Con todo Londres (y entendemos que el resto del país) lleno
de anuncios, spots, promos y menciones al Carry-Them-Home, se intuye que la
presión que tienen los jugadores es enorme. Y más o menos eso pareció en el
primer partido.
Con las calles llenas de camisetas de la Rosa (y eso que en
una ciudad gigante como Londres el ambiente se diluye por pura cuestión
volumétrica) y los pubs abarrotados de aficionados de todo origen, condición y
nacionalidad, Inglaterra debutó ante Fiji. Los jugadores lo hicieron contra un
equipo del que esperaba más, y los aficionados lo hicieron de mala manera,
cantando “Swing low sweet chariot” durante el Cibi fijiano, algo que se tomó
como una falta de respeto impropia del experto público inglés. Pero, oh amigos,
las cosas cambian también en el rugby, y si el Nueva Zelanda – Argentina
parecía no poder empezar porque por la megafonía atronaba “Start me up” de los
Rolling Stones con los dos equipos ya preparados para la primera patada, ya uno
se cree cualquier cosa. Incluso, que los ingleses hayan perdido el sentido del
respeto ante las danzas rivales.
Inglaterra ganó pero no dejó sensaciones demasiado buenas.
Sosos, tristones, algo torpes con las manos, los ingleses tuvieron la suerte de
no tener enfrente al Fiji que se esperaba. Quizás también presionados por el
inicio del torneo, los fijianos cometieron muchos errores con las manos, no
desplegaron el juego volador que los hace tan peligrosos y terminaron por
perder contra una Inglaterra vestida de rojo y grana, dejando algún placaje peligroso
en el camino y la sensación, por unos minutos, de que podrían ensayar e igualar
el partido. No fue así.
Habrá que ver más a Inglaterra, pero su primera actuación
hace que el cartel de favorito (o finalista casi seguro) que cuelga de su
camiseta parezca ahora menos firme, cogido con imperdibles en vez de con triple
hilo de bramante. Veremos. Su grupo es dificilísimo: Gales, que ganó
cómodamente a Uruguay, dejó sensación de cierta fragilidad y, sobre todo,
perdió aún más jugadores en lo que está siendo una plaga de lesiones sin
precedentes. Australia aún no ha debutado (lo hará hoy) y hay ganas de verles
jugar tras los últimos partidos contra los All Blacks. La clave puede estar en
los puntos bonus, que la cosa va a estar apretadita. Un grupo complicado.
____
En el Grupo B saltó el sorpresón: Japón ganó a Sudáfrica en el último segundo y pubs, redes sociales y bares de sushi estallaron al unísono. Japón venció además con drama y emoción, como gusta a cualquier aficionado a cualquier deporte, y de paso encendió una mecha nueva.
Hay quien piensa que la victoria de Japón es de las cosas
más importantes que han pasado en el rugby moderno, en el que con frecuencia se
critica la diferencia enorme entre los grandes y los pequeños. Hay pocos test
matches entre naciones de primer nivel y de segundo, mucho menos de tercero,
hay pocas posibilidades para que los países con menos tradición se enfrenten a
los grandes y aprendan a competir. Japón vino a romper unos cuantos tópicos.
Es cierto que para muchos expertos en rugby del Sur,
incluido alguno de Onteniente y el mismísimo Fermín
de la Calle, el tropiezo de Sudáfrica no fue una sorpresa total (dejando
aparte la forma en la que se produjo). La derrota contra Argentina dejó a la
luz rencillas internas, decisiones contestadas del entrenador, alineaciones
basadas en los galones y no en los estados de forma, cuestiones sobre la edad
media del equipo. Tampoco hay que pensar que los japoneses son un equipejo recién
llegado con rugby folklorico y de carambola: tienen experiencia en los
Mundiales, una liga fuerte y un buen plan para llegar con un equipo de
garantías a la próxima edición, que se celebrará en su casa. Vinieron a Madrid
siendo número 10 del ranking mundial, lo que implica estar por delante de un VI
Naciones o de un equipo del Rugby Championship, ahí es nada. Rápidamente el
ciberespacio y las redes sociales se llenaron de alabanzas a Japón nada más
ganar, como si un desarrapado ganase a un multimillonario a fuerza de valor,
valores, riñones y dientes apretados. Todo eso aportó Japón, sí, pero también
un partido excelentemente planteado, un plan de muchas semanas para jugar este
partido en concreto, jugadores de talento y un momento determinado que fue aprovechado
a la perfección, moviendo de lado a lado a los sudafricanos; por la televisión
quedó claro que los sudafricanos tenían cara de pánico y eso mismo vio el
capitán japonés cuando ordenó jugar y no patear, lo que demuestra la fe en el
trabajo realizado y la confianza en los compañeros, la personalidad para
decidir en un momento clave, la intuición para saber cómo sacar ventaja del sin
bin rival, la capacidad, en definitiva, para leer el juego y tomar riesgos. Las
cosas, cuando se hacen bien, dan su fruto y quizás Japón haya sembrado la
semilla del ejemplo para las Federaciones que se lamentan de que el futuro es
inalcanzable, como por ejemplo la española. Japón ganó con un plan, disciplina,
método, ganas y buenos profesionales (y eso que no todos los rugbiers japoneses
lo son), no solo por testosterona, kamikazes, valores y milagros.
Tras unos días en Londres siguiendo de cerca todo lo que
ocurre en el Grupo B, uno se pregunta ¿dónde están los escoceses? Vale que aún
deben jugar, pero no se ha visto casi ninguna camiseta azul, sólo un kilt (y
con camiseta All Black) y ni siquiera en las tiendas hay merchandising oficial
de los escoceses, sólo la curiosa camiseta con los flancos de tartan que se
pudo ver, medio escondida, en la tienda oficial. Con Escocia viniendo de menos
a más gracias a un rugby más vistoso que el que la tradición señala y con un
grupo revuelto gracias a Japón, confiamos en que nuestros adorados escoceses
vayan abandonando los wee bit hill and
glen y entrando en las tierras del Sur. El rugby no es lo mismo sin ellos.
___
Irlanda ganó con comodidad a Canadá, que no parece ser una referencia válida para tomar el pulso a los Chicos de Verde. Irlanda volvió a dar la sensación de máquina de rugby, pero habrá que ver qué pasa en su enfrentamiento contra Francia quien, asombrosamente vestida de Gales, terminó de confirmar que el futuro de los italianos es cada vez más complicado.
Quizás la mayor incógnita para los irlandeses esté en
Francia y en Argentina, con quien teóricamente se cruzarían si son primeros de
grupo y los Pumas segundos. Argentina ha demostrado que no ha venido de turismo
y tienen ganas a los irlandeses. Francia podría poner en cuestión eso de que
serán segundos de grupo, con lo que muchos de los pronósticos saltarían por los
aires. Por su parte, de ese lado del cuadro sale el rival de Inglaterra, que no
tiene tan buena pinta como se presumía … interesantísimo ese lado del cuadro.
____
En Wembley, ni más ni menos, 90.000 personas incluyendo
multitud de neozelandeses, muchísimos argentinos muy entendidos en rugby, unos
chilenos muy ruidosos, gran cantidad de irlandeses, uno o dos escoceses, gran
cantidad de españoles y muchos, demasiado franceses (y demasiado mal educados),
los Pumas jugaron un partido fantástico ante un equpo neozelandés que sumaba
más de 1.000 caps (a 70 de media, más menos …) que terminaron perdiendo. Perder
no le gusta a nadie, perder así contra los All Blacks es otra cosa.
Muchas cosas se pueden decir del partido. La primera, que si
los Pumas no salen nerviosos y ansiosos los primeros diez minutos, quizás
habrían tenido 6 puntos más de ventaja a medio tiempo; lo segundo, que Richie
McCaw ha terminado por ganarse una mala fama que lleva a una buena parte de la
afición a abuchearle cada vez que le enfocan, aunque esta vez la zancadilla
mezquina sobre Fernández Lobbe sí mereciera la reprobación pública. Más cosas: Sonny
Ben Williams contribuyó en buena manera a cambiar un partido en el que Ma’a
Nonu pareció gris y tristón, Conrad Smith se fue al Sin Bin, Retallick volvió a
demostrar que su presencia intimida a todos y Aaron Smith es más listo que el
resto. Dicho esto, los verdaderos protagonistas fueron los Pumas, dominadores
en ataque y en defensa en la parte central del choque, entre el minuto 15 y el
60; pero, ay amigos, los All Blacks son demasiado fuertes para jugar 45 minutos
y en el espacio que va del 60 al 70, tras varios cambios, dieron la vuelta a un
partido que hasta entonces se les había atragantado. Del partido salen
reforzados los Pumas y los All Blacks pasan a estar bajo la lupa: salir tan
convencidos de su poder demoledor en el último cuarto les puede pasar factura
con otros equipos.
Y, horas antes, y entre gritos de admiración en un pub
céntrico, Georgia daba una clase práctica de cómo placar todo lo placable y
ganaba a Tonga, primera sorpresa del día. Tonga, con muchos kilos y muchos
caballos de vapor, no pudo con los malencarados georgianos, quizás candidatos a
poner en muchos aprietos a Namibia y, sobre todo, a castigar las costillas de
cualquiera que se le ponga por delante. Jugar contra el rival que acaba de
medirse a Georgia empieza a ser una ventaja para el que no ha sufrido
recientemente las embestidas de ese tropel de porteros de discoteca con barba
hasta las bolsas de los ojos que se anotaron su primera victoria en un mundial
y dejaron a los tonganos llenos de cardenales para los próximos cinco días. Un
equipo a vigilar, más que por poder clasificarse, por poder lesionar a medio
grupo.
___
El Atleti jugó un partido la mar de soso y peligroso a ratos que sirvió para bastantes cosas, a pesar del tedio. El Getafe no parece demasiado enemigo y por tanto Simeone hizo eso que se hacía antes en el Calderón: pruebas. Salieron varios de los que no suelen jugar, salió alguno de los que aspira a jugar más, salió uno que no creemos que deba jugar más y salió el Atleti con tres puntos más. Salir-más, salir-más, el mantra del recién divorciado, del que ha perdido 15 kilos de golpe, de la tropa que visita Magalluf.
El experimento local, además de tres puntos estupendos, dejó
unos cuantos mensajes al respetable.
1. Ferreira Carrasco no parece tener demasiado sitio en el equipo. Si lo que tiene es lo que mostró ayer, quizás sea mejor que salga los segundos tiempos como hizo en Sevilla y quite minutos a los titulares. Por ahora no parece funcionar y es posible que necesite algún tiempo de adaptación aún. A día de hoy, y esperando equivocarnos, parece un fichaje caro y no demasiado adecuado a lo que necesita el equipo. Confiemos.
2. Siqueira volvió a hacer oposiciones a salir del equipo y no jugar más. Enloquecido, inoportuno, torpe y poco listo, Siqueira consigue que el resto del equipo se crispe, se ponga nervioso, pierda concentración, calidad, contundencia. Siqueira juega en corto cuando hay que jugar en largo e intenta hacer un caño cuando hay que pegar un patadón. Tiene potencia, tiene regate y tiene hasta un verbo fluido en las entrevistas; lo que no parece tener es idea de en qué consiste el fútbol que juega el Atleti. O mucho mejora o mucho empeoran Filipe Luis y Gámez y Lucas Hernández, o Siqueira parece ahora el cuarto candidato a jugar de lateral izquierdo … y es muy grave eso.
3. Óliver Torres es un gran jugador que hace cosas de jugador no tan grande. Pierde balones en malos momentos, se complica cuando no debe, fuerza al equipo a recuperar posiciones al sprint por entretenerse demasiado en recursos barrocos. Con la calidad que tiene, con la visión que tiene, con la técnica que tiene y con la pinta de pillo de esos que van en scooter trucada sin casco por las playas de Barbate, Óliver Torres tiene todo para ser un jugador importantísimo; todo, salvo la calma y la experiencia, que son cosas que se consiguen con tiempo y partidos. El problema es que si se convierte en un generador de inferioridades, en un pasador al contrario o en un perdedor de balones, con Simeone tendrá mucho menos tiempo del necesario para mejorar, porque el Atleti simplemente no se puede permitir ese lujo. A vigilar de cerca, esperando que se cumplan nuestros mejores deseos de ver al jugadorazo que parece ser.
4. Saúl jugó en el doble pivote y lo hizo muy bien, con mucho despliegue y fuerza. A su lado jugó bien Gabi, que quizás tenga sus mismas características. Quizás Saúl se complemente mejor con un jugador del corte de Tiago, sensato, táctico y pausado; ayer, cuando salió Tiago, el Atleti dejó de correr por todas partes y todo tuvo más sentido. El buen momento de Gabi y la solvencia ayer de Saúl nos dan tranquilidad en la parcela más pulmonar del centro del campo; mientras tanto, todos rezamos porque Tiago siga así mucho tiempo, al menos hasta confirmar que Kranevitter puede hacer esa función, algo que el que suscribe ignora.
5. Savic no tuvo mucho trabajo pero lo que tuvo lo hizo bien. Cerca tuvo a Juanfran, de nuevo espléndido, y a Godín, fantástico incluso a la hora de cubrir las lagunas del incomprensible Siqueira. Savic fue bien caro (15 millones más Mario Suárez) y debería ser un central de muchas garantías, aún por detrás de Giménez. Ayer dejó buen sabor de boca.
6. Griezmann es, sencillamente, asombroso. Un gol nada más empezar el partido, tras definir estupendamente. Otro gol al final del mismo, rematando de aquella manera un pase de Jackson que le dejaba el gol franco. Entre tanto, no tanto: carreras, cambios de posición, ratos de segundo delantero, ratos echado a la banda en un 4-1-4-1 o un 4-2-3-1…. Pero al final, dos goles como dos soles y la sensación de que es un jugador iluminado por el rayo divino. Miedo dan las ganas que tendrán en el palco por dar el pase.
7. Pero si alguien de la delantera se va del equipo, nos tememos que Correa ocupará el hueco sin problemas y con brillo. Rápido, con ganas, habilísimo e incansable a la hora de recuperar, Correa dejó claro tener eso que hace diferente a un jugador, eso que no se sabe explicar pero se ve rápido, eso que tienen sólo unos pocos. Correa formó un lío nada más salir y la afición abría mucho los ojos cada vez que la tocaba, esperando una jugada mágica o un regate de artista. Correa tiene una pinta excelente y a bote pronto uno diría que nos hará sonreír muchísimas veces. Tras lo de ayer, hay ganas de verle mucho más.
8. Jackson Martínez dio un buen pase de gol … y poco más. Algo apático, lento y bastante despistado, a Jackson parece que le está costando enterarse de cómo debe jugar. Ayer el público le dio una pista aplaudiendo una de las escasas ocasiones en las que se pegó una carrera para presionar al portero rival. Jackson ni trabaja como Torres ni tiene la habilidad para retener el juego que tenía Mandzukic , aunque de vez en cuando deja caer una perla técnica que sugiere que tiene cosas que aportar. Por ahora, Jackson es bastante insulso, algo vago y parece muy despistado. Lo bueno es que sólo puede mejorar. Lo aún mejor es que está en manos del Cholo: si un cenutrio como Diego Costa acabó entiendo lo que se pedía de él, entendemos que Jackson también lo hará.
1. Ferreira Carrasco no parece tener demasiado sitio en el equipo. Si lo que tiene es lo que mostró ayer, quizás sea mejor que salga los segundos tiempos como hizo en Sevilla y quite minutos a los titulares. Por ahora no parece funcionar y es posible que necesite algún tiempo de adaptación aún. A día de hoy, y esperando equivocarnos, parece un fichaje caro y no demasiado adecuado a lo que necesita el equipo. Confiemos.
2. Siqueira volvió a hacer oposiciones a salir del equipo y no jugar más. Enloquecido, inoportuno, torpe y poco listo, Siqueira consigue que el resto del equipo se crispe, se ponga nervioso, pierda concentración, calidad, contundencia. Siqueira juega en corto cuando hay que jugar en largo e intenta hacer un caño cuando hay que pegar un patadón. Tiene potencia, tiene regate y tiene hasta un verbo fluido en las entrevistas; lo que no parece tener es idea de en qué consiste el fútbol que juega el Atleti. O mucho mejora o mucho empeoran Filipe Luis y Gámez y Lucas Hernández, o Siqueira parece ahora el cuarto candidato a jugar de lateral izquierdo … y es muy grave eso.
3. Óliver Torres es un gran jugador que hace cosas de jugador no tan grande. Pierde balones en malos momentos, se complica cuando no debe, fuerza al equipo a recuperar posiciones al sprint por entretenerse demasiado en recursos barrocos. Con la calidad que tiene, con la visión que tiene, con la técnica que tiene y con la pinta de pillo de esos que van en scooter trucada sin casco por las playas de Barbate, Óliver Torres tiene todo para ser un jugador importantísimo; todo, salvo la calma y la experiencia, que son cosas que se consiguen con tiempo y partidos. El problema es que si se convierte en un generador de inferioridades, en un pasador al contrario o en un perdedor de balones, con Simeone tendrá mucho menos tiempo del necesario para mejorar, porque el Atleti simplemente no se puede permitir ese lujo. A vigilar de cerca, esperando que se cumplan nuestros mejores deseos de ver al jugadorazo que parece ser.
4. Saúl jugó en el doble pivote y lo hizo muy bien, con mucho despliegue y fuerza. A su lado jugó bien Gabi, que quizás tenga sus mismas características. Quizás Saúl se complemente mejor con un jugador del corte de Tiago, sensato, táctico y pausado; ayer, cuando salió Tiago, el Atleti dejó de correr por todas partes y todo tuvo más sentido. El buen momento de Gabi y la solvencia ayer de Saúl nos dan tranquilidad en la parcela más pulmonar del centro del campo; mientras tanto, todos rezamos porque Tiago siga así mucho tiempo, al menos hasta confirmar que Kranevitter puede hacer esa función, algo que el que suscribe ignora.
5. Savic no tuvo mucho trabajo pero lo que tuvo lo hizo bien. Cerca tuvo a Juanfran, de nuevo espléndido, y a Godín, fantástico incluso a la hora de cubrir las lagunas del incomprensible Siqueira. Savic fue bien caro (15 millones más Mario Suárez) y debería ser un central de muchas garantías, aún por detrás de Giménez. Ayer dejó buen sabor de boca.
6. Griezmann es, sencillamente, asombroso. Un gol nada más empezar el partido, tras definir estupendamente. Otro gol al final del mismo, rematando de aquella manera un pase de Jackson que le dejaba el gol franco. Entre tanto, no tanto: carreras, cambios de posición, ratos de segundo delantero, ratos echado a la banda en un 4-1-4-1 o un 4-2-3-1…. Pero al final, dos goles como dos soles y la sensación de que es un jugador iluminado por el rayo divino. Miedo dan las ganas que tendrán en el palco por dar el pase.
7. Pero si alguien de la delantera se va del equipo, nos tememos que Correa ocupará el hueco sin problemas y con brillo. Rápido, con ganas, habilísimo e incansable a la hora de recuperar, Correa dejó claro tener eso que hace diferente a un jugador, eso que no se sabe explicar pero se ve rápido, eso que tienen sólo unos pocos. Correa formó un lío nada más salir y la afición abría mucho los ojos cada vez que la tocaba, esperando una jugada mágica o un regate de artista. Correa tiene una pinta excelente y a bote pronto uno diría que nos hará sonreír muchísimas veces. Tras lo de ayer, hay ganas de verle mucho más.
8. Jackson Martínez dio un buen pase de gol … y poco más. Algo apático, lento y bastante despistado, a Jackson parece que le está costando enterarse de cómo debe jugar. Ayer el público le dio una pista aplaudiendo una de las escasas ocasiones en las que se pegó una carrera para presionar al portero rival. Jackson ni trabaja como Torres ni tiene la habilidad para retener el juego que tenía Mandzukic , aunque de vez en cuando deja caer una perla técnica que sugiere que tiene cosas que aportar. Por ahora, Jackson es bastante insulso, algo vago y parece muy despistado. Lo bueno es que sólo puede mejorar. Lo aún mejor es que está en manos del Cholo: si un cenutrio como Diego Costa acabó entiendo lo que se pedía de él, entendemos que Jackson también lo hará.
2 comentarios:
Coincido con su visión, Don Dueño.
Recuerdo con añoranza aquellos tiempos en los que, aquí mismo, defendía a Siqueira como un "futuro titular claro". Cuando Filipe estaba en Londres, obviamente. Ojalá hubiese tenido, al menos, algo de razón, que no es el caso.
Si la tuvieron, en cambio, la Gloria Atlética y su yerno que, en inolvidable conversación ante unas cañas hace más de año y medio, nos dieron noticia de la existencia de Correa, de que en Argentina se daba por hecho su fichaje por el Atleti, y de que se trataba más de "un Lavezzi" que de "un Agüero". Se parezca a uno, a otro o a ninguno, el caso es que me hace mucha ilusión cada vez que juega. Sí que nos hará sonreir, sí.
Vamos Maestro! Yo este año tengo mejor pálpito incluso que el anterior. Me pareció un partido extraordinario de Saúl, que tapó unas cuantas veces errores de Gabi. No me preocupa nada el discreto partido del Torete o del propio Gabi, porque era un partido crucial de sacar los tres puntos e ir mañana al Madrigal a dar el puñetazo en la mesa.
Si en temporadas anteriores los únicos "peros" (minúsculos "peros") que se le podían poner al cuerpo técnico que capitanea Cholo eran no dar mucha bola a los suplentes y hacer los cambios tarde y, en ocasiones, mal, este año es todo lo contrario. Ya ha participado toda la plantilla, con excepción de Thomas, Lucas y Moyá, y los cambios se hacen bien y con tiempo. Si se mantiene esa línea de involucrar a tantos futbolistas mi pálpito palpita.
Forza Atleti!
Publicar un comentario