Nuevas aventuras en rojo y en blanco. De nuevo se ganó, pero se pudo perder y se mereció empatar. El Atleti anda algo desquiciado y a muchos no nos extraña. Como alguna vez le de al lobo por soplar de verdad, a saber.
En mi casa, ya se lo advierto a Vds, somos todos muy partidarios del cerdito mediano. Del mediano, sí, del que hizo la casa de madera. El pequeño siempre nos pareció un jeta, a quién se le ocurre hacer una casa de paja si está claro que eso sale volando al mínimo soplido lobero. Una cosa es que le guste tocar el flautín y atusarse la pajarita y otra que no cuide un mínimo la seguridad de su hogar, que es algo intolerable y una irresponsabilidad. El mayor, por el contrario, siempre nos pareció un repipi. Mira que tiene pinta de buen chaval con esa camisa blanca y ese pantalón de peto azul y gorra. Aspecto de tipo de esos que saben de bricolaje y hacen un programa de tv con acento vasco y con dos tablones construyen un retablo mayor en una tarde. Pero en realidad era un repipi, eso de hacer una casa de ladrillo es un alarde innecesario y además, en los tiempos que corren, signo de mentalidad especuladora de promotor porcino. Al final le salió bien la jugada, pero no me nieguen que Vds en su lugar no habrían ido tan lejos.
El mediano, por el contrario, hizo una casa normal, de madera, como tantas otras. Sin alardes, sin porche, sin balaustrada, de madera, con sus geranios, normal, la de toda la vida. Nunca había oído nadie que esas casas se derribaran de un soplido, así que en el fondo era normal que la construyera así. Una casa convencional, lo suficiente para vivir bien y para tener tiempo de tocar el violín con los hermanos. Con el hermano, digo, que el mayor estaría estudiando un master de gestión inmobiliaria para forrarse construyendo secaderos de jamones adosados. Ahora hay muchas casas de esas prefabricadas de madera de patente finlandesa y no se yo de nadie a quién le haya amenazado un mastín con echársela abajo. Con una casa de madera, con algo cómodo y discreto, con el justo término medio debería bastar. Pero no. Llegó el del cuento y nos metió presión y ya lo ven, generaciones y generaciones agobiadas por el estrés y las hipotecas desproporcionadas por culpa del repipi del cerdito mayor. Si le pillo, le hago con salsa agridulce. O en míseras cortezas.
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Salió el Atleti así a ver qué pasaba y metió un gol Maniche. Y un buen gol, oiga. A Maniche le dieron los jugadores palmadas en la espalda y luego se ajustaron la pajarita, ladearon el sombrerito de marinero y se dispusieron a tocar, unos el flautín y otros el violín, y eso que alguno no se fiaba. Construida en un santiamén la casita de paja que al equipo le basta para creerse invencible, el Atleti emuló al más vago de los tres cerditos y se dedicó a la dolce vita, previendo 88 minutos de música y bailecitos.
Si el Atleti fuera un rodillo invencible, si tuviera una defensa infranqueable y un espíritu indomable, uno se podría explicar lo anterior. Pero, como no es así, uno no consigue entender lo que pasa. Pero el caso es que pasa. El Atleti tiene mentalidad de cerdito caradura y por más que la experiencia muestra que el lobo pude acabar viniendo y que con poco que haga derriba el edificio, no hay manera, oiga. El Atleti, eso sí, es un cerdito de Pata Negra o como poco admirador de Veneno: Aguirre hace un guiño a ciertos managers de Huelva alineando en la defensa titular, junto a Pablo y a Valera, a uno medio calvo y otro con coleta. Y no es la única referencia al tema que encontramos en el club: a pocos escapa que los verdaderos managers, los del palco, llevan años formando un equipo de corte moderno con las intenciones de forrarse en el momento. Pero esa es otra historia, por ahora sigamos al lío.
Sesteaba pues el Atleti durante el primer tiempo, y, mientras tanto, el Valladolid analizaba las partes más rollizas del cerdito con ojos de carnicero experimentado. Veía el Valladolid que, por su izquierda, Valera hacía aguas y que detrás suyo estaba Zé Castro, trémulo como el tocino del cocido. Veía también que los interiores, Simao y Reyes, llevaban la voz cantante a la hora de trabajar poco y dar saltitos juntando los talones. Recordaba entonces que el Atleti no es un equipo al que haya que asediar o doblegar o meter en su área para marcarle un gol con mucho esfuerzo; basta con robar algún balón o estar atentos, porque la defensa suele hacer regalos con generosidad navideña. Así que estuvo vigilante. Aprovechó un ataque no finalizado por el Atleti para coger el balón en su línea de veintidós, encadenar varios pases y terminar ensayando con facilidad bajo palos entre una desconcertada defensa colchonera que dudaba entre meter la pierna o hacer compás por bulerías ahora que el Valladolid se sumaba a la juerga. Al descanso con empate tras llevar la iniciativa, esto ya empieza a ser tradición.
Como ayer el fútbol era a las cinco y no hacía demasiado frío, en la grada abundaban los niños rojiblancos y eso siempre es buena noticia. Ir al fútbol con niños tiene múltiples ventajas: por ejemplo, siempre llevan merienda y pocas ganas de acabársela, con lo que los vecinos de localidad se acaban poniendo las botas (salvo si, como me pasó a mí ayer, me toca un niño con saque de minero asturiano). Si el niño está en edad de coleccionar cromos puede uno estar seguro de que se va a saber hasta los suplentes del equipo contrario, con lo que basta con preguntarle por lo bajini quién es el que calienta en la banda para luego repetir el nombre en voz alta y quedar como un erudito. Por último, los niños tienen esa sinceridad aplastante que pone a los jugadores en su sitio, y cuando uno intenta explicarle que Zé Castro no es malo sino que es blandito y que necesita partidos y que con el tiempo irá mejorando, responden diciendo “es muy malo” y uno se replantea su discurso, algo que nunca está de más.
El caso es que tras la merienda y nada más empezar el partido, Zé Castro tuvo a bien despejar un balón de forma mansa y precisa hasta el pié de Sisi, que metió el 1-2 con la facilidad que se le supone a las emperatrices. Uno dos, ya estamos, somos la pera, no mejoramos. Menos mal que Maxi marcó inmediatamente y miró a la grada y al resto de compañeros con cara de furia. Normal. Lo mismo pasó un rato después, cuando empató de nuevo Maxi después de un gol de Llorente en fácil remate a un buen pase que voló de nuevo por encima de Zé Castro. Volvió a marcar Maxi y volvió a decir con sus gestos que la paja no es buen material para edificar proyectos sólidos, que sólo trabajando, corriendo y haciendo cada uno su deber puede el equipo acometer metas dignas.
Y es que en el Atleti coexisten partidarios del dolce far niente con tipos orgullosos que no quieren perder ni en los entrenamientos. Entre los primeros, además de la defensa (que no es que se ausente sino que tampoco da para mucho más), los mencionados Reyes y Simao, este último cada vez más empequeñecido y ausente, lejos de lo que de él esperamos y sabemos que puede dar. En el bando contrario Maxi, incansable y siempre ayudando; Maniche, constante y hasta rabioso a ratos, que ayer no marcó el segundo por poco; Agüero, que siempre ofrece fútbol del grande cortado en taquitos o en finas lonchas semi transparentes, y naturalmente a Raúl García, a quien Aguirre situó de central durante un buen rato para disimular el sabor a jamón de sobre de la retaguardia. El cambio de Zé Castro (despedido entre silbidos que posiblemente hayan sido letales para su frágil moral) dice mucho de la fe del entrenador en su banquillo. Cuando se quita a un central titular poco afortunado teniendo en el banquillo un teórico repuesto pero en su lugar se sitúa al mejor centrocampista, malo. Cuando ese centrocampista da la sensación de saber bastante más en ese puesto postizo que los titulares, aún peor.
El Atleti jugó pues gran parte del segundo tiempo con un medio centro de central y, desde la expulsión del muy poco afortunado Valera, con Jurado de lateral derecho, así, ni más ni menos. Aún así, con diez y con el tiempo en contra, hubo unos cuantos jugadores que demostraron querer ganar el partido. Agüero ya se había empleado en defensa tras una carrera de sesenta metros que dejó claras sus intenciones, y Forlán, bajo de ritmo, intentaba contribuir con lo suyo. Maxi aportaba gasolina a pesar de estar casi en reserva, casi marcó el Kun y casi al final García Calvo, a quien se le aplaudió con más timidez de la que al que suscribe le habría gustado, sacó un balón flojito que iba dentro pidiendo disculpas. En el corner posterior marcó en propia puerta el Valladolid, para delirio de atléticos y desesperación de jugadores y aficionados del rival, estos últimos desplazados en buen número al Calderón, algo que me gusta especialmente. Cuatro tres, el Atleti se llevaba un partido que podía haber perdido o empatado, igual que los últimos partidos en casa.
Hoy todo es euforia y parabienes, en el Calderón nos divertimos y encima estamos en la pomada. Una visión más pausada conllevaría cierta preocupación, el miedo a que llegue pronto un lobo con buena capacidad pulmonar que eche por tierra el endeble edificio colchonero. Por ahora vamos tirando, salvando el expediente a pesar de pasar más tiempo bailando al son del flautín que apuntalando cimientos. Pero nadie garantiza que esto vaya a durar siempre. Así que a ver qué moraleja le contamos ahora a los niños esos de la merienda, que los cuentos al final suelen tener la razón.
15 comentarios:
a ver, que esto sale dos veces y mi propio blog, con buen criterio, me ha prohibido el acceso
siento el lío, oigan
No importa, siempre sabe a poco. Aunque sea por dos veces.
esta vez sabe, poco, a jamón
De verdad, que nos metan 10 goles en tres partidos, y todos (o la mayoria) de opereta, se pasa ya de castaño oscuro.
La sensación que me da la defensa, es la de "ese tipo de defensas" de los equipos que encaran el descenso, y no de los que luchan por la gloria.
No le parezca agoreo el comentario, no pretende serlo, pero ya debería alguien asumir el punto débil que tenemos ahí (igualito que el año pasado, pero con más delanteros en este curso).
¡que manía! Seguro que tenemos la peor relación "Ocasión recibida / gol encajado". Que lo digan los de la sexta...
Yo de mayor quiero escribir como tú.
y yo echarme un partidito de padel contigo, que a este paso vamos a tener que echar una petanca
genial como siempre.
por cierto, el mejor medio de largo es maniche, no tu amado raul garcia.
Magnifico tu resumen, como siempre, pero quiero decirte que me gusta especialmente la parte donde comentas como te alegra ver que la aficion contraria viene en buen numero; opino como tu, y me parecen lamentables los gritos de los nuestros insultando a ese tipo de gente, aunque se que en otros campos sera a los nuestros a quienes pongan a parir, pero tambien me parece penoso.
No me quiero extender aqui, pero del desastre defensivo, independientemente de las carencias obvias, hay un culpable principal y es Aguirre que es quien debe trabajar eso y ademas dijo antes de empezar la temporada que atras estabamos muy bien, no hacia falta nada ?????
No se DEFIENDA Sr. Padilla, pero tengan en cuenta, los que critican al Vasco Aguirre, que este blogg está llenito de DEFENSORES del susodicho. No yo, desde luego, que no lo DEFIENDO, pero Don Jesus y algunos otros.....son DEFENSORES a ultranza.
Incluso me atrevería a opinar, con prudencia eso sí, que el mismísimo Don Carlos Fuentes lo DEFIENDE ( no en balde tiene nombre de escritor mexicano).
Como podrá comprobar, en este comentario hay más DEFENSAS que en nuestro amado equipo. A ver si aprenden.
Gran metáfora la del Atleti con el cerdito de la casa de paja (porque ese es nuestro cerdito ¿verdad?). Ya vino un lobo con potente soplido y nos arrastró lejos (el Barça) y el acierto del Villarreal con un Nihat enrachado también nos destartaló la casa.
El caso es que yo soy optimista, porque confío en que la defensa se centre y también han demostrado que, al menos de vez en cuando, son capaces de protagonizar partidos serios.
A mí también me gusta que venga una nutrida representación de la afición rival, pero porque disfruto más la victoria viéndoles enfrente.
Un saludo
Pues sí, don Ismael, defiendo al Vasco Aguirre. Y lo sigo haciendo. Ya me he explayado respecto al concepto general de mi defensa en otras ocasiones, así que centrémonos en el partido del domingo. De salida, alinea a la defensa que tiene: Seitaridis está recién operado y Perea lesionado; Pablo es fijo y Valera, aún recién salido de una larga lesión, el único que puede ocupar el lateral derecho; así pues, Aguirre cuenta con cuatro hombres disponibles para dos puestos: Antonio, Pernía, Fabiano y Zé Castro. Opta por Patapalo Pernía en lugar de Antonio López, lo cual puede ser discutible -aunque él es el que les ve entrenar- y por Zé Castro en lugar de Ricitos Eller, lo cual parece sensato. A partir de ahí, y aunque resulte obvio decirlo, en un equipo deberían defender diez y no cargar las culpas sólo en estos cuatro pobrecillos. Pero, en fin. Años anteriores nos quejábamos, y mucho, del pobre balance ofensivo del equipo, mientras éramos uno de los equipos menos goleados. Este año han cambiado las tornas: vamos a por los partidos, tenemos gran variedad de alternativas ofensivas y gozamos de muchas ocasiones. No obstante, seguimos dándole al muñeco Aguirre. Y creo que injustamente, porque muchas de las virtudes que ahora tiene este equipo se las debemos a él (ojo, también los defectos). Y, además, en la crítica solemos obviar el hecho -irritante pero incontestable- de que hay un rival enfrente. En este caso un gran Valladolid, que sabe a lo que juega y lo hace bien, como todos pudimos comprobar. Para mi gusto, la peor elección de Aguirre el domingo fue volver a situar a Reyes de titular, él sabrá porqué lo hace y, por el momento, voy a seguir confiando en su criterio. Para mi gusto, el principal defecto del equipo el domingo no fueron los errores defensivos, producto, en su mayoría, de que el equipo estaba totalmente volcado en ataque y de que el contario jugaba y jugaba bien. Para mi gusto el principal defecto del equipo el domingo fue, de nuevo, no saber manejar el marcador a favor con mayor inteligencia para haber sentenciado y no haber permitido que el Valladolid se viniera arriba. Por lo demás, la labor desde el banquillo de Aguirre me pareció irreprochable: viendo a sus hombres volcados en la remontada, se la jugó metiendo a Forlán por Zé Castro (totalmente descentrado el pobre) y sus hombres respondieron. No creo que fuera una casualidad acabar ganando, aunque fuera por un gol en propia meta en el último suspiro, porque antes, ya con tres a tres en el electrónico tuvimos cuatro (cuatro) ocasiones claras para haber ganado: dos del Kun sólo ante el portero en las que le faltó fuerza en el remate, un cañonazo de Jurado que sacó espléndidamente Butelle y otro de Maniche en el que también se lució el guardameta blanquivioleta (perdón por el pareado). Tal vez los detractores de Aguirre hubieran preferido que quitara al Kun y hubiera metido a Cleber Santana para aguantar el tres a tres, pero eso lo hacía Aguirre el año pasado (obligado por las circunstancias) y sus detractores también se lo afeaban. ¿Qué es lo que queremos entonces? En fin, seguiremos discutiendo. Perdón por la parrafada.
Forza Atleti!!!
Pues me hice una microrotura fibrilar en spinning pero ya estoy al 100% asi que jugamos cuando y donde querais. Le podemos decir a Cerezo que se venga y le damos pelotazos o directamente le tiramos la raqueta.
Don Jesús: le agradezco enormemente la cabal explicación que usted denomina, injustamente, parrafada. Si algo me gusta de este Blogg (que D. Carlos piensa suyo, pero que es de todos nosotros:-) es el temple que suele presidir nuestros debates.
Yo pensé que era un gran fichaje cuando llegó Aguirre, pero hoy no lo tengo tan claro, porque un entrenador, no solo es un alineador, sino mucho más. Creo, en ese sentido, que este señor no esta consiguiendo dos cosas importantes:
1)que el equipo "actue" como debiera (me refiero a la actitud de gente como Reyes, Simao, Jurado, Santana. Actitud colectiva, se entiende).
2)y tampoco ha conseguido incorporar jugadores de la cantera, o de otras canteras (gente sin nombre todavía) para ir impregnando el equipo de "ambición". Eso lo hacen muy bien otros equipos: crear figuras.
Ya se que se debe achacar la culpa de esto a otro personaje del escalafón directivo del Club, pero también es trabajo de Aguirre, y ahora lo paga.
Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo en las cosas buenas que dice usted de él. Porque son ciertas e incontestables.
Pero tengo una sensación de fragilidad con respecto al equipo, que no se la salta un gitano. Tal vez sea culpa (esta vez sí) de D. Carlos que con sus crónicas escépticas, nos contaguia de inseguridad, prometo atacarle pronto.
Bueno, que me enrollo, Mañana a ganar al Aberdeen (o como se escriba). Por cierto, aunque vivo a 450 km del Calderón, procuraré acercarme a ver el partido, y me fijaré bien en lo que dice. Y también en Maniche :-)
perdón por la ausencia, he estado en una cata de antigripales estos últimos días
sobre lo que dice paco padilla, a mi me gusta mucho que vengan aficiones visitantes en masa. Me gustaría aún más si se pudiera departir con ellos antes de los partidos en los alrededores, que es algo que se va perdiendo y que a mi siempre me ha divertido mucho
en cuanto a la ya legendaria y educadísima polémica entre ismael y jesús (que suena a episodio bíblico pero no lo es) me temo que hoy tendremos nuevas entregas. Al tiempo
Hola a todos! Nueva entrega del Ranking Blogs Futbol Noviembre 2007. Un abrazo y perdón por el ‘atraco’.
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