Por Jesús Doggy, enviado especial a Liverpool.
“¡Dale, canallón! Todavía estamos festejando, ja ja ja... ¡Como os rompimos el orto!” Maxi Rodríguez me sonríe, socarrón. Son las diez menos cuarto de la mañana y estamos en la T-3 del madrileño aeropuerto de Barajas rememorando el clásico rosarino que, la noche anterior, ha ganado Ñuls con un gol de penalty de Schiavi. El pueblo canalla sigue en su particular paseo por el abismo, con el equipo penúltimo en la clasificación del Apertura y, de nuevo, cuarto por la cola en la tabla de promedios, cacicada suprema del fútbol argentino que, para impedir que bajen River o Boca, suma los puntos obtenidos en los cinco últimos torneos y los divide por el número de partidos jugados, descendiendo los equipos con peor promedio, que siempre son los chicos. Pero, en fin, esa es otra historia, mucho más triste, porque la expedición rojiblanca se dispone a tomar un avión rumbo a Liverpool: un viaje soñado. Ya ha llegado el fresquibiris, así que la primera plantilla luce, sobre el traje oficial, una trenca azul marino tres cuartos, como de Gerry y Los Pacificadores, que no podría ser más apropiada para visitar la ribera del Mersey. Esta vez, ante la ausencia de Ujfalusi y del griego delicado, nadie lee, porque Johnny va muy concentrado con su ipod, aunque dudo mucho que esté escuchando el “I like it” o el “How do you do it?”. Hay algún problema con la tarjeta de embarque del Kun, que llega al avión con cara de muy pocos amigos. Es emocionante, en todo caso, subirse a una nave con un escudo gigante del Atleti y un “Atlético de Madrid 1903” grabado en el fuselaje. Delante, los directivos, con el Presidente Don Tancredo a la cabeza, aunque el grueso de la expedición de chupópteros lo conforma la familia Gil Marín casi al completo y sus absurdos adláteres. Es curioso como se parecen ese hatajo de pijos paletos entre sí, aunque sólo uno de ellos tenga el gesto torvo y la cara torcida, fiel reflejo de su mediocre esencia. A Suso, Susito, Susete no se le ve en todo el viaje, supongo que no habrá ido.
Liverpool nos recibe con un día inopinadamente soleado y con un grupito de ingleses con camisetas del Atlético de Madrid a la espera del autógrafo. Desde el aeropuerto ya se intuye lo que será la ciudad: un folclore turístico de explotación de los Beatles. Hay una estatua de Lennon –de hecho, el aeropuerto se llama John Lennon- y un ridículo submarino amarillo de tamaño natural, suponiendo que las ficciones puedan tener tamaño natural fuera del inconsciente colectivo. El taxista que nos lleva hasta el hotel es del Everton, de hecho el club más popular de la ciudad. “You gotta win” nos dice sonriendo. En esta ocasión, el Atlético ha decidido concentrarse en un hotel distinto al de la canalla de los medios, lo cual es una lástima. Por la tarde entrenan en Anfield. El estadio, como ya se ha dicho, es feo por fuera y bonito por dentro. Por dentro impresiona la pendiente sostenida de The Kop y la cercanía del graderío al terreno de juego, pero también parece un estadio pequeño, no extraña que esté al borde de la jubilación en este fútbol superprofesionalizado y transmutado en negocio global.
En la zona de banquillos, se apretujan el Presidente y su séquito. Sólo un número reducido de personas puede estar allí y el jefe de los Stewards se mosquea terriblemente al ver a la recua de Gilmarines. Al de la Cara Torcida le cae un chorreo importante en perfecto inglés gritado y el dueño del club de nuestros amores se achanta y pide perdón hasta la extenuación, mientras sus hermanos hacen comentarios de pésimo gusto en voz alta. Sobre el césped, Agüero practica feliz de la vida: se pone de portero, hace bromas con los compañeros, amaga con darle una colleja a Javier Aguirre. Ya sabe que va a ser suplente, pero sonríe, como siempre, picarón. Que distinto a su semblante de hace menos de un año en Bolton, cuando casi se vuelve loco al saber que no jugaría de inicio. Quiero valorarlo como un paso más en su buena evolución. El técnico mejicano, en rueda de prensa, está sumamente tenso: va a enfrentarse a su archienemigo, el gordo camarero español que dirige al Liverpool y mide sus palabras. “¿Tiene el equipo decidido?”. “Tengo muy claro que once jugadores van a saltar de inicio, pero prefiero no decirlo”. La organización de la rueda de prensa es nefasta, más propia de aficionados que de profesionales de esto, quede constancia para que luego no se diga. Junto al Vasco, la Señorita Pepis, en cuyo honor hay que decir que habla un inglés más que notable y que no necesita en ningún momento hacer uso del traductor, que, por lo demás, es un cachondo de cuidado.
De regreso al hotel, mientras la canalla prepara sus bochornosos planes nocturnos habituales, me topo con Roberto Solozábal que, curiosamente, aparenta una forma física incluso mejor que cuando era futbolista profesional. Ahora vive a caballo entre Madrid e Ibiza, pero ha ido a Liverpool a ver el partido con dos amigotes que, sin duda, les sonarán: Alfredo Santaelena y Gabriel Moya. El centro de Liverpool está trufado de “presuntos” lugares santos para el nostálgico beatlemaníaco, pero no es más que una mera añagaza para atraer turistas. Hay dos o tres The Cavern en la misma calle, aunque el auténtico The Cavern fuera demolido allá por 1972. Es la noche antes del partido, pero ya se nota ambiente atlético en la ciudad y es emocionante pasar junto a un pub céntrico y sentir como atruena el “Vamos dale Atleti”... El martes amanece nublado sobre Liverpool y, desde primera hora, la ciudad es un hervidero de camisetas y bufandas rojiblancas. En la tienda oficial del Liverpool, en pleno centro, decenas de aficionados colchoneros compran recuerdos de Fernando Torres. Huelga decir que La Máquina es un ídolo absoluto para los reds y nosotros conocemos sobradamente las razones. Saliendo de la tienda un “¡¡¡Uruguayo, uruguayo, uruguayo!!!” retumba en la plaza. Diego Forlán, acompañado por Maniche, Coupet, Sinama y Perea, está rodeado de colchoneros. Por la calle adyacente aparecen Camacho, Miguelito, Raúl García, Antonio López y la Señorita Pepis: tardarán casi media hora en cruzar la plaza, porque cada medio metro tienen que hacerse una foto. “¡¡Miguel, Miguel, Miguel de las Cueeeeevas!!”. El chaval sonríe. Cinco horas después, será el descarte de Aguirre y verá el partido desde el palco. Por doquier, hermanamiento de hinchadas y miradas torvas de los supporters del Everton, The People’s Club. La estatua de Lennon en Mathew Street es ataviada, una y otra vez, con bufandas rojiblancas.
El autobús de la prensa se dirige a Anfield. El autobús de los cuchillos largos: desde la mañana se ha extendido el rum rum de que el Kun no será titular. “Voy a matar al mejicano”. “A Aguirre lo crujo”. “Le voy a machacar”. Todos los que esperan saldar cuentas con el Vasco, nada dócil con los caprichitos de los medios, especialmente con los radiofónicos, están felices, ya tienen munición para cargar sus traicioneras recortadas. En Anfield, afortunadamente, no reparten el “Forza Atleti”, sino que cobran tres pounds por el “This is Anfield”. Me ahorraré las comparaciones que, en este caso, más que odiosas, serían grotescas. La tribuna de prensa está en el sitio ideal: a media altura y en el centro del campo. Me toca al lado del traductor, repito, un cachondo de cuidado. Ya se ha dicho, pero es que es cierto: el “You’ll never walk alone” pone los pelos de punta. Y da un poquito de alipori que el cerril medio centenar de siempre intente estropearlo, confundiendo rivalidad con falta de educación. También es cierto, tal vez por la acústica, que cuando ruge The Kop no se oye otra cosa en el estadio. Y eso no quita para que la afición atlética de una auténtica lección de aliento a sus colores. “Es impresionante” me dice el traductor. Sonrío y pateo por lo bajini mientras atruena eso de “El equipo campeón, los mejores porque sí”. Aguirre se muerde los puños en el palco, mientras el fat spanish waiter se desespera, totalmente superado, en la zona técnica. El baño táctico del mejicano es absoluto. Maxi mete un golazo que nace en un centro largo sensacional de Johnny adornado por un control a lo Zidane con la derecha de un Antonio López que, minuto a minuto, da silenciosas lecciones a un griego desahogado. El Atleti no cierra el partido en dos contras de manual cortadas con mano dentro del área que un bombero sueco no ve. Tampoco ve, en el 93’45” de partido, un penalty que no es tal, pero se fía de un linier malhadado y pita pena máxima para después freírnos a tarjetas. Incluso al pobre Kun por sacar de centro tirando a puerta. Un auténtico disparate. No tan bochornoso, en todo caso, que el caos en el Aeropuerto Internacional John Lennon, en el que tres mil aficionados españoles son tratados como ganado. Infame.
54 comentarios:
Tengo aquí delante el programa del partido. This is Anfield, y me parece espectacular, numerosos reportajes, entre ellos uno titulado: ¿Que paso con el Alaves? y varias entrevistas e informacion acerca de nuestros jugadores.
Tres libras me parece un precio excesivo pero desde que leí a Hornby, quise tener un programa de un partido ingles.
Lo del arbitro y la vuelta a casa lo peor del viaje.
Pues yo no se si me pase de listo o que, pero cogí un puñado de This is Anfield en la tienda del Liverpool (la que estaba en el estadio no, una que había por el centro del Liverpool) Nadie me dijo nada y me los llevé tan pancho. Es el primer robo de mi vida. Bueno uno por otro: un puñado de revistas por un penalty inventado.
Lo de las caverns es asombroso. Crecen como setas. En esa misma calle estaba la original, que ahora se llama The cavern shop o algo así y es un, ejem, centro comercial (esto nos lo contó nuestro amigo de Liverpool)
Una crónica sensacional. Enhorabuena.
Saludos
Uy Maxi!
Lo de Aguirre a Benítez no lo veo como un baño, simplemente le ha aplicado su misma medicina (defensa y sufrimiento).
Qué grande Don Jesús, me ha gustado tanto o más que la del dueño... Con permiso, claro, y con perdón.
Pues eso, don Vito, un baño... ¿no?
faltaría más, D.Era
ahora bien, yo no estoy de acuerdo: a mi me gusta más la de D.Jesús
Don Jesús, la primera vez que apliqué “defensa y sufrimiento” en el futbol (de forma consciente) fue al colegio, tenia ocho añitos, un tipico partidillo de la hora de recreo.
Angelo, un fastidioso Tardelli rubio de 1,27 m, el que mandaba y pegaba: “Vito, tenemos que aguantar en defensa y ententar algun contragolpe!”
Vito: “Qué es un contragolpe?”
Angelo: “porqué no te pones en la porteria?”
y yo que me estoy haciendo fan del fútbol defensivo ...
y yo que me estoy haciendo fan del fútbol defensivo ...
Don Carlos, cuando naces, en Italia, te tiran a la marmita del futbol defensivo, como Obélix.
PS
Le sale todo doble hoy.
y hasta triple
Absolutamente fantástica su crónica, Don Jesús. Es usted un crack.
También me gusta la crónica del Dueño, especialmente desde que ha recuperado su "...como saben, soy tonto".
Mención aparte la zona en la que registra un nuevo record, en el empleo de los términos "cómodo y agradecido" (un poco a lo Lina Morgan).
Del Baño Táctico que sentencia Don Jesús, ya hablaremos, ya hablaremos...
A mi me pareció más abuso la fritura de tarjetas, que el penalty (que no fué, que es un robo, etc, sí, sí).
No sé, Don Ismael, un futbolista profesional, sabiendo que hay otros partidos, aunque pueda tener razon, tiene que morderse la lengua y tragar.
No hay quién pueda con Don Vito, está claro. Y estoy de acuerdo, que duda cabe, lo cual no quita para que a ese futbolista profesional, al calor del atraco y tras 94 minutos de esfuerzo, se le escape un aplauso, que fue la causa de las tarjetas a Perea y a Johnny. La del Kun es intolerable, se mire por donde se mire, puesto que el bombero había pitado...
Otra anécdota, vamos, hasta que Vds me echen.
Tercer partido (o algo asì) de Gullit en la liga italiana, el arbitro le saca una amarilla, Gullit dobla la rodilla y agacha la cabeza delante del trencilla: roja!
Pues miren, a mi el latiguillo de "...como saben, soy tonto" no me gusta un pelo.
Lo cual le honra: es usted un sentimental.
(Lo cual difícilmente puede aplicarse a los nacidos en Onteniente)
Verán, a mi me parece que los arbitros deben saber gestionar los partidos, y las emociones que generan.
Ningún colegiado puede pretender que, semejante penalty, en semejante minuto, no vaya a provocar fustraciones y protestas.
Máxime cuando, él mismo, manifiesta dudas en su modo de pitarlo.
Pensar que trás el esfuerzo realizado, y con la importancia del resultado, los jugadores se comportaran con indiferencia y resignación, es ridículo (y más aún sin Seitaridis en el campo).
Eso cualquier arbitro lo sabe, y si no lo sabe, es tonto (con la venia de D. Gan).
Ah, pues si a D. Gan no le gusta lo de tonto que lo quite el Dueño. ¿Le molesta que diga que lleva gafas? Porque sí es así, se opera y punto.
(¿Algo más, amo Gan?)
Excelente crónica, D. Jesús, por cierto. Echo de menos, eso sí, el after en The Albert :)
Eso al Dueño, yo sólo lo viví telefónicamente camino del aeródromo...
El baño táctico como terapia de defensa del mexicano:
D-Jesús, lo prometido es deuda.
Yo estoy de acuerdo en que el Atlético ganó la batalla táctica en Anfield, pero ello no me hace cambiar mi opinión de duda acerca del señor Aguirre.
Jugar con un solo punta, con un 1-4-1-4-1, no es inventar la salsa mayonesa (que, como todos saben, se inventó muy cerca de este blog), ya se hizo en Vila-real y en Sevilla (al año pasado), con muy buen resultados, por cierto.
Aquí, se hacía caer con mucha más frecuencia a Assunçao (en adelante Asun), a la línea defensiva, incrustándose como un tercer central (el líbero de toda la vida). Ya lo hizo toda la segunda vuelta Lotina (con magníficos resultados, también).
El problema es que, convierte al equipo en una especie de Logroñés (equipo al que respeto, y mando un saludo, ojo), que es lo que pareció el nuestro, gran parte de la segunda mitad.
Yo no digo que no me guste el sistema, que tiene muchísimas ventajas, pero dará que hablar, además de suponer un peligro para la capacidad creativa del equipo (por el perfil de jugadores que tenemos).
Pero bueno, usted, que sabe más de esto que yo, seis veces, podrá decirme que opina de esta alternativa táctica. La verdad, me parece un tema interesante. Ver la cara de “no sé por dónde meterles mano” de Benitez, fue fabuloso, es cierto.
También me llamó la atención el comportamiento de Asun como central (estuvo omnipresente D. Carlos), y las pocas ganas de probar a Heitinga de lateral derecho, cuando se conoce su polivalencia (uno de los motivos de su fichaje).
P.D.: En la tele se oía el himno del Atleti de un modo emocionante.
Pues no me molesta nada más Dª MJ, muy agradecido quedo.
Me quedo más tranquilica, oiga
Discrepo, don Ismael. En nada se parece este sistema al aplicado, con excelente resultado, por Lotina en la segunda vuelta del Depor. El Depor jugó con tres centrales puros y dos laterales muy largos, Filipe y Manuel Pablo, de manera que el equipo defendía con cinco en el fondo y atacaba con tres atrás muy abiertos, sin referencia de marca arriba y sorprendiendo con la llegada en segunda línea de Lafita, Guardado o Juan Rodríguez. Nada que ver con lo del mejicano. El Vasco propone dos líneas muy juntas que, de hecho, serían más bien tres: los cuatro de atrás tirando la línea a diez metros del área, Assunçao y Maniche juntos con Simao, Raúl y Maxi apretando siempre al poseedor del balón y Forlán muy atento al robo para tirar la diagonal (por cierto, el uruguayo hizo un partido sensacional, pero sensacional). A diferencia de Sevilla y Villarreal, el problema que tuvimos fue que Maniche y Raúl García se desgastaron muchísimo en la presión (porque el Liverpool metió un ritmo muy alto) y estuvieron muy imprecisos en el lanzamiento de la contra tras robo, pese al gran trabajo de Forlán que facilitó mucho la búsqueda del espacio de Maxi y Simao. Tal problema se solventó lanzando la contra desde atrás, con el extraordinario pase de Johnny que acabó en el fondo de las mallas. Cierto que Assunçao se incrustó entre los centrales, pero también estuvo rápido en tocar de primeras para la salida del balón. Lo del Logroñés, lo de táctica de equipo pequeño y esas cosas las dejo para los Miguélezs de la vida, prefiero hablar de fútbol. Piénsese en las semifinales de la Liga de Campeones de los últimos tres años y de los planteamientos de Fergusson, Benítez o el mismísimo Rijkaard, para mayor abundamiento sobre tales boutades.
Don Jesus y Don Ismael, quisiera introducir otro tema en el debate: el bañador táctico.
¿Por la piscina?
Habría que preguntarle a Allessandrino...
Por el piscinazo, para Gerrard.
Don Jesús, deje que le diga que Alessandrino es con una "l" sola.
Qué puntilloso se pone, oiga. Ja ja ja!
Yo es que de tácticas no sé oigan, pero el juego que desplegó el Atleti me pareció malo, y nos salvó que el 9 del Liverpool estaba en la grada y que tuvimos un acierto de cara el gol de casi 100%. Éso pasa a menudo en el fútbol, si es el Liverpool el que nos casca primero seguramente estaríamos hablando de un planteamiento lamentable del mexicano.
Por otro lado debo reconocer los bemoles que le echaron los jugadores en el campo.
Por otro lado, difiero rotundamente del autor en cuanto a Rafael Beníte, posiblemente entre los 3 mejores entrenadores del mundo, no creo que una afición esté tan volcada con su entrenador si no representa valores de grandeza que usted le niega.
En cualquier caso, excelente jornada vivida en la fría y húmeda Inglaterra.
¡Que mal me quiere usted, don Jesús!
Mandarme analizar las semifinales de los últimos años de Champions, es tratar de arruinarme el fin de semana.
Ya le había dicho que quería su opinión, que usted sabe más de esto. No sea tiquismiquis.
Cuando no había sabios del furbo, a lo de Alfield se le llamaba "salir a defender", y punto.
Que el rival nos hinchara a balonazos, nos llevara como "ca... por azequia", detras de la pelota, y nos impusiera una intensidad y ritmo muy superior al que somos capaces de responder, dice poco de nuestro simpático mexicano.
En los dos enfrentamientos se vió qué equipo está bien trabajado y cual no. Mal que me pese, que yo al Benitez no lo trago, y en cambio el Aguirre me cae estupendamente.
¿Que le voy a hacer?
A veces me pregunto si tenemos la plantilla adecuada para nuestro sistema. Claro que, antes, debería enterarme de qué sistema tenemos (y a Aguirre tampoco le vendría mal saberlo).
Hablando de trabajar la táctica, ¿me puede explicar alguien porqué el tal Ainger (o como se escriba) remató todos los corner que concedimos?
P.D.: Pero, dejémonos de hablar de tonterías, y vayamos a lo serio: Mariano estuvo estupendo, el que no lo quiera ver, allá él.
A mí me lo pareció, desde luego. Y está en una forma física que ya quisieran muchos.
no estoy yo muy de acuerdo con lo de los corners de Agger, mi recuerdo del partido es Perea emergiendo entre una turbamulta para despejar de cabeza
Me apunto "turbamulta".
Les dejo:
mudanza = trasloco
perdón por el retraso: he añadido la foto que acompañaba a la crónica y, en ella, un link
Bonita voz, pardiez
Qué voz!
Eso es (casi como Sabina, no?)
Y con esa pinta de angelito..
a mi me recuerda a Antonio Iranzo (a ver quién mejora esta)
M.A.?
Ya les vale...
Joder con la Nati, es la némesis de cualquiera el tío. En fin, lo que importa es diferir, así que difiero, esta es mi subjetivísima lista de los diez entrenadores más capacitados del fútbol mundial de los últimos años:
Frank Rijkaard, Arsene Wegner, Gerard Houllier, José Mourinho, Gus Hiddink, Luiz Felipe Scolari, Alex Ferguson, Carlos Bianchi, Manuel Pellegrini y (por motivos meramente sentimentales) Guy Roux.
Por cierto, Mr. Maris, ¿quiénes son sus otros dos técnicos de cabecera?
Bielsa, Hiddink (el numero uno), Advocaat, Scolari, Ferguson, Ancelotti (por lo de Pirlo), Pellegrini, Luis, Mourinho (por lo del Porto), Wenger.
Y Guy Roux, por llevar mi nombre, oiga!
...y Benitez, porqué sí, aunque me aburra.
¿y Aguirre?¿donde lo deja usted, don Jesús?
Cuán pertinaz, ¡voto a Bríos!
Vale, lo retiro. Que no está en mi ánimo el perturbar a vuecencia, por quien tanta estima profeso.
P.D.: Pero, ejem, ¿que opina de lo del ayudante del Vasco, sin corbata y con camiseta blanca debajo de la camisa?
¡Ándale!
Que cerca me encuentro de usted, D. Ismael, y aún estimando, y mucho, a D. Jesús (magnífica crónica), cuánto discrepo de su aguirrefilia. Le dejo unos breves apuntes, por falta de capacidad táctica por mi parte:
1. A dos minutos del pitido inicial, hubiera cesado fulminantemente al mejicano por no sacar al Kun en tamaño partido.
2. Le salió bien, marcamos en la única que tuvimos, y complicamos mucho el juego del Liverpool. Reconozco que me hizo pasar 70 minutos en la cresta de la ola.
3. Al final nos empataron por el árbitro, pero esas cosas pasan cuando llevas 20 minutos encerrado en tu área, despejando balones a la desesperada.
4. Benites es un vikingo, come manitas de cerdo hasta reventar, y lleva una perilla que le sienta fatal. Ojalá se hubiera parecido el mejicano un poquito en estos tres años. Para eso vino, en el mejor de los casos...
Pues a mi me parece que hay partidos que hay que jugar así (ordenaditos atrás e intentando buscar la contra) y otros que no. Si pasado mañana en el Sadar, jugamos con un punta y cinco defensas (porque Asun fue durante todo el partido tercer central) es para matar al mexicano. Pero en Liverpool me parece una apuesta inteligente. Es decir, es saber utilizar los recursos que se tienen (en eso consiste un buen entrenador, no?) Se ha hablado muchas veces por aquí que no hay platilla suficiente para muchas alegrías. Lo inteligente por tanto es saber utilizar los jugadores ajustandose a la situación.
¿En Liverpool jugamos mal? Yo creo que no. Jugamos a lo que queríamos jugar. A aguantar bien atras y a intentar coger alguna contra para marcar. Todo salió perfecto hasta la bomberada del sueco.
Saludos
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