El Atleti ganó su primer partido de liga contra un recién ascendido, lo que se antoja insuficiente para la gran cantidad de conclusiones que se están sacando tras semejante acontecimiento.
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Llegan un rato antes que el resto para evitar el follón y estar cómodas en su sitio antes de que empiece el partido, sin empujones ni prisas de última hora. Suelen ir muy bien peinadas y llevan pendientes y un bolsito pequeño que ponen en el regazo, y algunas no sueltan nunca las asas no sea que se les caiga. Algunas quizás no sean abonadas, pero aprovechan si su hijo no puede ir y se sientan tan contentas tras limpiar con un papelito el asiento mugriento con el que el Club les da la bienvenida. Quizás no sepan de táctica y de estrategia y del cuatro cuatro dos, pero saben de historia y de rabia y de ganas de ganar y de ganas de agradar, que es mucho más importante. Puede que no sean eruditas pero sí son forofas, y entablar una discusión con ellas es garantía de fracaso para el antagonista, que además de perder el asalto se puede llevar un bolsazo. Siempre llevan una rebequita que combina con la camisa, por si refresca, y un abanico, por si hace calor; cuando llueve o hace mucho frío, siempre llevan una manta y siempre, siempre, otra de repuesto por si le hace falta a algún vecino de localidad despistado. Se alegran cuando marcan los jugadores guapos y sobre todo cuando lo hacen los más jóvenes, los debutantes, los que más cuidado requieren, porque les recuerdan a sus propios niños cuando jugaban por el patio con la camiseta rojiblanca recién estrenada el día de Reyes (Magos). Acompañan los ataques rivales con un uuuUU y las buenas acciones locales con un aaaayy ay uuuyyyy, y cuando el equipo marca no se levantan y gritan sino que se quedan sentaditas en su asiento, discretas a pesar de estar tan contentas como el resto, aplaudiendo con las manos muy abiertas y muy paralelas. Tejieron la primera bufanda rojiblanca de sus hijos y les gustaría hacer lo mismo con la del nieto, aunque este lleve piercings y prefiera una bufanda industrial con motivos bélicos.
A ellas, mamás y abuelas rojiblancas, matriarcas de largas y orgullosas estirpes colchoneras, va dedicada esta crónica.
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El sábado, que era uno de esos días otoñales que da gloria pasar en Madrid de terraza en terraza y de calle en calle, jugó el Atleti a las veintidós horas. Las diez es una hora muy mala, demasiado temprana para ir cenado, demasiado tardía para no irlo. Las televisiones tienen estas cosas, y a los clubes les da igual que a esas horas lo aficionados de fuera de Madrid se vean condenados a llegar a casa a las tantas, que los aficionados con niños tengan que buscar a alguien para encasquetar a la prole o que la afición en pleno se debata entre comer antes, comer durante o comer después. Hay empero otros partidos que se celebran bajo un sol de justicia, a las 12 del mediodía, a los que se puede ir con niños vestidos del Betis y tras los que uno sale del estadio morenito y en el momento justo para ir a tomarse el vermouth; estos partidos, estupendos, tienen el inmenso problema de que en ellos no juega el Atleti.
El caso es que a la tardía hora de las diez de la noche empezó un partido de fútbol en el Vicente Calderón. Salió el Atleti vestido de Atleti y salió también el Zaragoza vestido de señor que cambia una rueda, y si llega a jugar el Zaragoza de esa guisa contra el Betis que visitó Vallecas se hacen colas en el servicio de transplante de córneas. Antes del partido se hizo entrega a Forlán de la Bota de Oro de la pasada temporada, galardón que presentó al respetable entre suspiros de la parroquia femenina y estruendosas ovaciones de la muchachada en general. Coincidiendo con la presentación del trofeo se desplegó en el fondo Sur una pancarta en un idioma desconocido que, gracias al traductor de gúguel, hoy sabemos que rezaba "Exigimos abdominales para todos".
Vaya por delante lo siguiente: al que suscribe el Atleti le gustó más que en los últimos partidos y, aún así, no le gustó. El Atleti se enfrentó al Zaragoza, equipo recién ascendido en cuya sala de máquinas juega Gabi y en cuya punta juega Arizmendi, jugadores ambos con pasado colchonero y unanimidad en cuanto a su falta de calidad para jugar en el Atleti. También juega en el Zaragoza Pavón, pero de eso no hablaremos para evitar entrar en disquisiciones ofensivas. El caso es que el Atleti, que en general mejoró, dejó claro que está lejos de ser el equipo que queremos que sea. Tuvo menos problemas en defensa, pero no tuvo la contundencia que debe exigirse; mejoró el centro del campo, pero jugó con más mediocampistas y no tuvo enfrente un rival con galones; el ataque no estuvo fino, pero Forlán y Agüero se han ganado el beneficio de la fe y la esperanza. El Atleti mejoró, sí, pero aún así al final del partido el aficionado de a pie, el que no firma crónicas ni se ve obligado a ver brotes verdes a cualquier precio, volvió a casa con rictus escéptico, los hombros encogidos y aire de decir uy uy uy no sé yo, no sé.
Salió el Atleti con Ujfalusi de lateral derecho y con Perea de central junto a Juanito. Juanito, que puede que no sea el central ideal, va cumpliendo. Con él ha mejorado la seguridad por arriba y quizás han empeorado un poco otras facetas defensivas. Juanito parece estar concentrado y en su papel, pero compensa sus aciertos en la anticipación con un toque de balón sorprendente con el que consigue convertir un despeje simple en una curva de perfil campana de Gauss inversa muy molesta para sus compañeros de línea. Pero Juanito, que tampoco es la panacea, parece que hace valer esa pinta de Cabo Primero de artillería que tiene y va ganando puntos. Por su parte Ujfalusi, que lo hace bien casi siempre, lo hizo una vez más bien y dejó en evidencia al resto de jugadores que optan a la banda derecha de la defensa a pesar de hacer un penalti que en el campo no pareció y en la tele, más. A Ujfalusi le pasa lo mismo cuando juega de central, puesto en el que también suele ser el más competente de la línea y dejar en evidencia al resto a la primera de cambio. Ujfalusi, que ha tenido y tendrá algún fallo garrafal, es un jugador constante con un nivel de juego normalmente de notable alto que saca el balón con autoridad y contribuye al juego colectivo con generosidad: todo esto no es aplicable a muchos jugadores de la actual plantilla, por cierto. El caso es que el partido de Ujfalusi contrastó con el de Antonio López, despistado y fuera de sitio en muchas fases, poco combativo y con poca aportación. Como las cosas son así, cuando más criticaba el que suscribe a Antonio López marcó éste un gol con sabor a enváinesela-Vd-oiga, un gol de esos que alegran porque conllevan el dulce sabor de la palabra propia tragada. Eso sí, momentáneamente, porque la sensación que deja el lateral izquierdo en lo que va de temporada dista de tranquilizar al personal, sobre todo cuando no existe alternativa fiable por el momento.
En cuanto al capítulo ofensivo, uno percibió una mejoría en las prestaciones de Simao, que tampoco nos dice mucho vista la floja tendencia del portugués durante los últimos partidos. Forlán lo intentó desde lejos con menos precisión que en su asombroso tramo final de la liga pasada y el Kun se mostró de nuevo peleón y algo impreciso. Maxi, que salió en el segundo tiempo, aportó pocas cosas pero alguna buena, a pesar de haber fallado una ocasión clara que, todo hay que decirlo, también él contribuyó a crear con su instinto y llegada. Salió Reyes, ovacionado de nuevo tanto en el calentamiento como al acercarse a un corner: hay cosas que uno no entiende, incluso cuando Reyes lleva un par de partidos haciendo las cosas mejor, que tampoco era difícil.
Quedan para el final las reflexiones sobre los dos elementos que centran los debates de la hinchada: la portería y la media. El primero está marcado por la irrupción de De Gea. De Gea, de quien se esperaba muchísimo, pasó por una fase mala el año pasado que le hizo perder partidarios, galones y la titularidad de la selección y el Atleti B. Pero De Gea, qué cosas, ha aprovechado su oportunidad estupendamente y ha firmado dos buenos partidos con el Atleti nada más volver al ojo del huracán. Contra el Zaragoza hizo un penalti claro que él mismo paró, adelantándose con decisión a un tiro centrado pero muy fuerte. Encajó un gol de penalti, que tampoco pasa nada, pero sobre todo transmitió una sensación que se presupone a los porteros pero que escasea entre los que defienden la portería del Atleti en los últimos tiempos: la seguridad. Tanto por alto como por el pie De Gea da la impresión de estar en el sitio oportuno y no dudar, de no necesitar varios toques para controlar un balón con el pie y de no necesitar más que un grito para dejarle claro a toda la defensa que el balón que llega alto es suyo y sólo suyo. En un equipo que últimamente se caracterizaba por tener porteros mudos, un portero que le dice al resto dónde está y dónde deben estar es todo un acontecimiento. De Gea hizo además alguna buena parada y se fue entre ovaciones del campo escoltado por los dos más veteranos de la defensa, Ujfalusi y Juanito, que fueron a recibirle a los medios cuando volvía de recibir la ovación del fondo Sur en un bonito gesto que les honra. Las ovaciones y vítores dejaron clara las ganas de la grada de tener ídolos hechos en casa mientras que, qué cosas, en el palco se podía observar la curiosa mutación de algunas pupilas, pasando su forma de circunferencias perfectas a símbolos del dólar en cuestión de segundos.
Pero la afición atlética, lejos de alegrarse por la buena nueva, ha tardado poco en llevarse un sofocón. Si De Gea es bueno ... ¿qué hacemos entonces con Asenjo? La afición atlética gusta de estos dilemas y a veces prefiere adelantar el debate a disfrutar del momento. Es más, la afición ya da muestras de división entre partidarios de uno y otro portero; es más, como viene siendo tradicional, los partidarios de uno son además detractores furiosos del otro. Los asenjistas achacan a De Gea su pasado dudoso y su carácter inestable, le perciben como una amenaza para su preferido y optan, ya hoy, por su venta a cualquier precio. Los degeístas, por el contrario, abogan por la titularidad inmediata para su protegido, que para eso es de la cantera, y por la defenestración inmediata de Asenjo, por palomitero y por irse a jugar el mundial sub-20. Como respuesta, los asenjistas se empadronan en Palencia y se apuntan al gimnasio y los degeístas se tiñen de rubio, se dejan patillas y piden Licor 43 con naranja en homenaje al dorsal y la camiseta de su ídolo, como apuntó ayer uno de esos tipos con talento que pueblan la grada de lateral. Otros, que se acuerdan del pobre Roberto, prefieren esperar algunos partidos y ver cómo responde Asenjo a la presión, si De Gea es consciente de su corta edad y de lo que le queda por delante, y se asombran por lo rápido que ha cuajado el debate entre la grada y lo poco que dura la alegría entre la abnegada afición colchonera.
Pero el debate gordo, la madre de todos los debates, tiene por protagonista a Jurado. Jurado jugó el sábado en sustitución de Maxi, con Assunçao y Cléber por detrás y Simao, Kun y Forlán por delante. Jurado jugó bien, quizás no tan bien como dice la entusiasta prensa ni tan mal como dicen sus ofuscados detractores. Jurado jugó en su sitio, que no se sabe qué sitio es aunque para los efectos del presente artículo nos referiremos al mismo como demarcación de mezzo-soprano. Jurado metió un buen gol, templando un balón tras una serie de rebotes cómicos, e hizo un pase excelente que no acabó en gol de milagro, lo que uno espera de un mezzo-soprano como Dios manda. Jurado también perdió balones, como viene siendo habitual, pero contó esta vez con más ayuda de Assunçao, muy perdido en los últimos partidos pero con síntomas de recuperarse de la morriña que le produce la ausencia de Raúl García. No contó con mucho apoyo de Cléber, eso sí, que anduvo de lado a lado cuando no tenía el balón por más que disimulara cuando sí lo tiene. Jurado, todo hay que decirlo, ha aprovechado la oportunidad que le brindaba el mal momento de Maxi y Simao para reclamar una poda en el jardín de los cuatro fantásticos y pedir para sí la atención que la afición lleva poniendo los últimos años en la enigmática figura del mediapunta, ese ser mitológico con cerebro de científico y cuerpo de fondista que parte de la prensa reclama como solución a todos los males del equipo, incluidos la caries, la alopecia y el flato.
La afición, presta al debate, se encuentra de nuevo dividida. Los Juradistas aprovechan el mínimo logro de su ídolo y pasean orgullosos entre las huestes de Anti-Juradistas sacando la lengua y diciendo ñe-ñeñeñe-ñé. Por su parte, los Anti-Juradistas afilan los cuchillos en silencio, esperando el próximo partido en el que Jurado desaparezca tras dos detallitos y medio, lo que sin duda ocurrirá. A los primeros se unen, oportunistas, los Anti-Maxistas para así crear un frente Juradista-Anti-Maxista difícil de definir y de justificar; los Anti-Juradistas se convierten por efecto simpático en Maxistas, conformando el frente Maxista-Anti-Juradista, entente interina condenada a la división interna. A todas estas variables se unen, según en qué caso y qué foro, los Raulgarcíistas y los Cleberistas-Leninistas, estos últimos escasos y con bigotito. Los Assunsaístas, normalmente discretos y con la cabeza gorda, por el momento gozan del privilegio de no tener que alinearse, aunque notan presión de los Anti-Simaístas que empiezan a asomar la cabeza con gran riesgo, por cierto, de llevarse un golpe de mazo que los devuelva a la cueva. Se salvan de la quema también los Agüeristas y los Forlanistas o Uruguashistas, quien sin embargo se verán obligados a tomar partido en cuanto el Kun engorde un kilo o Forlán caiga en una racha negativa. Mientras tanto, los escasos Reyistas aplauden a rabiar mientras el líder de su grupúsculo se acerca a un corner con su característica sonrisilla me-da-iguá-tó. Aprovechan la coyuntura para meter cabeza en la polémica los Migueldelascuevístas, secta minoritaria que viene de abrir un templete en Gijón, y los Diegocostistas Ortodoxos de los Últimos Días, tipos algo rudos y mal encarados pero con cierto talento.
Entre todos propone el club convocar un gran torneo de lucha en la modalidad todos-contra-todos, a disputarse en las obras del futuro estadio olímpico, quizás en alquiler hasta 2078 y más tarde en usufructo del que serían beneficiarios el Club y Egeda en régimen de custodia compartida. En dicha magna pugna estarán permitidos recursos pugilísticos de todo tipo como el sopapo a rotabrazo (arma preferida de los Raulgarciístas Moderados o Navarro-Todocampistas Tradicionalistas), el cabezazo frontal (que caracteriza a los Assunsaístas más aguerridos) o el pellizco de monja (recurso propio de Juradistas, ya sean Anti-Maxistas o Maxi-Escépticos). El jurado (qué ironía) del torneo, que recibirá el nombre de Trofeo Hellboy Rumble in the Jungle II, estará compuesto por el consejero delegado del club, dos hermanos y una hermana de éste, dos sobrinos de esta última, el presidente de la entidad y Gonzalo Miró, que también presentará la gala ataviado con una camisa blanca por fuera del pantalón y una gran pajarita negra que, en momentos especialmente jocosos, podrá hacer girar sobre su eje accionando una perilla que llevará oculta en un lugar secreto próximo a sus nalgas. Como premio, al campeón se le entregará la cabeza del entrenador que él decida clavada en una pica y el Privilegium Olandi, que confiere a su titular el derecho exclusivo de iniciar la ola de la afición cuando tenga a bien, por ejemplo en el caso de un empate in-extremis contra el penúltimo clasificado, o cuando se anuncie la candidatura de la ciudad de Madrid como sede de la Feria Internacional de Ganado Clónico, a celebrarse en 2100. Ya les digo yo que lo vamos a pasar estupendamente, oiga.
624 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 601 – 624 de 624Sí, don H., estuvimos con los Dalton en la Autónoma. Nos acompañó un señor con muchas canas y con una moto muy rockera.
Del Atlético ni hablamos.
Sí, el miércoles tengo el corazón partido: el 75 % quiere que gane el Atlético y el 25 % que palme el Chelsea. Por cierto, no voy "a Chelsea".
Yo, que tampoco voy "a Chelsea", miro con nostalgia las fotos de cuando salimos en el Forzatleti, en el reportaje del viaje a Liverpool, recuerdo que aquellos fueron unos días razonablemente ilusionados y felices, pienso que no han pasado veinte, ni diez, ni cinco, sino ni siquiera un año exacto; y siento la tentación irrefrenable de poner en duda la teoría, mayoritaria en foros inteligentes (porque de los demás no hablo) de que "da igual" quien esté al frente de este equipo, perdón, grupo de jugadores, perdón, grupo.
Mi único deseo para el miércoles, es una derrota digna.
(Tenga cuidao Don Fran, igual el tal Seinebria le lee también aquí).
Yo es que ni voy a Londres, ni pienso ver el partido, ni escucharlo por la radio, ni nada de nada. Me pienso ir al gimnasio y aislarme del mundo durante ese tiempo ... y lo que tenga que pasar ... pues que pase.
Don Fran: en mi opinión da exactamente igual. Hasta que no vayan todos de la mano .... El principal cáncer (estrictamente) deportivo es el de los pantalones pitillo. Un inútil en toda regla. La base se está trabajando bien, el primer equipo podría estar bien trabajado, pero la dirección deportiva es absolutamente calamitosa. Y nos cabreamos, pero es lo que hay.
Estoy de acuerdo con D. Paul pero ¿no cree usted que se podría hacer algo más con esta plantilla?
Quiero decir que, aunque hubiesemos cosechado los mismos puntos, al menos se podría evitar esa sensación de regalar los partidos, de encajar como una pandilla de aficionados. No sé, al menos no tener la certeza de que cada partido nos van a marcar un gol o más solo por lo mal que se hace el achique.
Si no juega el once "de gala" (ya sabemos que nos faltan laterales) es absolutamente imposible hacer nada más. Y lo sabemos todos. El día que jueguen juntos los 9 jugadores de fútbol que tenemos seremos un equipo serio. Stamford Bridge, sin ir más lejos, va a ser un buen termómetro.
La metáfora del termómetro me gusta, deja abiertas varias posibilidades/modalidades para tomar la temperatura.
Un entrenador mejor que Abel podría trabajar más al equipo; un entrenador mejor que Abel nunca aceptaría trabajar para esta directiva.
Don Ismael, tenemos un problema grave en el lateral izquierdo. Lo sabíamos, pero eso no quita. Ahí tiene razón Don JR. Pero el asunto va más allá y lo sabemos todos: si se juega a achicar es CRUCIAL presionar en la medular al poseedor del balón, en caso contrario todo el entramado se cae. Ahí tenemos dos factores que, claramente, desequilibran: el Mediofantasista y el bueno de Cleber. ¿Cuántas ocasiones a la espalda de la defensa nos crearon desde que salió Raúl García? Ahora bien, quiero entender que Abel no le sacó de titular por no cargar sobre el navarro la responsabilidad de ser el salvador de un equipo descompensado, sin confianza y frágil. Tal vez sea yo muy benévolo (o es que me he tomado dos botellines en ayunas, que también puede ser). Con respecto a lo que usted dice, creo que podríamos evitar esas sensaciones armando el mediocampo. Es decir, si vamos a prescindir de uno de los cuatro fantásticos, sea Maxi, Simao o Forlán, para evitar ese 4-2-4 que nos condena a no dominar los partidos (aunque sea a costa de ganarlos por pegada, hoy perdida) la solución no es un 4-2-3-1 en el que se incluyan el Mediofantasista y el bueno de Cleber. La opción táctica más viable a día de hoy (ya que nos falta un zaguero con buena salida de balón, como uno que teníamos que se llamaba Johnny, para reconstruirnos desde un 5-3-2 al estilo Lotina) sería un 4-3-3 poderoso en el medio con Asunción, Camacho y Raúl García. En fin, no dejan de ser ocurrencias tácticas, porque, finalmente, como todos sabemos, los problemas de este equipo son otros y no saltan al campo. Y todo ello no quita para que si el Kun hubiera estado fino de cara a puerta probablemente no hubiéramos perdido ese partido. Esto último debería hacernos reflexionar sobre el habitual cargar las culpas en la DEFENSA, lo que, jugando once tíos, resulta claramente ilógico. En fin, que me lío: ¡Aguirre vete ya!
¿Cómo cuáles por ejemplo, Doctor?. Porque hemos tenido unos cuantos que sí han trabajado para esta directiva.
Tiene razón Vd, Don Jesús, el mediocampo tendría que presionar mucho más para que la defensa adelantada funcionara; o bien, sabiendo que el mediocampo no presiona, no se tendría que jugar con la defensa adelantada.
Pero los defensores cometen errores individuales claros.
Mr. Marble, yo no creo que, ahora mismo, Luis Aragonés o Radomir Antic aceptarían entrenar al Atlético.
Querido Doctor: tanto el uno como el otro han entrenado a este Atlético. Antic vendría mañana (¡ojalá!). Luis Aragonés tengo mis dudas, pero estar ha estado. Y los dos más de una vez.
Radomir no aceptaría porque tiene a Serbia clasificada para el Mundial, el mejor escaparate para relanzar su carrera. En otras circunstancias, es decir en paro y por dinero, vendría sin pestañear. Iba a decir, además, que si Luis Aragonés fuera inteligente se habría retirado tras ganar la Eurocopa... Pero no.
Sr. Pizarrín, usted sabe que yo vengo abogando por una solución Lotina desde hace tiempo. Coincido en que, ahora, y gracias a los de siempre, ya no es tan posible.
Estoy muy de acuerdo con practicamente todo lo que dice (producto, sin duda, de una dificil digestión).
En cuanto a echar las culpas a la defensa o a la falta de acierto, es cuestión que no nos llevará muy lejos.
Lo cierto es que, los equipos pueden tener un mal día cara a puerta, y todo eso, pero si conceden más de un gol, de forma harto primitiva, todos los partidos que juegan, generan una losa que ninguna delantera puede levantar. No le aburriré con aquellas frases tan manidas de que los equipos se construyen por la defensa y bla, bla, bla.
Lo de Raúl García, fué muy significativo (cierto que contra un contrario 3-0, y durmiendo la juerga), debería situar en su justa posición a algunos jugadores. Claro que, ahora salimos con lo de que no es culpa suya (de los jugadores) que la plantilla esté tan mal confeccionada, y ya estamos donde siempre. Que cruz.
P.D.: El Johnny ese tambien jugaba de medio centro en otras etapas de su carrera, lo que convierte la puñalada que nos dieron, en doble.
Para entrenar, en mi opinión, pondrían unas condiciones, libertad para fichar y echar, que la directiva rechazaría.
Había olvidado lo de Serbia, Don Jesús.
Con motivo de haber superado los seiscientos comentarios, D.Dueño nos llenará las barrigas de Murphy’s, Harp, Kilkenny, Guinness...durante los Irlanda-Francia. No esperábamos menos de él. Qué tío!
Buen viaje al señor Soda y resto de valientes.
Don Dueño debe de estar todavía en el Tercer Tiempo.
Por cierto, desde aquí mi apoyo más sincero e incondicional para Don Dueño en los difíciles momentos de tener que hacer una crónica de lo que ayer sucedió.
Con Camacho y, sobre todo, con Raul García, vamos a mejorar mucho.
Coincido con D. Paul en que Stamford Bridge va a ser un buen termómetro.
No se por que extrañas razones soy optimista para ese partido.
No se rían, pero creo que vamos a ganar.
Hablando de Londres, ya hay lista de 18:
De Gea y Asenjo.
Antonio, Juanito, Ujfalusi, Domínguez, Perea y Pablo.
Raúl García, Asunción, il Mediofantasista, Jozean, Maxi, Simao y el bueno de Cleber.
Forlán, Kun Agüero y el Ignoto.
Por cierto, alguien debería explicarle a John Carlin que el gol interesante fue el segundo, no el primero.
Aunque el primero tampoco estuvo mal.
P.D. Lo de los uniformes rojo/negro y negro/rojo era incomodísimo.
La verdad es que no teno el mejor ánimo para el viaje. Ayer aguanté 30 minutos exactos de partido. A la media hora me recluí a mi habitación con los crucigramas de los periódicos del domingo (y ni siquiera los pude terminar, cuando no se tiene el dá...)
Pero bueno, no conozco Londres y tengo muchas ganas (aunque sea todo en un día) Además voy con buenos amigos y eso también asegura un buen viaje. Del fútbol prefiero no preocuparme hasta el miércoles a las 20:45.
Saludos y gracias por los buenos deseos al señor qnP
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