A los seguidores de los escritos de un servidor, pobres, no les chocará la reflexión inicial. Son ya demasiadas las veces en las que hemos tenido esta sensación de indignación mezclada con cara de tonto. Ayer el Atleti, una vez más, demostró lo que tiene reservado para su afición: el disgusto cíclico, el anual fracaso, la perenne sensación de que no. El Atleti sigue en puestos de Champions pero tiene frente a él unas empinadas rampas que ríase Vd del Alpe D’Huez y tras él llegan frescos y potentes varios equipos que han de medir su verdadera valía en sus respectivos estadios. La cosa pinta fea, sí, para qué vamos a engañarnos.
Es conocida la habilidad del Atleti para echar a perder jornadas en las que las cosas podrían salir redondas. Habían perdido o empatado los rivales más directos por la tercera plaza, se jugaba en casa contra un equipo asequible en horas bajas, era una buena ocasión para recuperar moral y fuerza de cara al partido del jueves. Nada. Ni una, ni otra, ni la de más allá. El Atleti resbaló cuando menos falta hacía y perdió el autobús que le llevaba a una calma pasajera. Al suelo, y además con los dientes por delante. El Atleti tiene estas cosas y también las tiene el destino, cómplice del bochorno en muchas ocasiones de la historia del equipo. Ayer desayunábamos con la noticia de que el invierno estaba siendo el más seco en sesenta años, y media hora antes de que empezara el partido comenzó a llover con intensidad. Podía haber empezado un par de horas más tarde, pero no, cómo va a ser eso, ya que nos caemos lo hacemos con todo el equipo y empapados, dónde va a parar. Un guiño de los dioses que, no contentos con haber puesto el club en manos de una directiva incapaz, rebozan las ocasiones en las que el equipo hace el primo con meteoros adversos. Aún así, el que suscribe fue al campo y completó el ridículo comprando un chubasquero en un puesto de la calle. “Que no sea ni blanco ni amarillo, oiga”. Dicho y hecho. El chubasquero resultó ser rosa fucsia, y dado que el que esto escribe se lo puso sobre las piernas a modo de mantita de asilo, adquirió un aspecto parecido al del equipo: aspecto de vieja.
Salió el Athletic de Bilbao (equipo al que en Madrid siempre se le ha llamado el Bilbao), que es un equipo que le gusta a quien estas tontunas escribe (y por eso le llama Athletic, que es como les gusta en Bilbao que se les llame), y lo hizo la mar de bien vestido, vestido de equipo antiguo. Se plantó en el campo, dejó claro que muy buenos no eran y se llevó un gol a los cinco minutos. Anda, mire, gol. Esto va como la seda. Gol. Marcó el Atleti y, como tantísimas veces le ocurre, el equipo pensó que había ganado el partido ya. Tres puntos, miren, y ahora a cenar bien cenados, que da gloria cumplir tan pronto con el deber impuesto por las circunstancias y la clasificación. Pensaban esto los jugadores del Atleti y se olvidaban de que mientras tanto el partido seguía y de que enfrente había once tipos vestidos como Iríbar con la soga al cuello, agobiados ante la idea de poder ser la primera generación que manda a segunda a todo un histórico. El Athletic no está bien ni juega bien pero al menos los jugadores entienden que los partidos duran lo que duran y que los colores son los que son y que la afición merece lo que se merece, aunque lleven años pasando fatigas.
Sacó una falta Luis García, le pegó un pelotazo a un señor en la rodilla y Javi Martínez cogió el balón. Con el porte, el uniforme y la zancada del Caballo Kirwan se plantó en el campo del Atleti corriendo desde su propia área. No hizo slaloms ni zig zags, sino que le bastó con correr en línea recta, en contra de todos los cánones del deporte y de la huída frente a animales de gran tonelaje y poca vista como el hipopótamo, es un poner. A su lado saltaban alegres los jugadores del Atleti como en una coreografía de Esther Williams, posiblemente animados por el aguacero. Tras una carrera y un pase, tras cinco o diez segundos, el Athletic de Bilbao marcaba un gol. Una vez más el Atleti recibía un gol con suma facilidad, una vez más un equipo visitante se encontraba con un regalo carísimo que no se esperaba, gracias majos, qué detallazo.
El Atleti sabe que para encajar un gol no hace falta dominarle ni jugarle bien, y sabe también que su defensa es de traca. También sospecha que los partidos no se deciden por gol de oro a menos que haya prórroga, pero no lo tiene claro. Ayer, un equipo grande y serio hubiera metido uno o dos goles más en el primer tiempo, hubiera dejado el partido resuelto y hubiera invitado al rival a relajarse. De paso se hubiera relajado él, se hubiera concentrado en lo que el jueves se nos viene encima, hubiera mandado a la ducha a los pocos que corren y que deberán correr de nuevo el jueves. Ayer, un equipo práctico y con oficio, consciente de su debilidad defensiva y de la importancia del resultado en la fecha concreta, hubiera buscado la victoria con intensidad y hasta con prisa. Y ayer, un equipo formado por jugadores a quienes les importara que los suyos se empaparan en la grada hubiera intentado dar una alegría resolviendo pronto contra un equipete flojo, algo al alcance de cualquiera. Pero el Atleti de hoy no es ni grande ni serio ni práctico ni tiene oficio ni tiene tampoco la vergüenza torera de entender el significado de perder una vez más en el Calderón. Peor aún, quizás conozca sus carencias pero le da igual todo. Y le da igual todo porque nunca pasa nada, al menos nada que no haya ocurrido ya cincuenta veces.
Para colmo de males, antes del descanso volvió a marcar el Athletic y lo verdaderamente grave es que la grada lo asumió con normalidad y casi como algo previsible. Lo hizo Llorente, un buen jugador con un físico imponente, dejando en evidencia a Pablo, un jugador que va a menos con determinación y ahínco y que no sabe qué hacer con su 1.92. Pablo se desliza acelerando hacia el abismo y se ha olvidado de frenar. Despistado toda la temporada, falto de concentración y carácter, ha renunciado a sacar el balón si no es con un patadón al lateral; también ha olvidado cómo marcar y anticiparse a un rival, con lo que no se sabe bien qué puede aportar desde ahora. Frustrado, como todos los de la grada aunque él cobra mejor, pegó un codazo a un rival que pudo suponer su expulsión y sanción, y si el árbitro le pilla ya remata una serie memorable de partidos, el tío.
No sólo Pablo dio ayer un recital de lo que no hay que hacer, pero enumerar los mil y un defectos de la plantilla es algo que venimos haciendo desde que empezó la temporada y es algo que resulta ya cansino. Ayer volvimos a ver que Luis García no está ni se le espera si no es en una convención de futbolistas flamígeros, y que Jurado, que no fue el peor ni mucho menos, es demasiado blando para jugar donde se supone que juega; entre ambos perdieron multitud de balones y recuperaron uno o ninguno. Tampoco Maxi aporta ni un diez por ciento de lo que nos tenía acostumbrados y uno se plantea si no debería descansar tres o cuatro partidos. Si a esta colección de problemas añadimos la expulsión del único que parecer tener claro qué hacer por esa zona, que además ayer jugó lastrado por una amarilla innecesaria desde demasiado pronto, ya me contarán Vds. Motta, el llamado a apuntalar la media, se paseaba ayer en coche por los pasillos del estadio en el descanso entre las caras de asombro de la afición resguardada de la lluvia, acostumbrada a espectáculos surrealistas pero no este kafkianismo supino. Sólo Forlán, ayer algo individualista, y Agüero, de nuevo amonestado, mantuvieron el tipo. El primero tuvo que oír cómo la grada le pedía que no se desesperase, el segundo tuvo que oír cómo la grada le defendía del árbitro, haciendo por tanto lo que se supone que hay que hacer desde el palco.
Como las cosas nunca vienen solas, a la lluvia copiosa y al petardo futbolístico local se agregó con entusiasmo el árbitro. Decir que el Atleti perdió ayer por el árbitro sería faltar a la verdad, porque el Atleti perdió por su única y puñetera culpa. Pero el arbitraje de Medina y sus linieres, que no vieron el fuera de juego de Llorente en su gol y que expulsaron a Raúl García con excesivo rigor, fue tan malo como tantos que vemos en el Calderón. Es fácil pitar en contra del Atleti en casa, es cómodo someter a Agüero a una persecución implacable y parar el juego cada vez que un rival se tira al suelo simulando haber recibido un proyectil de ballesta. Una cosa no quita a la otra, oiga, y si el equipo es suficiente desastre por sí sólo, no es de recibo que llegue un señor vestido de verde limón y nos complique aún más las cosas.
Hoy, día de resaca del partido de ayer, la gente es pesimista. Ve los partidos que quedan por delante, ve la inercia que va cogiendo el Sevilla y ve las sanciones y lesiones de los nuestros y se encomienda a San Judas Tadeo. Cuando las cosas se tuercen la gente tiende a buscar culpables y apuntan a los jugadores, luego a Aguirre, luego a Pitarch. Otros a Pitarch, luego a Aguirre, luego a los jugadores. Otros a Aguirre, luego a Pitarch y luego no se me ocurre a quien. Algunos apuntan a Cerezo, ayer increpado desde el fondo sur, algo que le pone nervioso a juzgar por la cara desencajada de la entrevista post partido. La afición tira a unos y a otros, a otros y a unos e incluso a todos a la vez. Luego se gana un partido, se calman las cosas y aquí paz y después gloria. La gente tiene asumido que estas explosiones espontáneas de rabia pasan, en parte gracias a la prensa y la radio, que ven cosas que los aficionados no ven, o que ven las mismas cosas pero de color distinto. Esto puede ser porque miran hacia otro lado, o porque miran a través del interesado cristal del contacto con la fuente de información, poco dada a dar primicias a los críticos. Poco importa que la institución centenaria que también les hace vender periódicos vaya año tras año hacia el agujero, poco importa todo eso si el jueves nos dejan entrevistar a Jurado.
- Y tú de quién crees que es la culpa, listo
Lo primero, no me tutee. Lo segundo, tome nota, por más que todo esto quede en agua de borrajas una vez el Atleti gane un par de partidos menores y la gente hable de unión y sufrimiento y extrañas conexiones.
Año tras año asistimos a la trayectoria parabólica del equipo, que alcanza su punto álgido a principio de la segunda vuelta y las pasa canutas para hacer algo digno a final de temporada. Hemos visto decenas de entrenadores diferentes, cientos de jugadores (algunos indignos de ganarse la vida con este deporte) y montañas de partidos previsibles. Año tras año se repite el disgusto, año tras año reconocemos en el cielo de la boca el áspero sabor del fracaso. Año tras año cambian los jugadores, cambian los entrenadores y cambian los directores técnicos. Cambian también los aficionados, que ven como los más veteranos no aguantan más y se borran de la pantomima, asqueados de ser cómplices de un envenenamiento. Cambian las costumbres del equipo, cambia su carácter y su composición hasta el punto de no quedar ya ni un solo jugador de Madrid en sus filas. Desde hace años ha cambiado la equipación, el nombre del Villa de Madrid (que ya no existe) y el objetivo de la entidad, que ya no es conseguir logros deportivos sino convertirse en una marca comercial de referencia. Cambia el espíritu de la afición, ahora mansa y ciegamente creyente en el fatal destino del atlético perdedor, ignorante de su furioso pasado, resignada a torrentes y chistecitos y anuales anuncios lacrimógenos. Ha cambiado el posicionamiento del Club, antes comprador de estrellas y ahora vendedor de todo lo que se pueda. Ha cambiado hasta el patrimonio de la entidad, que ya no tiene estadio ni estrella de la casa ni el orgullo de un club que antes hubiera montado en cólera si se hablara de los equipos grandes sin contarle entre ellos. Todo ha cambiado, todo, salvo aquello que ha forzado todos y cada uno de los cambios. Hagan cuentas, actúen por eliminación y les quedarán dos nombres: Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín, máximos dirigentes (que no justos propietarios) y por tanto máximos responsables de que ya no sepamos ni quiénes somos. Sigamos cambiando cosas, sigamos buscando culpables en torno al núcleo del problema y seguiremos llevando de la mano al club de nuestros amores al matadero deportivo que cada vez se ve más nítido.
Es conocida la habilidad del Atleti para echar a perder jornadas en las que las cosas podrían salir redondas. Habían perdido o empatado los rivales más directos por la tercera plaza, se jugaba en casa contra un equipo asequible en horas bajas, era una buena ocasión para recuperar moral y fuerza de cara al partido del jueves. Nada. Ni una, ni otra, ni la de más allá. El Atleti resbaló cuando menos falta hacía y perdió el autobús que le llevaba a una calma pasajera. Al suelo, y además con los dientes por delante. El Atleti tiene estas cosas y también las tiene el destino, cómplice del bochorno en muchas ocasiones de la historia del equipo. Ayer desayunábamos con la noticia de que el invierno estaba siendo el más seco en sesenta años, y media hora antes de que empezara el partido comenzó a llover con intensidad. Podía haber empezado un par de horas más tarde, pero no, cómo va a ser eso, ya que nos caemos lo hacemos con todo el equipo y empapados, dónde va a parar. Un guiño de los dioses que, no contentos con haber puesto el club en manos de una directiva incapaz, rebozan las ocasiones en las que el equipo hace el primo con meteoros adversos. Aún así, el que suscribe fue al campo y completó el ridículo comprando un chubasquero en un puesto de la calle. “Que no sea ni blanco ni amarillo, oiga”. Dicho y hecho. El chubasquero resultó ser rosa fucsia, y dado que el que esto escribe se lo puso sobre las piernas a modo de mantita de asilo, adquirió un aspecto parecido al del equipo: aspecto de vieja.
Salió el Athletic de Bilbao (equipo al que en Madrid siempre se le ha llamado el Bilbao), que es un equipo que le gusta a quien estas tontunas escribe (y por eso le llama Athletic, que es como les gusta en Bilbao que se les llame), y lo hizo la mar de bien vestido, vestido de equipo antiguo. Se plantó en el campo, dejó claro que muy buenos no eran y se llevó un gol a los cinco minutos. Anda, mire, gol. Esto va como la seda. Gol. Marcó el Atleti y, como tantísimas veces le ocurre, el equipo pensó que había ganado el partido ya. Tres puntos, miren, y ahora a cenar bien cenados, que da gloria cumplir tan pronto con el deber impuesto por las circunstancias y la clasificación. Pensaban esto los jugadores del Atleti y se olvidaban de que mientras tanto el partido seguía y de que enfrente había once tipos vestidos como Iríbar con la soga al cuello, agobiados ante la idea de poder ser la primera generación que manda a segunda a todo un histórico. El Athletic no está bien ni juega bien pero al menos los jugadores entienden que los partidos duran lo que duran y que los colores son los que son y que la afición merece lo que se merece, aunque lleven años pasando fatigas.
Sacó una falta Luis García, le pegó un pelotazo a un señor en la rodilla y Javi Martínez cogió el balón. Con el porte, el uniforme y la zancada del Caballo Kirwan se plantó en el campo del Atleti corriendo desde su propia área. No hizo slaloms ni zig zags, sino que le bastó con correr en línea recta, en contra de todos los cánones del deporte y de la huída frente a animales de gran tonelaje y poca vista como el hipopótamo, es un poner. A su lado saltaban alegres los jugadores del Atleti como en una coreografía de Esther Williams, posiblemente animados por el aguacero. Tras una carrera y un pase, tras cinco o diez segundos, el Athletic de Bilbao marcaba un gol. Una vez más el Atleti recibía un gol con suma facilidad, una vez más un equipo visitante se encontraba con un regalo carísimo que no se esperaba, gracias majos, qué detallazo.
El Atleti sabe que para encajar un gol no hace falta dominarle ni jugarle bien, y sabe también que su defensa es de traca. También sospecha que los partidos no se deciden por gol de oro a menos que haya prórroga, pero no lo tiene claro. Ayer, un equipo grande y serio hubiera metido uno o dos goles más en el primer tiempo, hubiera dejado el partido resuelto y hubiera invitado al rival a relajarse. De paso se hubiera relajado él, se hubiera concentrado en lo que el jueves se nos viene encima, hubiera mandado a la ducha a los pocos que corren y que deberán correr de nuevo el jueves. Ayer, un equipo práctico y con oficio, consciente de su debilidad defensiva y de la importancia del resultado en la fecha concreta, hubiera buscado la victoria con intensidad y hasta con prisa. Y ayer, un equipo formado por jugadores a quienes les importara que los suyos se empaparan en la grada hubiera intentado dar una alegría resolviendo pronto contra un equipete flojo, algo al alcance de cualquiera. Pero el Atleti de hoy no es ni grande ni serio ni práctico ni tiene oficio ni tiene tampoco la vergüenza torera de entender el significado de perder una vez más en el Calderón. Peor aún, quizás conozca sus carencias pero le da igual todo. Y le da igual todo porque nunca pasa nada, al menos nada que no haya ocurrido ya cincuenta veces.
Para colmo de males, antes del descanso volvió a marcar el Athletic y lo verdaderamente grave es que la grada lo asumió con normalidad y casi como algo previsible. Lo hizo Llorente, un buen jugador con un físico imponente, dejando en evidencia a Pablo, un jugador que va a menos con determinación y ahínco y que no sabe qué hacer con su 1.92. Pablo se desliza acelerando hacia el abismo y se ha olvidado de frenar. Despistado toda la temporada, falto de concentración y carácter, ha renunciado a sacar el balón si no es con un patadón al lateral; también ha olvidado cómo marcar y anticiparse a un rival, con lo que no se sabe bien qué puede aportar desde ahora. Frustrado, como todos los de la grada aunque él cobra mejor, pegó un codazo a un rival que pudo suponer su expulsión y sanción, y si el árbitro le pilla ya remata una serie memorable de partidos, el tío.
No sólo Pablo dio ayer un recital de lo que no hay que hacer, pero enumerar los mil y un defectos de la plantilla es algo que venimos haciendo desde que empezó la temporada y es algo que resulta ya cansino. Ayer volvimos a ver que Luis García no está ni se le espera si no es en una convención de futbolistas flamígeros, y que Jurado, que no fue el peor ni mucho menos, es demasiado blando para jugar donde se supone que juega; entre ambos perdieron multitud de balones y recuperaron uno o ninguno. Tampoco Maxi aporta ni un diez por ciento de lo que nos tenía acostumbrados y uno se plantea si no debería descansar tres o cuatro partidos. Si a esta colección de problemas añadimos la expulsión del único que parecer tener claro qué hacer por esa zona, que además ayer jugó lastrado por una amarilla innecesaria desde demasiado pronto, ya me contarán Vds. Motta, el llamado a apuntalar la media, se paseaba ayer en coche por los pasillos del estadio en el descanso entre las caras de asombro de la afición resguardada de la lluvia, acostumbrada a espectáculos surrealistas pero no este kafkianismo supino. Sólo Forlán, ayer algo individualista, y Agüero, de nuevo amonestado, mantuvieron el tipo. El primero tuvo que oír cómo la grada le pedía que no se desesperase, el segundo tuvo que oír cómo la grada le defendía del árbitro, haciendo por tanto lo que se supone que hay que hacer desde el palco.
Como las cosas nunca vienen solas, a la lluvia copiosa y al petardo futbolístico local se agregó con entusiasmo el árbitro. Decir que el Atleti perdió ayer por el árbitro sería faltar a la verdad, porque el Atleti perdió por su única y puñetera culpa. Pero el arbitraje de Medina y sus linieres, que no vieron el fuera de juego de Llorente en su gol y que expulsaron a Raúl García con excesivo rigor, fue tan malo como tantos que vemos en el Calderón. Es fácil pitar en contra del Atleti en casa, es cómodo someter a Agüero a una persecución implacable y parar el juego cada vez que un rival se tira al suelo simulando haber recibido un proyectil de ballesta. Una cosa no quita a la otra, oiga, y si el equipo es suficiente desastre por sí sólo, no es de recibo que llegue un señor vestido de verde limón y nos complique aún más las cosas.
Hoy, día de resaca del partido de ayer, la gente es pesimista. Ve los partidos que quedan por delante, ve la inercia que va cogiendo el Sevilla y ve las sanciones y lesiones de los nuestros y se encomienda a San Judas Tadeo. Cuando las cosas se tuercen la gente tiende a buscar culpables y apuntan a los jugadores, luego a Aguirre, luego a Pitarch. Otros a Pitarch, luego a Aguirre, luego a los jugadores. Otros a Aguirre, luego a Pitarch y luego no se me ocurre a quien. Algunos apuntan a Cerezo, ayer increpado desde el fondo sur, algo que le pone nervioso a juzgar por la cara desencajada de la entrevista post partido. La afición tira a unos y a otros, a otros y a unos e incluso a todos a la vez. Luego se gana un partido, se calman las cosas y aquí paz y después gloria. La gente tiene asumido que estas explosiones espontáneas de rabia pasan, en parte gracias a la prensa y la radio, que ven cosas que los aficionados no ven, o que ven las mismas cosas pero de color distinto. Esto puede ser porque miran hacia otro lado, o porque miran a través del interesado cristal del contacto con la fuente de información, poco dada a dar primicias a los críticos. Poco importa que la institución centenaria que también les hace vender periódicos vaya año tras año hacia el agujero, poco importa todo eso si el jueves nos dejan entrevistar a Jurado.
- Y tú de quién crees que es la culpa, listo
Lo primero, no me tutee. Lo segundo, tome nota, por más que todo esto quede en agua de borrajas una vez el Atleti gane un par de partidos menores y la gente hable de unión y sufrimiento y extrañas conexiones.
Año tras año asistimos a la trayectoria parabólica del equipo, que alcanza su punto álgido a principio de la segunda vuelta y las pasa canutas para hacer algo digno a final de temporada. Hemos visto decenas de entrenadores diferentes, cientos de jugadores (algunos indignos de ganarse la vida con este deporte) y montañas de partidos previsibles. Año tras año se repite el disgusto, año tras año reconocemos en el cielo de la boca el áspero sabor del fracaso. Año tras año cambian los jugadores, cambian los entrenadores y cambian los directores técnicos. Cambian también los aficionados, que ven como los más veteranos no aguantan más y se borran de la pantomima, asqueados de ser cómplices de un envenenamiento. Cambian las costumbres del equipo, cambia su carácter y su composición hasta el punto de no quedar ya ni un solo jugador de Madrid en sus filas. Desde hace años ha cambiado la equipación, el nombre del Villa de Madrid (que ya no existe) y el objetivo de la entidad, que ya no es conseguir logros deportivos sino convertirse en una marca comercial de referencia. Cambia el espíritu de la afición, ahora mansa y ciegamente creyente en el fatal destino del atlético perdedor, ignorante de su furioso pasado, resignada a torrentes y chistecitos y anuales anuncios lacrimógenos. Ha cambiado el posicionamiento del Club, antes comprador de estrellas y ahora vendedor de todo lo que se pueda. Ha cambiado hasta el patrimonio de la entidad, que ya no tiene estadio ni estrella de la casa ni el orgullo de un club que antes hubiera montado en cólera si se hablara de los equipos grandes sin contarle entre ellos. Todo ha cambiado, todo, salvo aquello que ha forzado todos y cada uno de los cambios. Hagan cuentas, actúen por eliminación y les quedarán dos nombres: Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín, máximos dirigentes (que no justos propietarios) y por tanto máximos responsables de que ya no sepamos ni quiénes somos. Sigamos cambiando cosas, sigamos buscando culpables en torno al núcleo del problema y seguiremos llevando de la mano al club de nuestros amores al matadero deportivo que cada vez se ve más nítido.
51 comentarios:
Hola Maestro,
hoy me cuesta encontrar argumentos para darle una réplica positiva, pero voy a intentarlo. No porque no esté de acuerdo con usted, que, en lo fundamental, lo estoy; sino porque tampoco quiero ahorcarme con el cable del USB del ratón y mandarle un JPG como recuerdo. Yo no doy por perdida la temporada, no. No me da la gana, ya le digo. Y tampoco creo que el arbitraje de ayer fuera uno más: yo ayer vi, desde el minuto uno, a un individuo que venía a por nosotros, a un individuo que quería ser más que el Kun, a un individuo que colaboró activamente a que los chavales de Pakarrós defendieran con uñas, dientes, agarrones y patadas un triunfo que no esperaban, a un individuo que no utilizó el mismo rasero con los dos equipos, a un individuo que, conscientemente, provocó a jugadores, espectadores y banquillo, a un individuo que, además de hacer todo lo posible porque perdiéramos, nos ha dejado diezmados para Pamplona. A un individuo, en fin, de reconocido sevillismo. Y no, antes de que me lo diga, no voy a justificar la derrota por la actuación de ese individuo. Para mi el quid de la cuestión estuvo en un larguero. Porque así se escribe la historia del fútbol: si entra esa pelotita, se acaba el partido. No entró y, luego, pasó lo que pasó. Y hoy estamos como estamos. Aunque yo, llámeme ingenuo, vencido no estoy, aunque sí un poco asqueado de que nueve de cada diez le echen la culpa a un entrenador al que algún día echaremos de menos. Y, por cierto, actuando por eliminación a mi sólo me queda un nombre, no dos, el mismo que figuraba en el membrete del documento que autorizaba la venta de Pablo al candidato Juan Palacios: MAGM, alias Calam. Ese es nuestro cáncer, el otro, tan sólo un pobrecillo. Pese a todo:
Forza Atleti!!
Lo suyo con la mantita fucsia por encima de las rodillas es de traca, oiga. Válgame San Válgame. Vamos, que va Vd al Calderón irresistible..
jesús, veo muy complicado hacer una lectura positiva de lo de ayer, y encontrar una razón para la derrota que no sea la propia inoperancia del equipo. Muy complicado
el tema, creo es profundo y no se limita a un partido solo. Es más que un mal arbitraje o una falta mal tirada. Esto se veía venir hace tiempo. Si entra el larguero de Luis García quizás se hubiera acabado el tema, sí: eso sí, el Atleti necesita más de dos ocasiones para meter dos goles, el equipo no puede limitarse a tirar dos veces por tiempo ante un equipo en descenso, jugándose el tercer puesto. No hay excusa, se jugó mal, se jugó sin carácter y sin entender lo que es el equipo. La temporada apunta a lo de siempre: cambio de entrenador y cuatro o cinco fichajes en defensa, dos en el centro del campo y un delantero. Lo de siempre. Son demasiadas veces intentando un modelo que no funciona. El problema no puede estar ahí, el equipo está mal gestionado, mal pensado y mal dirigido. Así, mal, muy mal vamos.
Esperemos que el jueves cambie algo.
Por ejemplo, su mantita, oiga
a mi me gusta, hace juego con las plantas de mis pies
¿Fuscia? Pues van a ser hongos, mire
Yo, como ud, solo veo un culpable, y es el que se ha tomado esto como un juguete, esta mañana me ha dado por escribir esto
CALAMIDAD Y SU CUBO DE RUBIK
Hace mas o menos veinte años, que salio a la luz el famoso cubo de colores, ideado por un tal rubik, con el que la mayoria nos volvimos locos y nos llegamos a desesperar, con un final parecido para todos, dejarlo abandonado en algún rincon de la casa, ante la incapacidad de terminarlo, para que dar vueltas a algo que no va a salir, pues eso... al cajon.
Hace mas o menos los mismos años, cayó en manos de "calamidad" un juguete de colores, pero solo 2, el rojo y el blanco, al igual que el famoso cubo, este tambien ofrecia miles de posibilidades de movimientos y operaciones, giros hacia un lado y giros hacia el otro, daba igual, el objetivo era acabar el juego en un puesto digno, acorde a las exigencias historicas de ese juego, pero mira por donde los años pasaban, y nuestro amigo calamidad, no era capaz de acabar ni una sola cara, bueno eso no es verdad, en veinte años mas o menos, si es cierto que un par de años, logró acabar una cara, y otro año, en un aliz de suerte o inteligencia, hizo 2 caras, pero eso debió ser suerte o que copio de algun manual, por que el resto de los años, nada de nada, incluso llegó a romperlo y sacar todas las piezas de sus anclajes.
Pero es curioso, cualquiera de nosotros, o mejor cualquier persona en el mundo, estoy seguro de que hubiera abandonado el famoso cubo, ante tanto fracaso, hubieramos dicho, "anda y que te den.... al cajón", calamidad no, en un ejercicio de de insistencia, sigue dando vueltas y vueltas a su juguete, 45 vueltas, en forma de entrenadores, para un lado, 210 vueltas, en forma de jugadores para otro, y nada de nada, nuestro amigo calamidad sigue vuelta tras vuelta, y lo que es peor, promete no dejarlo, se comenta en sus entornos familiares, que como no sabe que hacer con la caja del juguete, la ha vendido, y que despues de la caja, quizas se canse de dar vueltas, y deje el juguete, eso si, ese juguete no lo venderá, lo destruira y tirará a la basura, eso lo tiene muy claro, o lo hago yo o no lo hace nadie, y pensará: "que pesados con lo de calam, si yo me llamo miguel angel, ¿por que será?"
ir esto:
Yo no tengo el cuerpo para mucha jarana hoy, no señor.
Pero si que creo que hace Usted bien, en expresar lo que son verdades "de fondo". Seguro que si recupera Usted alguna crónica del año pasado por estas fechas, le vale para el partido de ayer.
Antes de empezar el partido, mi hijo, que es un niño todavía, me dijo socarrón "a ver a quien nos expulsan hoy...". Estuve a punto de mandarle un mensaje, pero no quise ser agorero... Es una vergüenza.
Yo creo que Aguirre si que tiene responsabilidad, porque su postura siempre ha sido funcionarial, y ahora se ha encontrado con un equipo ante el que poco margen de maniobra tiene.
Que está mal hecho, ya lo sabemos todos, que no hay modo de quitarnos de encima a ese cancer de dirigentes, también.
Pero con lo que hay, habrá que acabar el curso, habrá que apoyar al equipo, habrá que ser positivo.
¿como serlo, si las disposiciones que se toman son inaceptables? no lo sé.
Aún recuerdo cuando Aguirre clamaba porque el equipo "gestionara" las ventajas que obtenía, cuando decía que "había que aprender a competir, y no lanzarse a por el partido sin control", cuando decía que "hay que enfriar el partido, pararlo".
¿Se refería a lo de ayer?
¿Como es posible que un equipo como el nuestro le entregue el control del partido a todo contrario al que le marcamos un gol?
¿Todavía no sabe, el señor Aguirre que, con ese descerebrado pantel, no puede afrontar los partidos con esa táctica?
No tenemos un centro del campo poderoso, jugamos con dos medio centros y dos interiores en banda, no tenemos un pasador de garantías (el mejor pasador es ¡Forlán!), la defensa anda enloquecida, y no va a sacar nunca el balón jugado... y le cedemos la iniciativa al contrario, a los 15 minutos de la primera parte. Lamentable.
¿Me quieren decir que, con nuestra plantilla, es todo lo que se puede hacer?
A mi me está decepcionando Aguirre. Me cae bien, me parece un tio simpático, etc, pero no veo planteamientos alternativos, no veo nada.
Ayer, de repente saca a De las Cuevas, y el equipo se pone a jugar por el centro todos los ataques, y yo me pregunto ¿esto, ahora de repente, renunciar a las bandas abiertas? ¿es el momento? ¿ es casualidad?
¿cambio de banda de los defensas laterales a mitad de la segunda parte, un rato nada más? ¿para que?
La verdad, pienso que este hombre está ya hasta las narices del club, de la plantilla, y de la presión por acabar entre los cuatro primeros....
dª MJ fustiguenos Usted un poquito, a ver si nos levanta el ánimo, venga, no sea remolona...
Fustigar a ésta convención de chsipeantes registradores de la propiedad? Conmigo no cuente. No me gustan las bromas en los tanatorios, oiga
Lamentable Mariano, sospechoso lo de Pablo, lo de Fabiano es un gran mérito de su representante. Jurado me gustó bastante y tengo la sensación de que es de los pocos que tiene ilusión por ser alguien aquí (y no es broma). Forlán debería ser entrenador - jugador, creo que sabe bastante más de fútbol (de cómo se juega a esto, técnica y tacticamente), que los últimos que se han sentado en ese banquillo. Agüero genial y desequilibrante como siempre pero cada vez más condicionado por la persecución arbitral orquestada contra él (a la hora de disputar balones, de ir de cabeza, de sacar ventaja en ataque). La Directiva, inoperante, ya no pido que fichen o gestionen bien, pero al menos que defiendan a su equipo publicamente como lo hacen Del Nido, Mijatovic u otros cuando hay dudodas actuaciones arbitrales en su contra.
Pero Sr. Fuentes, duermo tranquilo, porque tenemos un capitán, que madre mía qué capitán!! Sabes que al final él nos sacará las castañas del fuego.. Pero oye, que no quiere hacerlo eh.. Un saludo y el jueves me compro un chubasquero que me ha dado envidia..
Coño, Fernández! Ha vuelto! Con un pésimo gusto estético, eso sí..
Disiento, lo siento. Jurado ayer estuvo pésimo. En mi opinión, estuvo cerca de su propia plusmarca de pases fallados y balones perdidos. Está lento (lo ha sido siempre), y sale de una lesión, pero estuvo en el campo todo el partido y ... ¿que quiere que le diga?, no puedo entender que alguien que se ve que tiene talento, lo malgaste a esa velocidad de crucero, con esa falta de sangre...
Por cierto, Dª MJ ¿calificaría usted de "razonables" los Cuatro Cuartetos de Elliot?
Sí, oiga.Razonablemente indicados para pegarte una siesta de padre y muy señor mío.
la navarro es que es más de rondalla
La prefiero a la tuna, que es más de su estilo, creo
expulsada del blog, al menos dos días
Me viene bien, tengo la bandurria un poco abandonada
Sr. Ismael, respeto su disentimiento pero no lo comparto..
Sé que para muchos es complicado olvidarse de dónde viene y a quién pertenece, pero, pese a salir de una lesión y jugar desde el minuto 55 en la posición del expulsado (que no es la suya), fue el único que se atrevió a arriesgar en pases para encontrar al Kun y a Forlán, provocó faltas, concedió de tacón el pase más "estético" del partido que acabó yéndose al larguero y lo se lo dejó todo hasta el final. Que casualemnte es algo que se valora mucho por aquí en otros (véase el del brazalete). Aún así, sólo he dicho que me gustó. Y en la comparación con Cleber mejor no entrar.
¿y Maxi? ¿Qué le parece Maxi, Fernández, que no me ha quedado claro, oiga?
Hombre, Ismael, sin jugar en su sitio y después de una lesión, que quiere que le diga. Me parece que Jurado hizo un partido bastante aceptable. Me gustaría que le preguntasen ayer a Forlán y al Kun quién prefiere que juegue si Jurado o Cleber Santana. Me dirá que esto es escoger entre susto o muerte pero la verdad es que el chico metió unos cuantos pases, avanza en vertical y no en horizontal, no le quema el balón como a Cleber Santana y si se tiene que enfrentar a un rival no se quita el balón de encima corriendo. Que no le guste, pues lo respeto, pero mire hacia el banquillo y ya verá como baja el rasero. Pero vamos que yo también pienso que ayer Pernía estuvo bien y hoy le ponen a parir en todos los sitios.
Carlos, tremendo el post de hoy. Negro futurito el que nos espera. En Pamplona la alineación puede ser de risa. Casi lo que más me molestó ayer del árbitro (yo sí que pienso que nos perjudicó gravemente, pese a la no expulsión de Pablo) es la desfachatez que tuvo con el tiempo de prolongación. Me pareció ver un tres y que al minuto pitase. No sé si alguien me puede aclarar si el Athletic cambió a un jugador con el tres ya en el descuento. Porque después de ver los seis eternos minutos que prolongaron al Madrid el sábado, pues no dio tiempo para más.
Y un último apunte... lo peor de todo es que a mí si me dió la impresión de que el equipo quería ganar, no creo que dieran el partido por perdido, es que se vieron incapaces de conseguir el gol y en la fluidez del juego y de las jugadas de ataque si influyó y mucho el sr. colegiado.
ale, perdonen por la brasa. Y no me creo que esto no le anime si reanima hasta a un muerto.
Un beso y rock & roll late at night
http://youtube.com/watch?v=QHv8Rok9UfA
Helena
Gracias por disentir un poco, que esto es un blogg, y hay que tener puntos de vista.
A mi Jurado no me gusta, y no me gusta porque estoy seguro de que es un jugadorazo, y no me explico como no explota sus facultades.
No le veo caracter, y me da la sensación que acabará triunfando en cualquier otro equipo. Me da rabia, y me tienen un poco harto sus modos "amanerados" en el campo.
Estoy cansado de esperar verle un partidazo, y eso me predispone negativamente.
Ayer falló muchísimo en la posesión y el pase, lo que facilitó el dominio del Bilbao (lo siento D. Carlos), pero no se escondió. Algo es algo.
Y ese es el problema, que nos conformamos con "algo", y que miramos al banquillo y no vemos nada...
Hay entrenadores que "mejoran" a ciertos jugadores, y hay otros que no. Aguirre es de estos últimos, por lo visto.
Me anticipo a la réplica de D. Jesús: yo no digo que no los cuide, sino que no les saca lo mejor de si mismos.
Pernía estuvo bien, es cierto. Ahí me callo.
Helena, cambiaron a 2 jugadores con el tiempo cumplido.
MJ, ¿cree Usted que D. Carlos, tambien llamado el Maestro, debería reforzar su atuendo hidrofugo con la cintita de Marta Dominguez?
¿Como puede alguien escribir tan sesudos artículos, y dejarse ver ataviado de ese modo? Pais!
Sí, o de esas que llevaba Mark Knopfler, con la leyenda "I Love Tina Turner". Ideal, oiga
Este atleti camina sin freno hacia el abismo. Personalmente, no veo qué puede hacer Aguirre (dentro de su escaso abanico táctico) para cambiar las cosas, fuera del emblemático cambio de Perea del centro al lateral y del lateral al centro de la defensa.
Bolton, Osasuna y Barça... yo dudo que podamos con ninguno de ellos, quizá con los ingleses, no sé. Hace años se apelaba a la raza pero ahora... como no apelemos a los dioses.
Hele, el cuarto árbitro mostró un 3, los minutos de descuento, un 4, el dorsal de Ustaritz, que entró en el descuento por Orbaiz, dorsal 14, mientras el marcador electrónico, sobre un escudo del Atleti, indicaba 1' de descuento. Medina gastó los presuntos 3, que bien pudieron ser 8, en los 2cambios del Athletic y en encararse con Aguirre. Confusa numerología
Estoy con usted en todo, diga lo que diga la alcachofa estoqueadora.
Pamplona, el domingo, podría ser de esta manera(en el mejor de los casos, si recuperamos a alguien y si no se rompe nadie el jueves):
Abbiatti
Valera Perea Zé Castro Antonio(Eller)
Maxi Motta Cleber Simao (Jurado)
Mista y Forlán (Miguel)
A ver.
billie, se te ha olvidado las salidas a sevilla, villareal, zaragoza, creo que ni los dioses.
Por cierto D. CARLOS, no me creo que ud no tenga un movil con cámara de fotos, que menos que ilustrar tan magnifica crónica, con una foto con semejante guisa, oiga eso es pa verlo
Jesús,
¿Qué te hace pensar que Valera, Simao y Motta van a estar recuperados para el domingo?
por desviar el tema de mi ochentero atuendo, diré qué a mi Jurado no me disgustó. No está en mi top ten de mejores centrocampistas de todos los tiempos, pero no creo que ayer fuera el jugador a crucificar.
Mariano tampoco estuvo mal, por cierto.
Y, oh Fernández, creo que nos queda clara su inquina hacia Maxi. No está bien, de acuerdo, quizás debería descansar, de acuerdo también. Según está el equipo quizás Maxi sentado en una mesa camilla aporte más que algún otro, pero aún así es cierto que no está bien. Y puede que sea demasiado tibio como capitán, en ningún momento se come al árbitro como debiera. Ahora bien, centrar las iras en Maxi con la que está cayendo me parece que es algo que responde a una inquina personal más que a otra cosa y en lo que a mi respecta Maxi se ha ganado mi respeto desde hace tiempo.
Cierto lo que apunta por ahí otro osado concursante. Bolton, Pamplona, Barça en casa, Zaragoza, Almería en casa, Sevilla y Villarreal fuera ambos, si no recuerdo mal. Si las cosas no salen del todo bien podemos sacar muy poquitos puntos y engordar a algún rival directo.
Por cierto, si alguien tiene unos calentadores que me hagan juego con la mantita, les ruego me los hagan llegar el día del Bolton. Suelo parar cerca del lugar por el que transitaba Motta en su audi ayer.
y visto que la cosa va decayendo, les invito a cantar a voz en grito
Radio on got the powerg got the magic
Radio on 50,000 watts of power
Radio on going faster miles an hour
Radio on I feel like a roadrunner Yeah
Yo estaba cantando esta:
Well we've known each other from other lives
I want to see you today
But I'll prove my knowledge of what's inside
When I intercept you on the astral plane
The astral plane for late at night
The astral plane or I'll go insane
Alright
Me acabo de trasegar un pollo de corral en pepitoria que me ha devuelto el optimismo. ¡Tiemble Ismael!
...dita sea, D. Jesús! Hace siglos que no me apreto un pollo en pepitoria "como Dios manda".
De pura rabia, igual me persono el jueves por ahí, a ver si no me pierdo el famoso gol decisivo de Mariano.
D. Carlos, lo de Motta me ha dejado pasmado... ¡me pinchan y no me sacan sangre!
¿seguro que no era Pierre Nodoyuna?
Por cierto, el jueves ¿va a repetir Usted el color bujarrón?
Cierto Don Carlos que puede parecer inquina, pero realmente es rabia por lo que he visto de él y por lo que vemos hace unos meses.
Espero que regrese puesto que sus goles son imprescindibles y en el fútbol actual no tiene precio un centrocampista con 10 - 12 goles por temporada.
Es sólo que considero que a cada uno hay que darle caña en función,de lo que se lleva a casa a final de mes, de lo que aporta y de lo que representa.
Y en este complicado baremo que me acabo de inventar, la media que le sale a Maxi por ahora está muy poco por encima de los 5 ilustres: Mariano, Fabiano; Very Cleber, Miguel Ángel Ferrer y Pablito..
Pese a lo dicho, el gol de la clasificación el jueves lo hara Maxi y prometo invitar a una cena a los aquí presentes si eso ocurre.. Incluida a la Srta. Navarro que creo no caerla muy bien..
Huy que cosa más chunga... Lagarto!
Se equivoca, Fernández. Vd me cae estupendamente. Casi tanto como Maxi, mire. Estoy en lo de los calentadores. He visto unos con gorrinos. Gorrinos fuscias, además.
!Viva la dieta de la alcachofa!. Aupa Atleti
Anoche me despertaron Vds a la gata. Por cierto, el dueño canta como una zapatilla en una jaula.
los Cuatro Cuartetos de Eliot !!!
pero el Atlético de los Giles se ajusta mas a "La tierra baldía”
Hola que tal. He estado echándole un vistazo al blog por primera vez y la verdad es que está bastante bien, me parece un blog alucinante. ¿te parece que intercambiemos los links?
Un saludo de http://futbolsevilla.wordpress.com
Que decía yo que este blog, al ser tan azul, después de leerlo, te vas a tu correo o a lo que sea y lo ves regular. No sé si me explico.
no, pero las quejas oftalmológicas a la navarro, que es la que presionó para que se cambiara el límpido gris oficinista del antiguo fondo
No, si bonito queda, pero es que luego lo ves todo durante un rato un poco amarillo, y eso, pues da un poco por el ojal, pero vamos, nada grave. También ocurre lo mismo cuando el oculista te hace un contraste o cuando te echas colorante de paella en los ojos y nadie se queja. Así que, adelante con el azulete.
Y ahora, después de estas cosas tan raras que he escrito, voy a decir una poesia:
"A ver si hoy me tomo un vermú,
que esta mañana tuve un morning wood"
(decirme si gusta la poesía)
la poesía está bien, pero le indico que si una alegría mañanera es para Vd motivo de celebración hay especialistas que podrían ayudarle
Gracias por la crítica positiva. En cualquier caso, no se trata de una vivencia personal. Sólo lo sometía a público escrutinio en cuanto a ejercicio de estilo. Y veo que aquí se aprecia el arte. Gracias de nuevo.
naturalmente
eso sí, aqui somos más de sextina de pie quebrado, salvo ismael, que es más de silva
Dónde va a parar éste azul petróleo tan de moda a aquel gris tergal de pantalón de alcalde pedáneo, oiga. Y a mí me apuntan el soneto, pero que sea cortito.
Pues yo me he fumado un gran calamar
y me echo a las calles como quien sale a navegar...
Sí que era grande el calamar, sí
para fútbol Sevilla: os vamos al linkar, pero con la condición de que no se nos llene esto de gente enfadadísima, que es lo que nos pasa cada vez que hablamos del Sevilla. Si veis que esto pasa os pediremos colaboración
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