viernes, 21 de septiembre de 2007

Crónica mirando al tendido

Se preguntarán Vds: ¿otra crónica de aires taurinos? ¿metáforas de grana y oro? ¿símiles entre Manili y Mista, entre el Formidable y Maniche, entre Florito y Aguirre ? Nada de eso. El partido de ayer fue tan horroroso que era mucho más entretenido mirar a la grada que al terreno de juego.


Que el Atleti juegue mal no es ya noticia. Que los jugadores muestren una apatía irritante tampoco. Que esto ocurra el día en que el equipo empieza a jugar en Europa tras siete años ante un segunda división turco tampoco es algo reseñable en este equipo asombroso. Todo esto es ya algo normal a ojos de aficionado atlético, o al menos para los veinticinco mil ilusos que aparecieron ayer por el Calderón.

Uno, que ya saben que es tonto, pensaba que a lo mejor a los jugadores que ayer aparecieron por el césped les daba por aprovechar el día y el rival para demostrar ante la grada su calidad, compromiso, profesionalidad o vaya Vd a saber. Pues nada, pa qué. La misma desidia, el mismo descontrol, la misma poca gana de agradar y de contribuir a que la grada pase un buen ratito. Ayer la ocasión la pintaban calva para gente como Jurado o Mista o Eller o Zé Castro o alguno más, pero de estos sólo el primero dio la sensación durante un rato de querer hacer algo más que trotar sin rumbo, hasta que un turco le hizo un esguince y quedó para el arrastre. Entre el resto, Forlán lo intentó (por cierto, ya busca los balones a la desesperada en el centro del campo, como en su momento hacía Torres), Luis García lo intentó, Santana no sabemos si lo intentó pero no dio la sensación de que así fuera (y mira que le hubiera venido bien), y santas pascuas.

Dos menciones especiales. La primera, Maniche, más apático y displicente que nunca, que pasó la noche correteando sin rumbo o viendo, al paso, como atacaban los amiguetes turcos gracias a los balones que él mismo perdía. Maniche es un misterio sin resolver, un caso digno de estudio. Le hemos visto hacer excelentes partidos con Portugal y ser totalmente prescindible con el Atleti. Le hemos visto también desplegar personalidad, dotes de organización e intuición futbolística, y al rato perder todas sus virtudes para convertirse en una boya de puerto a merced del devenir del partido y sin intervención en el mismo. Maniche en buenas condiciones es tan necesario como innecesario es Maniche en modo ausente. De Maniche, pues, no sabemos qué pensar pero el crédito se le acaba a la misma velocidad que a la grada se le acaba la paciencia con Aguirre.

El otro merecedor de un párrafo aparte es Antonio López. Antonio López ya no está en el Atleti y en su lugar hay un señor de Alicante a quien le aburre jugar al fútbol y que carece de condiciones físicas para ello. Ayer le sacaron los colores los del equipo ese de barrio turco y no dio sensación de poder evitarlo. En una carrera de cincuenta metros le sacó quince un delantero, en varias ocasiones le robaron la cartera por su banda, cuando se sumó al ataque hacía centros sin posibilidad de recepción, enviados a la olla cuando en la olla no había más que turcos esperando el regalo, como hacen los jugadores en categoría infantil: “yo llego y centro; si no hay nadie no es culpa mía”. Ayer tuvo Antonio López una buena ocasión para reclamar la titularidad ante el delirante momento que pasa Pernía y lo único que consiguió es sumir a la afición en una depresión escorada a la izquierda de la defensa. Lo verdaderamente preocupante es que Antonio López es el único canterano del equipo y como sea él el encargado de transmitir a la plantilla el espíritu del Cholo mejor vamos comprando tranquilizantes.

El Atleti jugaba mal y sin ganas, y ya hemos dicho que en el Atleti de hoy esto no parece ser motivo suficiente para montar un lío, pero aún así casi se montó. La grada la tomó con Mista, también la tomó con Aguirre y no la tomó con nadie más, a pesar de que en el campo había jugadores fichados por, es un poner, García Pitarch. La gente silbaba y eso es noticia, y Aguirre tomó cartas en el asunto, metiendo al Kun a ver si la gente le dejaba en paz con tanto pitido. Aguirre da la impresión de estar ya cansado de todo esto, saca a los jugadores que la gente le pide y no se preocupa de lo más mínimo de que la pandilla de tipos que tiene en el vestuario parezca un equipo de fútbol. La sensación es que sus días están contados, que lo sabe y que le da igual. Malo.

Decíamos al principio que, visto lo que había en el campo, la gente miraba a la grada y a los fotógrafos y a los policías, y comentaba las dos novedades más notables que se hicieron presentes en el estadio en el día de ayer: la primera, claro está, los remodelados cuartos de baños de caballeros (ignoro si todos, pero sí al menos los de mi zona), que desde hace poco parecen unos baños y no un barracón de campo de concentración. “Será por lo de la UEFA”, decían unos. “Será que han sobrado sanitarios en una promoción fallida”, decían otros. El caso es que, tras años de tirar a tablero, el aficionado atlético puede ahora llevar invitados al estadio sin necesidad de pedir disculpas de antemano por el estado de los baños. A ver si dura.

El otro gran tema de debate en la grada fue el estado de salud de Indy. Hasta ahora todos habíamos percibido una pérdida del lustre de su plumaje, un progresivo deterioro de los colores de su peluche y hasta un agolpamiento de gomaespuma en el fondo de su cola que nos hacían pensar que la mascota no pasa por su mejor momento. Ayer las sospechas se confirmaron: Indy ha vuelto de vacaciones sin dientes. Ha perdido los incisivos que le daban ese aire confiado y guasón, lo que es un problema dado que ya estaba el hombre para el tinte.

El resultado es que ahora la mascota del Atleti es un mapache mellado y a ver cómo se lo explicamos a los niños. La grada ha desarrollado varias teorías: algunos dicen que se le han caído de forma natural, y que dentro de poco tendrá dentadura nueva por obra de la madre naturaleza, que dotó a la mascota de dientes de leche, como al resto (en cuyo caso se abre otro debate: ¿de qué especie es el ratón pérez de los mapaches?). Otros dicen saber de buena tinta que este problema dental viene de lejos, y que posiblemente Indy se haya dejado sus dos únicos dientes en un vasito de agua en la mesilla en un descuido provocado por el síndrome de estrés mascotil que ya padeciera el Piolín ese al que pegaron una paliza en el parque Warner. Hay quien lo achaca a una epidemia de caries mapachil, otros al calentamiento global. Hay también rumores de malas compañías, de sustancias ilegales, de peleas en bares de dudosa reputación, de caídas accidentales a altas horas de la madrugada. No sabemos en definitiva qué le pasa a Indy y esto es un problema mayúsculo en el Atleti de hoy, que por lo demás va fino como un longines. En cualquier caso, y aunque sea ventajista opinar a toro pasado, la elección del mapache como símbolo del Club no parece haber sido sino otro desatino de la directiva, a juzgar por lo que de estos bichos dice la wikipedia:

Mascota no adecuada: De un aspecto que resulta simpático incluso tierno para los humanos, y de mirada curiosa, podría parecer que sería una buena mascota, pero nunca llega a ser un verdadero animal doméstico, puede morder a humanos, ser sucio en espacios no muy grandes (como defecar en su área de comida), y puede desarrollar obesidad si no es cuidadosamente alimentado o no hace el ejercicio que haría en su estado natural.”

4 comentarios:

Hele Atlética dijo...

"Maniche en buenas condiciones es tan necesario como innecesario es Maniche en modo ausente."... que gran verdad, no se puede expresar mejor.
¿Lo de Indy y el aspersor es un fake, no, Sr. Fuentes?

Anónimo dijo...

Mejor descrito, imposible. Largo texto, como es habitual.. pero verdades, muchas verdades.

Carlos Fuentes dijo...

en absoluto, lo del aspersor lo vi yo en riguroso directo. Por cierto, Hele, no he pegado ojo pensando cómo he podido llamar "So Sad" a "How Sad"
gracias Alex. Por cierto, he hecho el firme propósito de escribir textos largos

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

"CAniche" Maniche cada día juega peor. Encima, ni canta los goles de su equipo. Está totalmente ausente.

Cléber Santana, de momento, nada de nada.

Aguirre está más despitado que un elefante en una cacharrería. No sabe ni que hacer ni que decir. Su crédito está llegando a su fin. Encima, ya suenan nombres de sustitutos como Antic y Mourinho.

un abrazo