domingo, 19 de abril de 2009

De resultados excesivos y protestas justas

El Atleti se enfrentaba a uno de los equipos a los que debería ganar, suficiente para que al aficionado le entre el vértigo y la ansiedad. Con todo, el Atleti ganó marcando más goles de los que merecía y metiéndose en la pelea de nuevo.

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En el día en el que el Numancia visitaba el Calderón había sobre Madrid una nube negra zahína del tamaño del Alto Aragón que iba dejando claro que las peñas atléticas, en su propio día, se iban a mojar. En el día en el que el Club había pedido a la afición que hiciera el favor de animar, oiga ya está bien, vamos hombre, qué es eso de protestar y pedir responsabilidades a la altruista directiva que nos ha tocado en suerte, una parte de la afición había convocado una protesta en la puerta cero antes del comienzo del partido y en la grada durante el mismo. En el día en el que el Atleti se enfrentaba a uno de los equipos de abajo y le entraba al atlético de solera ese familiar escalofrío por la columna vertebral que precede a los históricos resbalones del equipo, el Atleti ganó con un marcador abultado un partido de esos que a veces pierde y a veces empata. Qué cosas pasan.

El Club, molesto por los gritos contra el palco del partido contra el Osasuna, salió a los medios en los días previos al partido quejándose de la afición por medio de su presidente Enrique Cerezo, ese hombre. Cerezo, cosas del dadaísmo, la emprendió esta vez con la afición con la desfachatez del falsificador de moneda que acusa al pueblo de chivato y acusica cuando éste, tras ver que el tendero no le acepta los billetes, se lo dice a un guardia. No contento con hacer declaraciones en prensa y radio, el Club hizo un spot en el que sale Maxi, capitán del equipo, pidiendo el apoyo de la grada a cambio de sudar la camiseta, como si lo segundo fuera negociable. Se lamenta Maxi en el spot de que le grite la grada que no merecen la camiseta que llevan, y lo hace con aire tristón y la mirada perdida, casi como Calimero. Y lo hace paseando melancólico, qué ironía, entre los asientos de la grada cubierta de papelajos, mondas de plátano y papel albal (quizás segunda parte del vergonzoso vídeo de Coti, visto que el decorado es similar), gritando al mundo que somos una afición orgullosa con un equipo orgulloso y un servicio de limpieza lo suficientemente orgulloso como para no limpiar basura ajena. El spot, pagado por ese Club presidido por un tipo que ha declarado públicamente ser un maniático de la limpieza, ha supuesto un nuevo filón para los guionistas que actualmente trabajan en el macro-proyecto Enrique Cerezo, el musical.

En paralelo a esta doblemente sucia campaña del Club, una parte de la afición, quizás minoritaria pero claramente entusiasta, organizó una protesta contra la marcha de la entidad y pidiendo un cambio en la directiva. La protesta consistía en una concentración previa al partido y la exhibición de pancartas en el estadio, toda una aventura visto que en el estadio Vicente Calderón no se puede mostrar ningún símbolo contrario a la directiva sin que lleguen en cinco minutos un montón de guardias de seguridad prestos a quitarla; si la brigada de escoba y fregona actuara con la misma rapidez cada vez que cae entre los asientos una cáscara de pipa se podrían comer sopas en la grada, oiga. Es posible que la propuesta no fuera seguida por tantos aficionados como fuera deseable o que los medios no se hagan eco del movimiento bien por no tener interés en airear ciertas cosas para no enfadar al Club o bien por no haber tenido la convocatoria el éxito suficiente como para ser noticia de primera plana. Es posible. Cualquiera que sea el resultado, vaya por delante nuestra admiración a los que se entregan a la desagradable tarea de reclamar el bien de todos ante la indiferencia de muchos, un buen ejemplo de amor a los colores. En nombre del que suscribe y de un numeroso grupo de sus compañeros de grada, muchas gracias.

En fin, a lo que íbamos. Salió el Atleti bajo un cielo negro que daba al estadio luz y aspecto de grabado japonés y salió también el Numancia vestido de Oviedo, un nuevo capítulo para la historia del desatino textil. Fue recibido el Atleti con una explosión de entusiasmo y no sabemos aún si se debió a una dócil respuesta de la grada al requerimiento del club o a una decisión espontánea. Hay que señalar que el Club, sibilino, ante la sospecha de que el vídeo de Maxi andando por un vertedero no produjese el efecto deseado, decidió acudir a métodos más arteros y recurrió al portadista del Forza Atleti para garantizar que la afición tornase su ira en chufla tras leer la inolvidable portada de ayer; quizás esto explique la ausencia de bronca inicial y el general jolgorio del comienzo. El caso es que salió el Atleti en medio de un campo más lleno de lo esperado visto el tiempo y con una nutrida representación de al afición del Numancia, numerosa, pacífica y amable.

- ya estamos
- si, qué quiere, ya sabe que a mi me cae bien casi todo el mundo
- ya

Acudió la afición del Numancia en masa al Calderón, decíamos, y estas cosas nos alegran. Se manifestó también con vehemencia la afición Soriana en el mismísimo Jerez de la Frontera, provincia de Cádiz, donde la Peña Numantina Unipersonal de la Frontera intuimos que vio el partido con la gallardía que la ocasión requería. Y en estas salió el Atleti algo empanado, como suele ocurrirle cuando juega con equipos que juegan ordenaditos y cerrados en dos líneas. No sabía el Atleti cómo meterle mano al rival, bien plantado y con mención especial para Txomin Nagore, un buen futbolista al que se suele incluir injustamente en las listas de los peores jugadores que han pasado por el Calderón; ayer, por cierto, cometió pocos fallos (tres le contó el que suscribe, y todos ellos a partir del minuto 75) y resolvió con calidad, en corto y en largo, bastantes acciones. El resultado fue un primer tiempo con juego local pobre, con pocos balones llegando a los de delante, con algunas pérdidas que provocaron algún contraataque rival de esos que acaban con la grada diciendo será posible y menos mal y con una ocasión clarísima de Goiria que, de haber entrado, habría echado por tierra la labor de zapa de la máquina propagandística del club. Agüero, excesivamente individualista en ocasiones y Forlán, rematando a puerta todo, incluso lo que no debía, tuvieron poca ocasión de entrar en juego y eso el Atleti lo nota.

Jugó el Atleti un primer tiempo gris, con un centro del campo gris marengo empeñado en percutir una y otra vez por la zona central del rival y olvidar las bandas. Especialmente sangrante fue el caso de Antonio López durante todo el primer tiempo, siempre solo pidiendo el balón una y otra vez a los compañeros hasta acabar pidiendo a la grada una novela de detectives para pasar el rato al menos. Jugó Assunção a lo suyo, sin aportar soluciones para abrir la muralla rival, y jugó desdibujado Raúl García, trotando por todo el campo y alternando errores con destellos que invitan a mantener la fe. Raúl García, en quien el que suscribe tenía y tiene muchas esperanzas, parece limitar a veces a su misión a la de perro de presa, incluso cuando el partido necesita de otras habilidades caninas. En un partido como el de ayer parecían más valiosa la aportación de Simão, un jugador con astucia y porte de perrillo bodeguero-ratonero, o de Maxi, un futbolista con físico y carácter de bull terrier por más que últimamente se comporte a veces como un bulldog francés. Ausente por fin Maniche, jugador con nombre abocado al chiste perruno, Raúl debería desempeñar más tareas de creación de las que asume en ciertos partidos, dado que la destrucción queda en manos de Assunção, jugador cuyo físico más que a un can recuerda al de otro animal, éste de nombre atlético: el calderón o ballena piloto, mamífero marino similar al delfín, del orden cetáceos y familia globicéfalos.

Quizás la espesura del centro del campo o el hecho de que tuviera una amarilla fue lo que convenció a Abel para quitar a Raúl y hacer entrar a Banega, buscando más creación y movimiento de balón. La grada, que tiene estas cosas, recibió a Banega con el entusiasmo con el que se recibe a un héroe, quizás esperando un milagro o bien celebrando su melena de galgo afgano por ser ésta un contrapunto al recio estilismo capilar del navarro. Salió Banega y, fiel a su estilo, pidió el balón siempre que pudo y caracoleó y tocó y tocó, muchas veces para hacer lo mismo que se puede hacer en menos toques y otras veces para aportar una nueva velocidad al partido. Su entrada tuvo un doble efecto: el partido se animó y empezó a hacer más frío, si bien no sabemos si esto último está relacionado con su aparición. Tardó poco Banega en marcar un buen gol tras un buen recorte en el área y tardó poco el Numancia en empatar tras una buena jugada, rápida y con pocos toques; el único problema es que el árbitro anuló injustamente el gol, lo que enfadó muchísimo al técnico visitante y, esperemos por el bien de todos, no enfadara tanto a la afición soriana residente en la provincia de Cádiz. A estas alturas, por cierto, piden en Soria que se investigue si fue el colegiado quien alunizó en la tienda oficial del Club a golpe de alcantarilla.

La ventaja dio cierta confianza al Atleti y creó cierta frustración en el Numancia, quien empezó a temerse lo peor. Agüero, más entonado y muy trabajador en el segundo tiempo empezaba a sembrar el pánico y aunque Banega desapareció tras el gol, el Atleti jugó más cómodo y llegó con más facilidad. La consecuencia fue que acabó marcando una vez más Forlán. Forlán quizás no estuvo brillante y lo intentó a veces desde sitios donde era demasiado difícil, pero marcó un su gol de rigor y van veintiuno, oiga. Poco después, con el partido ya resuelto y casi al final, marcó Simão el tercero gracias a un rebote en un defensa. Puede que por ser el gol excesivo para lo visto en el campo, o puede que por no hacer daño al rival que se llevaba un gol tras un rebote, la grada lo celebró de forma comedida y con ello se pudo escuchar el simpático politono de aires piel-rojas que acompaña a la animación que en los marcadores celebra los goles, un nuevo motivo para abochornar al aficionado sobrio y discreto. El partido terminaba con más goles de los que uno cree que el Atleti merecía, con más ventaja de la que mereció encajar el Numancia y con tres puntos que saben a cervecita fría en día de calor.

Gracias al partido de ayer, el Atleti vuelve a la pelea por el cuarto puesto. Dado que los rivales para ese puesto empiezan a jugar entre ellos, el Atleti tiene una nueva oportunidad, y ya van más de las que merece, para salvar los muebles. Para ello deberá ganar los partidos que la lógica señala como asequibles o importantes. Si el Atleti consigue hacer lo que debe por una vez en la temporada, quizás consiga meterse en el lugar que se merece esa hinchada que se sienta sobre desperdicios. Recemos por ello y recemos también por que de una vez supere el responsable de la limpieza del campo su síndrome de Diógenes.

208 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 208 de 208
Manchego Curado dijo...

el jodío Iscariote
Y el Altísimo, ausente. O sea, as usual.
Afortunadamente, anuncia aparición para el partido contra el Espanyol.

Jorge-George Olmos dijo...

A ver si despertamos ya la aficion de Atleti.


Pd.Se les hecho de menos el Martes in The Cavern

Manchego Curado dijo...

Gracias, D. George. Y encima marcó La Máquina y por dos veces.

Fran Omega dijo...

Yo es que no quería hacer aún más profunda la herida de Don Ismael ... más de lo que hice ayer enviándole cierta foto quicir ... pero sí, desde luego, ¡menos mal que lo vivimos como lo vivimos!.

"San Juan", sin ir más lejos, salió mondado de la risa y tuvimos que llevárnoslo a empujones, porque se apuntaba a la copa, el tío.

Eso del atleticismo, o como se diga, es absolutamente imprescindible llevarlo en compañía. Y si encima es excelente, como es el caso ...

(¡y qué arroz!)

Nathaniel Maris dijo...

Exaustiado me quedé ayer...

Qué pena, yo es que a veces llego a pensar que a ver si cuanto PEOR, MEJOR...pero luego vé a la gente cada domingo en el campo y.....

Liborius dijo...

Pues a mi ayer sinceramente despues del saque de puerta hecho por Leo Franco y la vaselina de Munitis me hubiera gustado que nos hubieran metido 4 o 5 mas....
Lo mejor de ayer es que mi tío (75 años) gilista convencido de toda la vida dijo: "Cerezo y el otro son unos inutiles, a ver si se van a tomar por...."
Si se ha dado cuenta él yo creo que ya no habrá nadie que no se haya dado cuenta.

Nathaniel Maris dijo...

Señor Liborious, ¿no vé?,no puedo entender que un señor de 75 añoscon todo lo que ha vivido en este equipo pueda ser Gilista, no meentra en la cabeza.
Muy bien tienen que estar manipulando, muy mal deben estar comunicando los que están en contra y cierta responsabilidad compartida de los señorescomo su tío...si no no me lo explico.
Saludos.

Paquito dijo...

Al final 10 partidos para el figura.

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