Por Jesús Doggy, enviado especial
Jamás pensé que me vería a mi mismo viajando en un avión con escudos del Atleti en todos los reposacabezas. Pero sucedió. Y, créanme, es una sensación extraña. Naturalmente, tras el estupor inicial, doblé cuidadosamente el que me había correspondido y lo guardé dentro de un libro para regalárselo a un amigo que tengo en Onteniente. La primera expedición del Atlético de Madrid en Liga de Campeones desde aquella ya lejana y triste noche en la que Esnáider falló un penalty y un fiestero portugués nos metió un golazo que todavía hoy no se puede creer, vuela hacia Eindhoven en un chárter de Viajes El Corte Inglés, como corresponde en una empresa regida por un pijo de pueblo. Además de la plantilla, el cuerpo técnico, los empleados del club, la canallesca y medio centenar de aficionados que han cotizado casi mil euros por barba, en el avión viaja, con su pequeña corte de familiares y esbirros, el citado factótum del club, permanentemente hablando entre dientes, con el pinganillo colgándole de una oreja, sí, justo esa hacia la que tuerce el gesto.
El Presidente no aparecerá hasta el día siguiente, en un Mercedes oficial de la UEFA, siempre a destiempo, para recitar públicamente cuatro lugares comunes, muy en su papel de adláter absurdo. El del pinganillo es una presencia de mal agüero que desentona en una comitiva, por lo demás, concentrada, pero contenta. Como el buen Agüero. El Kun está tranquilo, bromeando con esa ingenua picardía suya, pendiente de vez en cuando de un Ever Banega cohibido y cabizbajo, parapetado tras los cascos del iPod. Los jugadores de fútbol, como es lógico y ustedes bien imaginan, disponen de toda la panoplia de artefactos electrónicos de última generación diseñados para el ocio aeroportuario: iPhones, iPoces, iMacs, Playstations y un largo etcétera. Nada, sin embargo, comparable al bolso-bandolera de cuero negro repujado de Dolce & Gabbana que luce orgulloso Maniche. Está claro que Nuno es el único dispuesto a competir con la escorzada Señorita Pepis –cuello subido, pendientes de diamante, pelo de concursante televisivo- en el inquietante cuadrilátero del pret-a-porter, subnivel futbolista. Forlán, Simao, Camacho y Raúl García comparten tertulia y risas; Sinama y Coupet conversan en su lengua materna, mientras Leo Franco permanece –y permanecerá- pensativo y solitario en el otro extremo de la sala de embarque. En el centro, ajenos a todo, tres jugadores leen libros. Sí, sí, libros. Seitaridis, Heitinga y Ujfalusi leen. Para que luego digan.
En la salida del aeropuerto de Eindhoven todas las cámaras siguen al Kun. “Dale, che, a Leo, el seguimiento a Leo”, dice, cansado. Los jugadores van en su autobús, seguidos por los directivos en lujoso microbús. El autocar de la prensa me retrotrae a los peores momentos de las excursiones colegiales: chistecitos ramplones, vocerío, que si los cofishops, que si los putishops, que si el Rabobank, que si las bicicletas... Vivo en constante estado de alipori, sufriendo por la amabilísima guía holandesa que trata, educadamente, de no perder la compostura ante el lamentable espectáculo que ofrecen unos españolísimos padres de familia dando la nota chusca y haciendo el ridículo por Europa. Así son nuestros fenomenales compañeros, tomando whiskys ya desde por la mañanita.
Eindhoven es una ciudad de poco más de doscientos mil habitantes, fue destruida casi totalmente en la Segunda Guerra Mundial, por lo que exuda ese aire artificial e impersonal típico de las urbes reconstruidas. Es una ciudad que vive de la Philips y de la DAF y, al parecer, últimamente, de las empresas punteras en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. En el hotel, los jugadores por parejas. Maniche va con Assunçao, Camacho con Raúl García, Antonio con Miguel de las Cuevas, Ujfalusi con Heitinga. Bueno, no, Heitinga va con todos. Heitinga está convencido de que el Atleti gana en el Philips Stadion y se le puede ver constantemente arengando a todo el que pasa por su lado. Heitinga es un torbellino. “A ganar, ¡a ganar!”. Tomas Ujfalusi, desde su distancia marmórea, le mira perplejo. “¡Alfellay peligroso!”. Ujfalusi sonríe. Ya es el día del partido. Desayuno a las diez, almuerzo a la una, luego siesta y, a las siete, rumbo al estadio. Antes de comer, cuatro o cinco grupitos de jugadores aprovechan para hacer compras por el centro peatonal de Eindhoven. Johnny, siempre escoltado por Ujfalusi, da un par de vueltas a la manzana y se para en la puerta del hotel a firmar las camisetas de un grupo de hinchas del Ajax, camisetas del Atleti con su Heitinga en la chepita, oigan. Johnny es un ídolo y está convencido de que el Atleti gana en Eindhoven. Cinco minutos después de acabar el partido, sus alaridos de alegría celebrando la victoria en el túnel de vestuarios atronarán la zona mixta. Un auténtico guerrero.
Después de comer, el centro de Eindhoven es un hervidero de camisetas rojiblancas. Me tomo el último café antes de ir al campo. “Have a nice evening, sir, but no so nice”. El camarero, un hospitalario holandés, esboza una sonrisa. Se la devuelvo. El césped del Philips Stadion es una alfombra. Un estadio bonito, con todas las gradas cubiertas y doble línea de calefactores. Desde hora y media antes del encuentro, los videomarcadores ofrecen imágenes del PSV: goles históricos, jugadores legendarios, eliminatorias europeas inolvidables, resúmenes de todos los partidos jugados contra equipos españoles, reportajes sobre la plantilla... Pienso en qué pensaría Indy de todo esto y caigo en la cuenta de que el PSV no tiene mascota. Y no pasa nada, ¿eh? Una hora antes del partido, la grada empieza a poblarse, mientras los videomarcadores ofrecen la llegada de los autobuses de los dos equipos. Diez minutos antes de empezar todavía hay muchas calvas en la grada. Un holandés, redactor de un periódico local, me dice que este estadio se llena todos los domingos en Liga, pero que en Liga de Campeones se han pasado con los precios. Al final no se llenará, algo más de tres cuartos de entrada, exactamente 29 mil espectadores. Casi un millar de ellos, atléticos; el Frente sobre un corner, a la izquierda de la portería en la que el Kun meterá los dos primeros. Los jugadores del PSV saltan a calentar aplaudiendo a la afición y yo vuelvo a pensar en Indy. Los videomarcadores emiten el verbenero himno del club, que canta a voz en cuello todo el estadio. Recitan las alineaciones y al llegar a Johnny el abucheo es atronador. Durante toda la primera parte, le pitarán al unísono 28 mil gargantas. Espoleado, Johnny vuelve a arengar a sus compañeros, les da palmadas en el pecho, gesticula y se pega más carreritas. Le digo al compañero holandés que hemos tenido suerte de fichar a un tío como Johnny. Asiente y me pregunta “¿Qué opinas de Ujfalusi?”. Que mola, claro, un gran profesional, lo que necesitábamos. El holandés me mira muy serio. “El año pasado, en UEFA con la Fiorentina, dio un espectáculo aquí, imposible pasarlo. Un escándalo”.
Cuando saltan los dos equipos siguiendo al cuarteto arbitral, el estadio entero hace un espeluznante mosaico rojo y blanco. Aunque sea de un blanco metalizado, raro, es emocionante. Ujfalusi atiza a Alfellay en la primera jugada. No será necesario golpear más. Me acuerdo de las consignas mañaneras de Johnny. Ujfalusi, desde el centro de la defensa, sonríe: el partido es suyo. El Kun falla un gol cantado, sorprendido por la pifia de Bréchet. El público alienta incansable y apenas se oye la celebración del primer gol del Atleti. Ujfalusi sigue impecable, sostiene a un equipo con empaque, serio y tranquilo, que se siente superior y que machaca cuando debe, pese a perder a Diego Forlán a la media hora. El segundo del Kun, cinco minutos después, ha templado las gaitas del Philips Stadion y el tercero, de Nuno ya en la segunda mitad, hace enmudecer definitivamente el templo del PSV. De ahí al final sólo se oye al Frente entonando todo el listado de cánticos del repertorio mientras yo me tomo un perrito caliente. Victoria inapelable e incuestionable. El holandés me estrecha la mano, “nos veremos en Madrid”, mientras Tomas Ujfalusi encara el túnel de vestuarios. Forlán derrama lágrimas de impotencia camino del autobús, Maniche loa a Aguirre, el Kun sigue sonriendo con esa ingenua picardía tan suya, mientras Johnny se abraza a todo el mundo, exultante. Como nosotros.
28 comentarios:
Enorme don Jesús, no se sabe aquí quien es el maestro de quién, si don Carlos de Usted o viceversa, porque las crónicas están todas sobre la misma línea de la genialidad.
Y si tenemos todos un poco de suerte, Ujfalusi y Johnny marcarán una época en el Aleti. Al tiempo.
¡¡AUPA ALETI!!
Magnífica crónica, D. Jesús. Me sumo, además, al bochorno sobre el comportamiento de los compañeros. En mi salida Uefa a Copenhague pude comprobar exactamente cómo es esa sensación de vergüenza.
Johnny fuera de la convocatoria por lesión (leve), Camachito por decisión técnica. Aguirre ha adelantado el once, en el que no está Pablo y sí Coupet:
Coupet;
Seitaridis, Ujfalusi, Perea y Antonio López;
La Ardilla, Raúl García, Simao y Maxi;
Sinama-Pongolle y 'Kun' Agüero. Completan la convocatoria Leo Franco, Pernía, Pablo, Luis García, Assunçao, De las Cuevas y Banega.
Sólo vale ganar. Forza Atleti!!
D. Jesús, muchas gracias.
Alguien reprochó a Seitaridis, Heitinga y Ujfalusi por su mala actitud? Es que rompen el espirito del equipo, vamos. Los güisquis fueron pagados por La Ardilla?
PS
Me ausento por una semana, maldita feria de Berlin. Ya os veo aliviados.
Uy, Berlín.
Hágame el favor de pasarse por
"YoSoy" Tapas-Bar
Rosenthaler StrastBe, 37
Español, con tapas buenísimas, y camareros de Cádiz. En la calle hay garitos chulísimos y la zona está genial.
(llevaremos crespón negro esta semana, D. Vito)
Doña MJ, si logro librarme de mi jefe monoglota -a duras penas-, me voy de tapas, lo prometo.
Haga un poder, que es un bar muy salao. Con albóndigas, pimientos de Padrón y aceitunas malagueñas. Y hay chicas tomando vinitos.
Entonces iré! gracias, oiga
Soberbio D. Jesús. Por un momento me he sentido dentro de la expedición atlética.
qué suerte tenemos
Maravillosa crónica, D. Jesús, de veras. Me ha parecido, ¿como decir? emocionante.
Me parece muy enriquecedor su aporte, que nos ha permitido disfrutar una vez más, desde otro prisma, de esa noche mágica.
Retiro todos los agravios proferidos hacia su persona: eran injustificados.
Claro que, lo de no tener mascota, lo explica todo: no nos podían ganar.
P.D.: omito cualquier comentario, hacerca de bochornosas expediciones multitudinarias, bañadas en vergüenza ajena: recuerden mi origen.
P.D.: al decir enriquecedor, no me estaba refiriendo al del pelo casco que viaja en mercedes uefa.
Lo dicho: le aplaudo
(y, de paso, ponemos celoso al amo)
Siempre es bonito viajar por europa, especialmente para ir a ver fútbol, y un lujo si es para ver al Atleti jugando la Champions. Saludos.
Escribe usted tan bien que no parece pertenecer a la canallesca deportiva.
Enhorabuena.
Todo un privilegio que comparta usted con nosotros este viaje.
Me encantaron los detalles del periodista holandés,del Kun con Banega,el frenesí de Johnny y todas esas cosas que nunca veremos. Y me impresionó lo de Forlán.
Sí venga, Seitaridis leyendo..
Una duda, Banega llevaba webcam?
Un verdadero placer poder viajar con el equipo gracias a Vd.
Fernández: Maxi hoy mete dos chicharros (espero). Por cierto, el Liverpool de Benítez a lo suyo: incapaz de pasar del empate a cero en Anfield ante el modestísimo Stoke City... La Máquina ha jugado los 90 minutos, eso sí.
Escribir deprisa te "acerca" al error tipográfico. Pero la crónica sigue siendo magnífica, vaya.
Viva Doggy!!!
Senor Jesus, su explicación del stadium es muy bien hecha. Yo estado allí, y es muy bonito campo.
También me parece un muy bonito articulo, donde puedas ver otro aspecto de futbol internacional.
Atletico gana con fuerza y muy claro, en el principio de partido. Enhorabuena por ello.
Todos países hacen esas cosas en otros países, como beber y decir jaleos, es normal.
Leo franco demuestra su nivel de portero internacional. A mi me gustara si volviera a Mallorca.
Un saludos a todos.
Muy buena crónica. Y fenomenal el apunte sobre el nivel cochambroso que puede alcanzar el periodista hispanico on tour europeo. Y mientras Seitaridis, Ufo y Heitinga leyendo. Para que luego se hagan generalizaciones sobre los futbolistas.
D. Jesús, enhorabuena, me ha encantado leerle. Una excelente crónica, periodismo del bueno.
Y tras el 4-0 de hoy, qué decirle, el G&T me sabe a gloria..
Un fuerte abrazo, queda usted comprometido a los dos siguientes desplazamientos europeos. Le esperamos.
Y qué partidazo ha hecho Raúl García, ¿eh? Aunque la gente aclamaba a Maniche y hasta hacía la ola...
No puede ser que cada vez que juega el Atleti se tire al barro con los dos golitos
de Maxi y sigamos esperando. Ahora hablando en serio y pensando en el bien del equipo.
¿No es una posibilidad que desde Aguirre hasta gente que sabe mucho de fútbol como Vd, estén cometiendo un error con la aparante obligación de que siga siendo imprescindible?
Es evidente que su rendimiento actual está varios puntos por debajo que el del resto de los jugadores importantes del equipo.
Y eso puede incluso acabar creando problemas en le vestuario como pasa en otros equipos.
Quizá mostrarle que no está bien y que debe mejorar nos venga bien a todos.
PD: En Getafe, marcará seguro.
¡¡¡Viva el método suso!!!
pues a mi me gustó Maxi ayer, fernández
por qué le vio Vd tan mal?
¡Ay, Fernández! Maestro, el amigo Fernández no consigue quitarse la ojeriza y, dicho sea sin acritud, le cuesta valorar el trabajo táctico y el juego sin balón... A mi también me pareció que Maxi jugó a buen nivel, que no siempre es sinónimo de meter dos, como yo deseo cada día para chinchar a Fernández. Al hilo de esto, anoche hubo una variante táctica muy interesante en los últimos 20 minutos: Sinama solo en punta, con tres enganches por detrás -Miguel, Ever y la Pepis- con Maxi en el medio ayudando a un inconmensurable Raúl García. Me recordó el mejor año de Sevilla de Juande en los partidos fuera de casa. Ujfalusi bien, ¿no Fernández?
Ujfalusi espectacular.
Ya veo que algunos con sudar les vale para ser titulares y otros tienen que hacer ofrecer su mejor versión cada domingo para que no moleste su titularidad.
Hace seis meses que sólo conseguimos valorar el trabajo táctico y el juego sin balón de Maxi. La pregunta es, si Maniche o Raúl Garcia se marcasen el inicio de temporada que lleva Maxi, alguno les pondría en el once.
Me da que todos sabemos la respuesta.
Vuelve a ser usted injusto, Fernández, pero, en fin...
Sublime, sr. Jesús. Muchas gracias.
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