lunes, 13 de abril de 2015

Uno a uno ante el partido-a-partido que nos queda (II): los del medio

Gabi: quizás lejos del impresionante estado de forma del año pasado, pero no tan lejos como alguno comenta con insistencia, Gabi sigue siendo imprescindible en el centro del centro, por delante de los centrales, tras los jugadores más creativos. Algo más impreciso que el año pasado, perdiendo más balones de los que en él era habitual el año en el que se consiguió la Liga, con quizás algo menos de fuelle, es posible que Gabi haya acusado su complicada situación judicial y el hecho de que los jugadores y entrenadores rivales hayan analizado meticulosamente el sistema de juego del Atleti y el papel fundamental del capitán, lanzando la presión y adelantando toda la línea a su toque de corneta gracias a un fondo físico de maratoniano, una determinación de conquistador extremeño y un compromiso de legionario con tatuajes.

Quizás la carrera de Gabi, larga y compleja por haber sido entrenado para ser un talentoso creador de juego y lanzador de ataques teniendo que convertirse con los años en un pulmón defensivo con un carácter de roca, empiece a declinar; aún así, hoy por hoy y asumiendo que no está en el maravilloso momento del año pasado, Gabi sigue siendo un jugador magnífico muy útil para el equipo y, visto lo visto, sin sustituto de garantías.

Tiago: magnífico en lo táctico, entrenador en el campo y dueño de los tiempos y los espacios, Tiago está haciendo una temporada espectacular sólo lastrada por sus propias limitaciones físicas y algún partido en blanco difícilmente explicable. Tiago, que parece mucho mejor jugador que cuando llegó, manda en el centro del campo y resuelve en corto y algo menos en largo, desahoga a centrales y centrocampistas, ocupa los espacios con sabiduría de arquitecto urbanista y soluciona problemas con la eficacia del Señor Lobo. Por si esto fuera poco, ha sido clave en la estrategia de córners a favor y muy importante para defender los saques de esquina en contra, ha marcado goles importantes y ha sido la parte principal en muchas de las buenas actuaciones del equipo: se diría que cuando Tiago está bien, el equipo es más sensato, menos vulnerable, lee mejor los partidos, las fases de los mismos. Con Tiago el Atleti es más sereno, tiene las ideas más claras; con Tiago el Atleti es más preclaro, gana los debates televisados sin dar voces, se acuerda de los cumpleaños de todo el mundo y nunca aparca fuera de los límites de la plaza de garaje.

El problema al que se enfrenta Tiago es doble: por un lado su físico, nunca demasiado exuberante, que le pasa factura por cosas de la edad y por estar en un puesto en el que a menudo tiene que emplearse en defensa recuperando posiciones tras carreras largas; por otro, alguna que otra inexplicable ausencia de espíritu a pesar de estar físicamente en el campo, en ocasiones en las que ha sido incluso sustituido al descanso. Hasta en eso Tiago es sensato y profesional: si no está, queda claro a los tres minutos. Eso sí, hoy por hoy eso es lo excepcional y han sido mucho más numerosos los partidos en los que Tiago ha sido la materia gris y el gestor del Tetris ofensivo y defensivo del equipo que un jugador desbordado. Hasta ahora,  Tiago es indispensable en la media y un jugador con muchísimo peso en el juego del equipo.

Koke: una de las estrellas del equipo, uno de los orgullos de la cantera y la afición, un jugador que, a pesar de estar en un nivel altísimo, sigue mejorando casi día a día. Koke, que en un momento dado hace dos años lanzó señales de que quizás no sería capaz de llegar donde todos queríamos, recogió el guante y se lanzó con ganas y acierto a convertirse en un todocampista asombroso, notable alto en todo, completo en cada fase del juego. Hábil, técnico, con muchísima facilidad para el pase largo y para salir en corto, Koke además ha aprendido cómo ser casi inaccesible para los rivales que intentan quitarle el balón, que se topan con un experto en mantener la bola controlada en situaciones complicadas al que antes no conocían. Potente aunque no rápido, con muchísimo despliegue físico y mucha calidad técnica, a Koke sólo le falta un punto de mentalidad asesina para hacerse con los galones de Capitán General en el Atleti y la selección. Y ya empieza a mostrar esa personalidad, con ese gesto característico con la mano de pedir a los compañeros que espabilen para lanzar la presión.

Con una puntuación de 8,5 sobre 10 en prácticamente todo,  si Koke convierte más goles por temporada será sencillamente un jugador de leyenda que esperamos que pase toda su carrera en casa. Su presencia en el equipo, tan valiosa como añorada los partidos en que ha estado lesionado, se antoja imprescindible sobre todo en los días más complicados.

Arda: rara vez un tipo ha conectado tan rápido con grada y equipo, rara vez un tipo pone a todo el mundo de acuerdo en tan poco tiempo, rara vez un tipo tan simpático se hace tan simpático sin hablar una palabra del idioma local. Culibajo, con andares de ánsar y aspecto de gran jugador de dominó, Arda oculta con su físico lo que realmente es en el campo: un filigranero, un jugador de talento y pellizco, un bailarín, un artista. En el comando de asalto de Simeone, Arda es el encargado de abrir las cerraduras y cajas fuertes que ni los explosivos plásticos más potentes son capaces de dañar, y lo hace con facilidad, usando un cortaplumas y un clip deformado y además muerto de risa. Es el encargado también de hacer brillar la insiginia del capó de un equipo hecho de acero industrial y mentalidad de alto horno, de levantar murmullos de admiración en la grada, de llevar la sonrisa a la afición que ve el partido con mandíbula apretada y mirando el cronómetro, de hacer felices a los gruñones.

Arda tiene, como los toreros grandes, el don de parar el tiempo al recibir el balón, de que los aficionados despistados reciban un codazo del vecino cuando la bola se acerca a su zona de influencia, de generar la sensación de que en cualquier momento puede pasar cualquier cosa y uno debe estar atento para decir "yo estuve allí". Excesivamente barroco en algunos casos (algo que se jalea desde ciertos sectores normalmente refunfuñones pero irremediablemente entregados a la causa turca con pasión de viuda joven y ceguera de adolescente enamorada), ausente en muchos tramos de muchos partidos, Arda se hace perdonar todo por varios motivos: su sorprendente fiereza al tirarse al suelo rebañando balones, su sonrisa gamberra cuando la pifia, su indudable carisma y conexión con la grada, sea regateando rivales, pelándose en un vestuario tras obtener una Copa o bailando cerca de Neptuno con sus gafas redondas de sol, su barba de califa y su sonrisa de tipo que sabe que hace feliz a los niños. Por todo eso, pero sobre todo por ser un futbolista diferente y magnífico, Arda es claramente titular en los partidos grandes, quizás suplente en los más asequibles para preservar así fresco su talento, con el mimo con el que se preservan las orquídeas.

Mario Suárez: Mario Suárez el Raro, el sorprendente, el desesperante, el jugador inexplicable. Con buen físico, buena técnica, buenos mimbres y una cabeza imprevisible, Mario alterna grandes actuaciones en partidos complicados con fases desastrosas en partidos cómodos. Mientras que en las ocasiones en las que no tiene tiempo y debe emplearse con contundencia parece siempre metido en el partido y capaz de sostener él solo la media, la relajación en la que entra en las fases más sencillas de los partidos más cómodos le convierten con frecuencia en un problema inesperado para el equipo. Capaz de dar un pase medido al contrario (algo recurrente en él) en el peor  momento posible, de perder balones en esos momentos en los que hay que hacer cualquier cosa menos perder el balón, de intentar corregir un error haciendo una falta clarísima y anunciada con estruendo antes de que ocurra que no hace más que empeorar las cosas, Mario es muchas veces un jugador desesperante.

Llamado a disputar el puesto a Gabi y/o Tiago y al menos a quitar minutos a estos dos, en la práctica Mario no consigue transmitir nunca fiabilidad o solidez en una posición en la que estas dos cosas son clave. Dado al pase horizontal arriesgado, capaz de llevarse un balón por calidad y fuerza y meter un fantástico balón profundo para, cinco segundos después, dudar a la hora de entrar al choque y provocar una contra peligrosísima en medio de un partido plácido, Mario desespera a la grada (y entendemos que al banquillo) con esa actitud displicente, fría, de quien se cree quizás mejor de lo que realmente es.

Mario, capaz de conseguir con sus propios errores el milagro repostero de pasar de helado a flan en dos minutos, no parece capaz de hacerse con el puesto en el equipo de sus amores, al que pertenece desde pequeñito. Y eso a pesar de la afición, que no desearía nada más en este mundo que ver a uno de los suyos llevando los galones en una media íntegramente canterana con Gabi, Koke y Saúl a su vera. Pero Mario, el Milagro Repostero, no parece haber convencido a casi nadie, ni a sí mismo probablemente, de que se su lugar en el mundo está en la posición de 5 argentino del equipo del Calderón. Una pena.

Raúl García: socorrido blanco de las iras de los amantes del xogo bonito y las cortinas de cretona, Raúl García parece haber recompuesto su complicada relación con la grada en los últimos tiempos, por más que haya siempre un grupo de irreductibles encantados con recordarle al Planeta Tierra en pleno que a ellos nunca les gustó Raúl García cada vez que falla un pase, para hastío del resto de la Humanidad. Raúl, importantísimo para el Cholo por su entrega, versatilidad e incapacidad para decir no ante cualquier desafío, por feo que sea, ha jugado una buena parte de los minutos en la primera mitad de temporada, si bien últimamente parece haber pasado a un segundo plano.

Poco estético en ocasiones, desesperante a fogonazos, valiosísimo en muchos más casos de los que a algunos les gusta reconocer, Raúl marca goles y defiende su parcela con solvencia, hace pases fantásticos y falla otros facilísimos, juega en punta y en banda y, si hace falta, se pelea con el administrador de la finca, acompaña a la madre de un compañero al dentista y cambia una rueda pinchada en medio de la tormenta de nieve, en manga corta, mientras el resto del pasaje tirita y reza a San Miguel Arcángel. Si no está bien y se le sienta, no protesta; si marca un gol importante, no se señala el número y pide un homenaje. Si hace falta jugar de segundo delantero lo hace, si hace falta jugar de medio centro lo hace, si hace falta jugar de interior lo hace. De central nos pareció verle un rato y no lo hizo mal, de portero probablemente se defienda, al parecer es bueno arreglando grifos y no hace nada mal el arroz con leche. En los (no escasos) días que está gris, normalmente, oh coincidencias, suele hacer un muy buen partido el lateral al que ayuda a cubrir banda y el día que está bien, qué cosas, hasta mete goles como si fuera un delantero.

Importante en los partidos feos en los que hay que salir a empujones de las montoneras e incómodo cuando la grada pide juego en letra Palmer de caligrafía inglesa, Raúl ha ido progresivamente cayendo en el feo vicio de protestar todo por costumbre, de irse al suelo en cada encontronazo, de llevarse las manos a su nariz, mascarón de proa de toda Navarra, de enzarzarse en discusiones eternas con rivales y árbitros, desconectándose a veces del juego. Lesionado tras jugar gran parte de un partido con una fisura en un hueso del brazo, a Raúl García no se le echó cuenta en un buen rato, en parte por haber acostumbrado él mismo a la grada a quejarse mucho, en parte porque de un tipo que sale a jugar a diez bajo cero en camiseta se espera que una fisura en un codo no sea ni motivo de comentario. Ahora que el equipo está inmerso en el tramo final del campeonato, con muchos partidos duros contra rivales complicados ante los que no hay que arrugarse, la presencia de Raúl en un puesto cercano al primer o segundo cambio - si no la titularidad en algunos casos - se nos antoja imprescindible por más que esto irrite a la inflexible Real Academia del Juego Bonito Según Nuestro Criterio, Que Es El Bueno. Por más que a veces nos desespere con malos controles y pases fáciles errados, por más que su juego no entre en el Canon de Pachelbel de la filigrana y la posturica, nos gusta que Raúl García esté en nuestro y equipo y, más aún, que sea uno de los nuestros.

Saúl: joven, algo impetuoso, demasiado arriesgado a veces y también talentoso, bravo y poderoso, ese es Saúl, joya de la cantera que por fin parece haber dado con la tecla para convertir su potencial en realidad, evitando un nuevo caso de oportunidad perdida. Hasta hace bien poco, sobre Saúl sobrevolaba una nube de dudas, como esa nube negra que sobrevuela a los tristes y los cenizos en los tebeos antiguos; últimamente, sin embargo, se ha hecho el sol sobre el cráneo de Saúl y sus últimas intervenciones llevan a pensar que se finalmente se acertó con la forma de gestionar su personalidad, a veces demasiado fogosa, y sus propias características de juego, tan generosas que hacen complicado encasillarle en un único puesto bien definido. Tras su paso por el Rayo, Saúl ganó presencia, experiencia y contundencia pero se desempeñó en tal cantidad de puestos que ahora parece más complicado reconvertirle en un único puesto. Saúl parece capaz de jugar de medio centro y también más echado a una banda o de centrocampista llegador: el perfil al que debería tender está a medio camino entre un Koke menos hábil y un Raúl García más selecto, más dinámico que el primero y más talentoso que el segundo, algo así como un centrocampista box to box de esos que tanto gustan en Inglaterra y tanto nos cuesta etiquetar por estos lares. A poco que Saúl siga creyendo en el trabajo que han diseñado para su progreso, tenemos buen centrocampista para rato y un muy buen recambio para varios puestos de la media en esta temporada.

Cani: sin puntuar, Cani ha jugado poco, incluso cuando lo más lógico parecía que jugara. Titular sorprendente en un partido, sorprendentemente en el banquillo durante todos los minutos de otros, Cani llegó con cartel de jugón (como no podría ser de otra manera) y el precedente del Principito Sosa. Simeone le ha utilizado hasta ahora menos que a Sosa, no sabemos si porque no pidió su llegada o porque no le convence. El caso es que sabemos de buena tinta que subirse en  marcha al tren lanzado que Simeone puso en marcha hace un par de años, en especial para jugadores finos acostumbrados a que el resto de jugadores hagan más trabajo sucio que ellos mismos; que se lo pregunten si no a Griezmann. 

17 comentarios:

Gonzalo dijo...

Me ha encantado, D. Carlos, y creo que no quito ni pongo ni una coma a las valoraciones hechas sobre los jugadores. Especialmente buenas las de Arda y Raúl García.
Buenos y largos días, los de hoy y mañana hasta las 20:45.

Libros Mondo dijo...

Buenos días, Maestro,

me encanta eso de "mascarón de proa de toda Navarra", se han debido emocionar hasta en la Selva de Irati. Coincido bastante, pero como eso es norma, voy a discrepar también un poco:

- Gabi está peor de lo que su bonhomía (la de usté) señala. Duele, pero es cierto. No obstante, Cholo le va a poner mañana. Como comentó en el Foro Histórico un histórico con conjuntivitis de este blog: en ocasiones la baqueteada pareja Tiago-Gabi nos hace parecer un equipo de viejos.
- Voy a decir lo que usté jamás diría: el secreto de Arda Turan es un orificio en su pantalón por el que asoma su turco miembro. Es Arda un señor muy apegado a su inspirador apéndice viril y ese es el secreto de su fútbol inverosímil: los contrarios se deslumbran durante una fracción de segundo ante la inopinada presencia del otomano prepucio y pierden el hilo de la jugada.
- Mario mañana debe ser titular.
- La cuestión con Saúl, que en mi opinión puede llegar el nivel de Koke y ser un complemento extraordinario para el señor Merodio, es Jorge Mendes. El demonio portugués es también el problema de Óliver "El Torete" Torres. Sólo nos queda rezar.

Por último le diré que tengo enormes esperanzas en que la actitud y el desempeño mañana de Mario Mandzukic le obligue a dar un giro copernicano a lo que pensaba escribir en la tercera entrega de esta necesaria serie.

Forza Atleti!

PD: Le recuerdo una cosa para el partido de mañana: ¡Pepa Odeta talismán!

Cristian Vieri dijo...

Muy acertadas las definiciones de los estados de los chicos del centro. Pero como le digo una co le digo la o. Absolutamente genial lo de Milagro Repostero Mario, de helado a flan en dos minutos. Pero eso de que el sr. Tiago es importante defendiendo saques de esquina...no quiero recordar uno botado hace casi un año en Lisboa...No me tiren de la lengua.

jesusez dijo...

Esto no se hace en día de prederby europedo...no me centro Don Carlos, no me centro.

Carlos Fuentes dijo...

Gracias Sr Vieri
y me pregunto yo ... ¿qué haríamos en este blog sin sus pertinentes apostillas? Sin duda, esa y no otra es la sal del ciberespacio

Cristian Vieri dijo...

Gracias a vd., por dar pie a estas acotaciones al margen. Sin ellas, estarían vds. en la gloria celestial, sin duda, en el nirvana monoteístico, en la coincidencia suma, en fin. De todas maneras no me hagan mucho caso, que yo en esto llevo dos días.

Carlos Fuentes dijo...

En fin. Ya estamos otra vez confundiendo el monoteísmo con la impertinencia. Que suerte hemos tenido

Carlos Fuentes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carlos Fuentes dijo...
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Paquito dijo...

Oblak ayer estuvo extraordinario

Paquito dijo...

Oblak ayer estuvo extraordinario

Jose Ramón dijo...

En Lisboa, el corner se saca muy bien y se remata muy bien.
Entre otras cosas, porque tanto el lanzador como el rematador son especialistas en estos lances.
Por tanto, cosas (normales) que pasan.
Cosas del fútbol
Nosotros de esto sabemos mucho, porque tenemos a otros especialistas sacando (Koke y Gabi) y a otros especialistas rematando (Godín, Miranda, Raúl, Tiago, Mandzu...)
Por eso hacemos tantos goles a balón parado.
Ramos se va (muy bien) de Godín, que no es fácil,Tiago no llega (del todo) bien a cerrar y Ramos remata muy bien.
Imparable.
Gol.
¿Culpa de Tiago?
No creo.
Culpa del rematador.
Que los rivales también saben jugar...
En todo caso, por poner alguna pega, lo que me dió mucha rabia (en directo en la grada de Lisboa) fue como se cedió el córner.
Me acuerdo que grité:¡¡¡Noooo!!!
En fin.
Ya no hay remedio.
Ayer, muy buen ambiente.
No es del todo malo el resultado.
Hay que confiar en este equipo.
Que se lo han ganado.
(sobradamente)
Buenos tardes

Gonzalo dijo...

El resultado es buenísimo, y más aún, viendo el partido.
A mí no me gustó el ambiente ayer. Era impresionante, ver al estadio cantando el himno al unísono, pero luego el ambiente fue bastante más frío de lo que requería la ocasión. No fue como ante Barça o Milán el año pasado, por poner un ejemplo. Cierto es que el acongoje pudo influir, o el hastío que produce jugar contra estos, pero creo que no fue el de las grandes noches.
Yo estoy convencido de que, como mínimo, tenemos muchas opciones. Van a tener la baja del jugador al que más nos cuesta defender. Esto es una final, y ya sabemos lo que pasa cuando las jugamos en ese estadio. Fe ciega, por tanto, en este grupo, que bien lo merece.

qsP dijo...

Coincido plenamente en el fundamental papel que tiene que desempeñar el navarrico, de aquí a final de temporada, en especial el próximo miércoles en ese lugar que tanto incomoda y tanto va a seguir incomodando.
La descripción del turco culón es sublime, a la altura de, en mi opinión, el jugador que más ha maravillado a Neptuno en lo que va de siglo.

Carlos Fuentes dijo...

Yo también vi el campo algo frío... Creo que es cosa de jugar tantas veces con esta gente tan jartible

Carlos Fuentes dijo...

Yo también vi el campo algo frío... Creo que es cosa de jugar tantas veces con esta gente tan jartible

derek062 dijo...

Lo de la falta de Bale en el lanzamiento lo obviamos?