domingo, 29 de septiembre de 2013

De derbis bien ganados que saben a poco (o quién nos iba a decir esto, María del Carmen)

El día 29 de Septiembre de 2013, festividad de San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Fernández, toda la hinchada colchonera se encontraba exultante. ¿Toda? ¡No! Una minoría irreductible renuncia a la tentación de disfrutar de la felicidad absoluta. ¿El motivo? Las ganas de ganar y el convencimiento de que estas metas no son sino etapas hacia algo más gordo. ¿El responsable? Diego Pablo I, Patriarca de la Iglesia del Sur.



El Atleti ganó en el estadio del otro equipo grande de la capital por primera vez en catorce años y segunda vez en cuatro meses: esta es una estadística absurda para el común de los mortales que para el Atleti es algo así como normal. Ya saben que este equipo nuestro no es capaz de hacer las cosas a poquitos, no puede hacer lo que hacen otros, es excesivo para todo. No puede ganar una vez cada dos años, oiga, no esperen esto de nosotros. El Atleti, ya deberían saberlo Vds a estas alturas, gana cuando quiere, no cuando lo indica la lógica. El Atleti pudo pero no quiso ganar aquél partido en el que Forlán pegó un palo y casi marca otro y acabamos empatando, pudo pero no quiso ganar aquél partido en el que Agüero marcó junto al palo nada más empezar, pudo pero no quiso más que empatar con aquel gol de Albertini que nos pone la sonrisa siempre que lo recordamos y nos hace cerrar el puño al ver, justo después de ver cómo el balón entra en la portería, cómo hacía lo propio Luis Aragonés. No, así no es el Atleti, el Atleti gana cuando quiere y gana como quiere y al que no le guste que no mire y no hay más tutía, oiga.

El Atleti esperó un montón de años para ganar un título en el estadio del rival más desagradable, contra ese mismo rival desagradable y poniendo en evidencia la faceta más desagradable de una de las etapas más desagradables del ya de por sí desagradabilísimo rival. Cuando la irritante hinchada rival, esa que no se calla ni cuando les han callado la boca a pelotazos, hacía chascarrillos sobre un contador que volvía a ponerse a cero para marcar otra larga época de sequía en rojo y blanco, volvió el Atleti al estadio del otro equipo grande de la capital y ganó, ganó bien y dejó al rival tocado e incómodo. Pero el Atleti, imprevisible, dueño de su propio destino y caprichoso como es, se conformó con un resultado normal, un resultado de día de diario, un resultado con jersey de pico y el periódico bajo el brazo en vez de una victoria con chaqueta de húsar y sable abrillantado, botas de caña alta y espuelas de estrella. El Atleti es así, oiga, ya se vestirá así cuando él quiera.

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Tras la final Copa, partido bien ganado en el que la suerte estuvo del rojiblanco lado de los buenos, el Atleti ganó esta vez sin suerte. Con un pelo más de acierto, con un poquito de suerte, con un larguero que se hubiera estirado un poco al tirar Koke con la zurda, con un control un pelín más adelantado de Diego Costa en un mano a mano, con un cabezazo un poco más bajo de Tiago, el Atleti habría metido tres o cuatro goles en un partido que pudo ganar cómodamente por esa diferencia. No fue así. El Atleti ganó 0-1 en un partido que pudo ganar fácilmente 0-3, pudo dar un puñetazo en la mesa y, ya de paso, otro de esos que daba Bud Spencer de arriba abajo en la cabeza del rival para atolondrarle durante un buen tramo de liga.

Al igual que tras la Supercopa y el partidazo del equipo en Barcelona, hay quien está orgulloso del equipo y se queda tan contento y hay, cada vez más, quien mira un poquito más lejos. La Supercopa dejó un excelente sabor de boca pero, a la vez, la rabia sorda del que ve que se le va un título, por simbólico que sea. El partido de ayer dejó la sensación de haber visto un equipo muy superior a otro marcando un solo gol cuando mereció más, de ver otro resultado histórico como aquél 0-4 en sábado lluvioso que dejó una bandera del Atleti en la Cibeles hasta el domingo por la mañana.

Sin quitar un ápice de alegría al partidazo, uno nota cómo este equipo sólido en el que destacan pocos porque destacan todos va metiendo poco a poco el gusanillo de la ambición, de las ganas de ganar, de romper el tedioso duopolio de la Liga. Sin querer echar las campañas al vuelo, el equipo empuja a querer más, a dar por buenas las victorias pero mirar más allá de ellas, más lejos, más alto. Hubo años en los que el Atleti casi daba por buena la temporada si hacía un papel digno en liga, ganaba el derby en casa y puntuaba fuera. Parece que esos modestos objetivos, indignos de un club como el Atlético de Madrid, se van viendo cada vez menos satisfactorios, más exigibles. Si vuelve la exigencia al Calderón y sigue el Cholo al frente del equipo, quizás los tiempos vergonzosos de los derbis no disputados, de los partidos planteados con los brazos bajados, de los sustos en los cinco primeros minutos y la impotencia en los últimos nos resulten tan extraños como desesperantes nos resultaban entonces.

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Resulta difícil destacar jugadores en este Atleti compacto y homogéneo, disciplinado y seguro de sí mismo como una unidad militar de élite. Resulta complicado no caer en el tópico de que este equipo está por encima de los jugadores, pero es casi obligado resaltarlo en estos tiempos de futbolistas-estrella presentados ante multitudes como el mejor del mundo aunque provengan de un equipo aspirante a Europa League y cuya importancia para el equipo radica en la facilidad para vender camisetas con su nombre. Frente al irritante equipo del Norte el Atleti hizo su juego conjunto de presión e intensidad, de solidaridad, disciplina y esfuerzo no negociado. Frente a esa unidad de choque y asalto el rival presentó un grupo de esgrimistas de salón, vestidos a la manera de Fointainebleu y perfumados al estilo Juteco. El resultado fue que el rival, acostumbrado a medirse a equipos pequeños en una liga mediocre, confiados en que con el peso de las letras de su dorsal baste para marcar una, dos veces por partido, plantó poca cara.

Uno habría esperado al menos un gol del rival, ese equipo habituado a ganar con mal juego por obra y gracia de un destello de uno de sus multimillonarios repeinados, incluyendo en esta categoría (sin lo de multimillonario) a cierto colegiado colaboracionista. Pero en vez de un equipo de retales con ganas de pasar cuanto antes el trance de ser apuntillado en público, el equipo de millonarios de ceja depilada se encontró un equipo de fútbol. El resto lo conocen bien Vds. Uno no sabe mucho del vecino, pero le resultaría curioso saber en cuántos partidos como local no han marcado ni un solo gol, y contra quién. El Atleti, comandado por un tipo llamado Fernández, un chavalín apellidado Resurrección y un delantero con aspecto de polizón de buque bananero panameño, se merendó al pseudoglamuroso y nuevo rico equipo de espíritu en tonos Lladró y ordinario reloj Bvlgari tamaño sartén con muchos brillos y zirconitas. Pocas cosas podrían enorgullecer más a la afición del Atleti, pocas cosas podrían ser más cómicas en el fondo.

Siendo por tanto complicado destacar a un jugador, el que suscribe se atreve con uno. No nos referimos a Koke, de nuevo enorme, lleno de talento en el pase del primer gol y en su tiro al larguero, inmenso en el despliegue físico y táctico. Tampoco a Diego Costa, autor de otro gol en el estadio-mall, pesadilla constante de la defensa rival y balón de oxígeno para todo el ataque atlético. Ni Arda, trabajador, talentoso y bien colocado y haciendo de capitán al amenazar con cara de asesino en serie a Diego Costa cuando éste se jugaba una tarjeta roja. Tampoco a Gabi, enorme capitán incansable en las ayudas, siempre cerca de quien está en apuros, siempre a la salida del regate del rival presionado por los nuestros, siempre concentrado. Además de todos estos, al que suscribe le llamó poderosamente la atención el partido de Tiago, jugador poco habitual pero que viene haciendo partidos estupendos siempre que sale. Tiago, que llegó al Atleti aportando luz y esperanza, se fue diluyendo poco a poco, perdiendo presencia y limitando su aportación al equipo según avanzaban las temporadas. A menudo lento y frío, Tiago empezó a llenar de dudas el casillero de su crédito hasta que, como en tantos otros casos, llegó Simeone. Tiago, suplente del frío y a veces desesperante y otras veces admirable Mario Suárez, hizo ayer un partido excelente en un puesto exigido. Siempre en el sitio, siempre viendo bien el juego de frente, siempre cerca de los compañeros para ayudar y sacar el balón hacia los centrocampistas más dinámicos, fue clave para sostener con autoridad el centro del campo. Mucho mérito es suyo en una victoria aplastante forjada en el centro del campo.

En el (leve) lado negativo, la desconexión de Villa del resto del equipo, lejos de zonas de remate en los contraataques y lejos también de su estado físico óptimo, limitado a mantener su espacio y taponar la salida del rival. Algo negativo resultó también el partido de Courtois. Courtois hizo  un paradón a tiro tardío desde el área pequeña, pero se mostró algo inseguro blocando balones que botaban cerca y protagonizando una jugada tontísima en el último minuto que pudo costar un disgusto y al parecer le costó un dedo hinchado: algo llamativo en este porterazo que tantas alegrías nos da siempre.

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El Atleti hizo un partido magnífico que, cosas de Simeone, ya no sorprende. El Atleti y su afición hacen bien en centrarse en el mantra del partido-a-partido, pero resulta casi imposible ceder a la tentación de mirar un poquito más allá, de ponerse de puntillas y levantar la vista y apoyar la nariz en la parte alta de la valla para ver qué hay más allá. El Atleti pinta bien y su juego, su determinación y su eficacia no son ya una sorpresa. La prueba es que ganar 0-1 cuando se puede ganar 0-3 produce el olvidado efecto de sentir un puntito de rabia en medio del mar de orgullo en el que nos tiene sumergidos Simeone. Curiosamente, esa sensación de felicidad no plena le hace a uno estar doblemente orgulloso: cosas del Cholo. 

16 comentarios:

Jose Ramón dijo...

Una alegría más, y van....
"Con aspecto de polizón de buque bananero panameño"
No se puede describir mejor.

Libros Mondo dijo...

Salió el Atleti y se acabó el partido. Un abrazo, Maestro.

Vicente dijo...

Ya nos tocaba!!!. Toda la semana viendo sonrisas picaronas y el viernes palmaditas en la espalda e incluso bromitas a las 19:00 del sabado con q ya nos iban ganando 1-0… en fin.
En cuanto al partido en sí, haciendo un partidazo queda claro que por no rematarlos podían hasta habernos empatado, esa es el nivel de exigencia que está marcando el Cholo y al que hay que responder y nosotros los aficionados, creo que debemos ser los primeros. No caigamos en los errores del vecino, ni prepotencia ni autosuficiencia. Llevamos 7 partidos (y que partidos…) pero queda mucho e imagino que vendrán tiempos peores habrá que estar preparados e igual que el Cholo tiene un EQUIPO veamos nosotros a la plantilla como tal, dejémonos de querer ver a nuestros favoritos sobre el campo y ver a once jugadores sobre el terreno de juego, como será que para mi Tiago no fue (hasta leerle a Ud. D Carlos) de los mejores.
¡Aupa Atleti!

Abantos dijo...

Yo no se lo digo a nadie, pero hace unos días que me ando raspando la nariz con el borde de la valla. Partido a partido, y va a ser muy importante lo que aporten los menos habituales, (como Tiago, inmenso, y con la cabeza siempre levantada, hasta el su clarísimo remate), pero porque no. Como le de la gana a este equipo...
A ver si les veo a alguno de ustedes, por supuesto al dueño, este domingo de futbol en horario matinal familiar, y nos tomamos unas cervezas de aperitivo post partido

Carlos Fuentes dijo...

hombre claro, nos vemos fijo!

Libros Mondo dijo...

Esas son las cosas que echa uno de menos, pardiez!

ISMAEL dijo...

El lirondo es leer de cervecitas, y ponerse nervioso.
Menudo vicioso!

Jose Ramón dijo...

No se me va la sonrisa.
(oigan)
Partido importantísimo el de hoy.

Libros Mondo dijo...

Al margen de la Supercopa, nueve victorias en nueve partidos. Gracias Cholo!

Vicente dijo...

http://www.elmundo.es/elmundodeporte/debate/2013/10/2785/prevotaciones2785.html

Yo he votado que no ;)

Partido a partido...

¡Gracias Cholo!

Carlos Fuentes dijo...

empatando en el Nou Camp, ganando en Sevilla, San Sebastián, Oporto y el Averno. Mucha, mucha tela

Dr. Caligari dijo...

O Portunísima victoria!

Libros Mondo dijo...

(cuñao!)

Carlos Fuentes dijo...

hay que ver qué cosas más raras hace er seleccionadó

Libros Mondo dijo...

Mírame a los ojos:
http://img.estaticos-atleticodemadrid.com/system/file6s/6138/large/a.jpg?1381062194

O'Rey dijo...

Me está haciendo usted inútil, cada cosa que pienso la escribe de manera ejemplar, y así ni pienso, que algo quiero expresar le leo, y, coincidencia, expone lo que pienso, llevaba quejándome de la mierda en mi calle meses pero lo de la "delantera rueda de la vespa, queda condenado a seguir por la hendidura hasta que ésta termine, como si fuera un rail" me ha superado, terror paso cuando vuelvo por la M30 del Calderón y agarro la salida de Sinesio Delgado, siempre entro en la zanja, no puedo evitarlo.