercia? ¿Va por cariño a un club? ¿Va a pasar las últimas horas con un moribundo? ¿Va a pasar el rato? ¿Va a desfogarse, insultando a los rivales? ¿Va a quitarse de en medio porque en casa el sofá está ocupado? ¿Quiere la gente al club? ¿Está dispuesta a hacer algo por él? ¿Es incapaz la gente de ver lo que pasa? ¿Dura la ilusión falsa que todos los años los medios engordan en agosto hasta julio del año siguiente? ¿Por qué la gente aplaude a Reyes? ¿Es para hacer rabiar a Manzano? ¿Es porque de verdad creen que es el jugador con más calidad de la plantilla? ¿Se acuerda la gente de Alemao, de Dirceu, de Ayala, de Pereira, de Leivinha, de Gárate, de Futre, de Torres? ¿Si es así, porqué tragan con jugadores que serían suplentes del suplente del aprendiz del imitador de una mala copia de un espejismo de cualquiera de los anteriores?

¿Cree la gente que puede hacer algo por cambiar el devenir del club? ¿Sabe la gente que puede hacer algo por cambiar el devenir del club? ¿Lo sabe la gente pero hace como si no lo supiera, para evitar asumir responsabilidades y por tanto críticas al no afrontarlas? ¿Quiere la gente hacer algo realmente, o les basta con ir al fútbol, gritar, irse cinco minutitos antes del final y volver a casa a rumiar el disgusto? ¿Cómo ve la gente en general a los que sí se esfuerzan, con mayor o menor acierto, en ayudar a que la cosa cambie? ¿Deciden por sí mismos o se dejan influenciar por los medios? ¿Les hace gracia que el presidente haga chascarrillos sobre la Abeja Maya? ¿Sabe la gente lo que significan las bufandas verde y oro? ¿Saben de dónde vienen? ¿Tienen la curiosidad de saberlo? ¿Les interesaría lo que representan si lo supieran?

¿Puede esperarse de los medios que se involucren en la denuncia y resolución del problema del Atleti como sí lo han hecho en otros clubes? ¿Es la prensa responsable de que llegue con mucha más nitidez el discurso ficticio y triunfalista del club que presenta estadios futuristas para jugarse la novena plaza, que el discurso realista de los escépticos? ¿Debe exigirse a la prensa que denuncie día sí y día no la situación de club y la irregularidad del acceso al accionariado de los gestores actuales? ¿O debe la afición dar por buena la denuncia que se hizo en su momento? ¿Son los periodistas totalmente libres a la hora de dar información sobre el Atleti? ¿Reciben presiones del club? ¿Reciben presiones de sus jefes? ¿Creen siempre lo que escriben o deben modular su discurso para que se publiquen sus artículos y se pague su nómina? ¿Cuántos periodistas sienten el Atleti como propio? ¿Cuántos pagaron su abono y fueron aficionados de grada, autobús y vuelta a casa a las tantas, como la mayoría de los aficionados? ¿Cuántos limitan su conocimiento del club a lo que ocurre en la sala de prensa y departamento de comunicación? ¿Cuántos entienden a la grada? ¿Cuántos preguntan a la grada? ¿Sirve de algo preguntar a la grada?

¿Es necesario un nuevo estadio, sobre todo ahora que el Calderón está en la mejor zona de Madrid? ¿Se ha preguntado la prensa si es necesario un nuevo estadio? ¿Para qué queremos un nuevo estadio? ¿Si el nuevo estadio no trae beneficios más que posibles y por confirmar y si ello implica el movimiento en masa de la afición a la otra punta de la ciudad, con pérdidas en el camino, tiene el traslado algún sentido económico para el club? ¿Es necesario otro proyecto de Ciudad Deportiva? ¿Cuántos proyectos de Ciudad Deportiva se han presentado? ¿Cuántos aficionados reclaman vehementemente una Ciudad Deportiva con helipuerto? ¿Para qué quiere un hotel de cinco estrellas en Madrid el aficionado de un equipo de Madrid que, en su mayoría, vive en Madrid? ¿Se confirma que la Ciudad Deportiva tendrá gasolinera? ¿Estará bien comunicado el nuevo estadio? ¿Está mal comunicado el Vicente Calderón, como tantas veces se dijo cuando convenía y nunca más se ha comentado? ¿Por qué no vale el Vicente Calderón? ¿Para qué vale un parking de 3.000 plazas en un estadio para 75.000 espectadores? ¿Espera el club que en cada coche se desplacen 25 aficionados en día de partido? ¿Ha conducido el Consejero Delegado por la rotonda cercana a la Peineta en día de partido del Atleti?

¿Hay aún alguien que no vea que el club ya no es un club? ¿Es de recibo que al socio se le abochorne cada vez que habla el presidente, con minúscula? ¿Es de recibo que la prensa jaleé los chascarrillos del presidente y que dé por bueno un chiste fácil como respuesta a una pregunta grave? ¿Es de recibo que el consejero delegado, con minúscula, haga una entrevista anual para contar que todo va de maravilla y que nadie le pregunte públicamente si de verdad se cree lo que cuenta? ¿Es normal que el consejero delegado no vaya al campo, pero sí vaya a la grada de otros estadios? ¿Alguien entiende cuál es el verdadero papel del presidente y del consejero delegado? ¿Alguien ha preguntado por qué los gastos del club son los que son, por qué los precios inflados de los jugadores son los que son, por qué los precios de venta son los que son? ¿Hay alguien que no esté de acuerdo en que la gestión del club huele, como poco, a cerrado? ¿Hay alguien que ponga su mano por la total transparencia y honestidad de la gestión? ¿Y, si es así, por qué no se pregunta ni se denuncia públicamente desde los medios? ¿Es que no interesa investigar? ¿Alguien se explica la impunidad a la hora de ir hundiendo un club como el Atleti año tras año? ¿Por qué, si todos lo sabemos, nadie lo airea del todo? ¿Es que a nadie le importa? ¿Es que todos damos por buena una situación tan extraña?

¿Merece la pena buscar respuestas a todo lo anterior? ¿Merece la pena seguir en esto? ¿Merece la pena pagar un abono a sabiendas de que se usará en cualquier cosa salvo en dar al dinero el uso que el club merece? ¿Es consciente el que paga buscando un servicio que no lo recibirá? ¿Es consciente el que paga por un vínculo emocional con el club que con ese dinero se contribuirá a deteriorar ese mismo vínculo? ¿Merece la pena seguir denunciando lo que todo el mundo ve y nadie quiere cambiar? ¿Merece la pena discutir sobre algo tan obvio como que nos vamos al agujero? ¿No es acaso vergonzoso ver que el Atleti va resbalando hacia un pozo negro mientras miramos desde los lados del tobogán sin hacer nada? ¿Merece la pena seguir mirando, si no se va a hacer nada? ¿Podemos hacer algo más? ¿Debemos hacer algo más?

¿¿¿HAY ALGUIEN AHÍ???