Miren que he visto veces este partido, miren que no es la primera vez que paso por lo de ayer, ni que pienso que va a pasar justo lo contrario de lo que ocurre. No es la primera vez, no, ni mucho menos, no sé cuántas veces he vivido este partido ya y no lo consigo, no: no me acostumbro.
No lo consigo, miren, no me acostumbro. Aunque sé que llega el día, no me acostumbro a la idea de que el partido sea contra el Real Madrid, no consigo ver con naturalidad el hecho de que el Madrid juegue en casa del Atleti. Sigo viendo raro cómo salen los jugadores del Madrid por la boca del vestuario del Calderón, me sigue chocando su presencia en el césped. Cuando salen ya estoy raro, porque no consigo acostumbrarme al extraño ambiente de los alrededores del Calderón, ambiente de día para recordar mechado de miedo de día para olvidar. No. Me es extraño aunque sepa que va a venir, me es difícil de gestionar el conjunto de sensaciones contradictorias que se me vienen a la cabeza. No lo consigo, no me acostumbro.
No me acostumbro al ambiente pre-bélico de algunas zonas de los alrededores del estadio antes del partido de marras, ni me acostumbro a la sensación de que en cualquier momento sale un montón de gente corriendo a meterse en un bar para que no le peguen una pedrada. No lo consigo. Tampoco me consigo acostumbrar a la forma en que las fuerzas del orden gestionan este tipo de situaciones, ni a la forma en que se dirigen a la gente. A mí sin ir más lejos. Sí, a mí, a mí que, por si no lo saben, tengo aspecto de que lo más grave que he hecho en mi vida ha sido llegar tarde a un certamen de colombofilia, pero que recibo el mismo trato que recibe un sospechoso de tener algo que ver en el asesinato de Kennedy. No puedo, no lo consigo, no me acostumbro.
No me acostumbro tampoco a que este sea el partido en el que siempre pase algo, en el que haya un gol tempranero o un penalti rápido o un gol anulado o una expulsión sorprendente. No lo consigo. Me gustaría pensar en un partido normal contra el Real Madrid pero por más que lo pienso no lo recuerdo con nitidez al menos últimamente. Siempre pasa algo raro, siempre hay que ir a remolque, siempre se desvanecen las ganas de que el Atleti haga lo que creo que puede hacer. Pero no, no es un partido cómodo y no sabemos por qué, pero no lo es nunca. Nunca es un partido tranquilo, nunca es un partido normal. Y no lo consigo, no me acostumbro, qué quieren que les diga.
No me acostumbro a que el Madrid puntúe siempre en el Calderón a pesar de hacer partidos mediocres, no consigo hacerme a la idea de que meterán todas las ocasiones que tengan y que éstas serán siempre raras o regaladas o poco habituales. No puedo, no lo consigo, fíjense qué cosas. No puedo acostumbrarme a ver cómo perdemos puntos contra un equipo que no suele jugar bien ni merecer los amplios marcadores que viene sacando estos últimos años. Miro las estadísticas y no me las explico, vivo los días previos al partido convencido de que esta vez sí se hará justicia, y luego topo súbitamente con la realidad. Y no puedo. No me acostumbro.
No consigo a acostumbrarme a la suerte que tiene el Madrid. La suerte del Madrid es algo indiscutible para todos aquellos que no somos seguidores de ese equipo y algo por supuesto negado por todos aquellos que lo son y ahí está la gracia, oiga, que si no de qué íbamos a hablar en los bares, digo yo. Pero ahí está la suerte, los palos, los momentos en los que marcan, las pocas ocasiones que aprovechan con precisión, las numerosas ocasiones rivales que no acaban en gol. No me acostumbro, oiga, no lo consigo. Me descoloca también Iker Casillas, un portero asombroso, la mayor fuente de puntos de su equipo durante muchas temporadas. Me asombra también su carácter, un tipo majo, nunca faltando al respeto de nadie, un tipo sencillo con un comportamiento que contrasta con muchos de sus compañeros de plantilla, pasados y presentes. Me cae bien Casillas y no me acostumbro, oiga.
No me acostumbro a ver con la camiseta del Atleti a algunos jugadores que se empequeñecen en estos partidos. No entiendo cómo todavía hay jugadores del Atleti que no entienden lo que hay en juego, no sé bien qué hacen durante la semana previa. No consigo entender ciertos comportamientos, ciertas decisiones y ciertas actitudes. En general me asombra que un jugador de fútbol profesional se permita fallos de concentración, pero cuando ocurre en este partido me resulta totalmente inexplicable. Me cuesta entender cómo en el Club se sigue dudando sobre la necesidad de fichar jugadores para reforzar ciertos puestos esenciales, no consigo hacerme a la idea de que en la dirección técnica del equipo haya vida inteligente, no comprendo cómo alguien que se dedica profesionalmente a confeccionar plantillas tome algunas de las decisiones que se han tomado para fichar a los jugadores que tiene el Atleti. No me acostumbro, no lo consigo, no puedo.
No me acostumbro a ver a la defensa del Atleti, ayer horrorosa salvo en el caso de Antonio López, que sigue más entonado. No me acostumbro a los fallos estrepitosos de Perea, a la falta de carácter de Pablo y a la forma de sacar el balón jugado de Eller. No entiendo que Pablo intente hacer una filigrana cuando menos falta hace, ni que nadie salte a por los balones que vienen de un corner, no entiendo que el equipo vea una y otra vez sin hacer nada como cada jugada a balón parado es una invitación al remate rival, un probable regalo a los delanteros visitantes, un susto supino. No consigo hacerme a la idea de que en la defensa del Atleti no hay ni un solo jugador merecedor de los galones que en su momento llevó Arteche. No lo entiendo, no me cabe en la cabeza, no me acostumbro.
No me acostumbro tampoco a ver jugar a Agüero, fíjense lo que les digo. Miren que le he visto hacer cosas asombrosas, fíjense que uno se espera ya cualquier cosa de él pero, aún así, el tipo sigue sorprendiéndome. Por la calidad, por la entrega, por los recursos, por el repertorio, por la potencia, por la imaginación. No me acostumbro tampoco a los arbitrajes que sufre, a los arbitrajes que vemos en el Calderón en general y a los que a él le atañen en particular. No consigo entender por qué los árbitros paran continuamente el juego, por qué se sacan tarjetas con criterios tan dispares, por qué se le pita absolutamente todo en contra de Agüero. No lo entiendo, no lo consigo, no me acostumbro, oiga.
No me acostumbro a ver cómo el Atleti de los últimos tiempos se permite tirar la toalla ante el Madrid, no entiendo cómo el equipo puede hacer la segunda parte de ayer, no sé por qué no hay nadie en ese vestuario, en el Club, que haga entender a los jugadores lo que está en juego, lo que el partido significa para la grada. No me acostumbro a ver que el espíritu de antes, la prolongación del partido que durante la semana se empieza a jugar en bares, oficinas y talleres, se esfuma en cuanto las cosas no son fáciles. No me cabe en la cabeza por qué los jugadores no comprenden lo que se espera de ellos o, mejor dicho, sí, sí que lo entiendo, y digo esto cuando hago memoria y veo que en la plantilla no hay más que un canterano y ningún madrileño y prácticamente nadie que lleve en el club más que un par de telediarios. No entiendo cómo se permite esto, no lo entiendo, no me acostumbro.
A todo esto no consigo acostumbrarme, y miren que lo intento. Y nada. No lo consigo. Tampoco consigo acostumbrarme a que los cajeros automáticos, tras darme dinero, me digan “Muchas gracias, Sra Fuentes”, pero esto es otra historia. Pero en fin, que nada, que no. Que no lo consigo. Qué rabia más grande.
20 comentarios:
suscribo punto por punto todas sus palabras "sra. Fuentes".
Ayer subiendo del Calderón con mi hermano pensábamos precisamente en el aspecto de los canteranos y lo que significaban los partidos contra el Trampas. Un simple partido de fútbol en el recreo, -un Madrid-Atleti, era jugado a muerte por aquellos que comprendían el significado de la palabra sentimiento;
Tristemente en nuestros días, y con la marcha de Torres, no queda absolutamente nadie que comprenda lo que significa el Atleti para su gente.
No comprenden nada, ¿qué van a comprender ellos..?
Tristes saludos, y aguantar la semanita que nos darán
Ni tú, ni nadie. Es incomprensible.
Lo de la previa a mí me hizo prometer que no iba a volver a un derbi. Una promesa que no cumpliré... pero sabes qué? la imagen de este derbi que no me puedo quitar de la cabeza tiene poco que ver con Pablo, Perea, ni Reyes. No hago más que acordarme de como lloraba de miedo un niño del Atleti en la puerta del bar ante la impotencia de su padre y las críticas de la gente que le recriminaban que hubiese llevado al niño al fútbol.
En Virgen del Puerto vimos de todo, hasta un hacha tirada en la puerta de la Peña, tuvimos que entrar en el bar en avalancha tres o cuatro veces y hasta la policía no sabía responder a nuestras preguntas.
¿En qué país vivimos, qué sociedad es esta que los niños ya no pueden ir al fútbol con sus padres?
Más tristes saludos
Helena
Dia triste, sin duda. Yo llevaba sufriendo desde la mañana: ansiedad.
Ya no sabe uno de donde sacar ilusión cuando se acerca un partido así...
Creo que estaba preparado para aceptar que nos ganaran bien, es decir, como pudo habernos ganado el Valencia en la segunda parte. Pero que nos vuelva a suceder el coctel habitual es superior a mi: jugada rara + fallo tonto + gol a cada ocasión (incluso sin que sea demasiada ocasión) + dominio y jugadas de gol + postes y paradas del portero contrario + segunda parte de brazos caidos, incluso + penalty no pitado...
Yo que sé... estoy tocado, como imagino lo están ustedes.
Y, encima 0-3. Me explico:
Que (por primera vez en su carrera) Pablo decida no despejar un balón a fuera de banda, gol.
Que nadie intercepte el balón en el corner, e incluso Abbiati la pare "hacia dentro", gol.
Pero el otro gol, ese si que duele, ese si que jode: el gol que nos metieron en verano encasquetandonos a ese mequetrefe apedillado Reyes, !eso si que es un golazo!
Lo que se deben estar riendo algunos...
Animo a todos:
- La primera vuelta empezamos igual.
- Motta es bueno, muy bueno para el equipo.
- Agüero sigue que se sale.
- Maxi mejorará mucho en la segunda vuelta.
- Forlán seguirá marcando.
¡ A por la copa!
Yo no me acostumbro a leerte semana tras semana siempre nada más despertar y dejarme los ojos 5 minutos en leer un tocho que se puede resumir en 3 lineas.
Pero oiga; eres el mejor periodista del atleti de largo y da gusto leerte.
¿Sabes a lo que no me acostumbro yo? A tener que ver todos los putos años en este partido a mi hermano, que tiene ya 32 años, llorando de rabia en silencio cuando se va agotando el partido. Sin sollozar, pero con lágrimas como puños.
Y el otro hijo de la gran puta riéndose de nosotros en su casa con la maqueta de La Peineta.
Yo también siento como el que mas lo que pasó ayer, pero joder sergio medina, tómate un puleva o algo, por el amor de dios, que te va a dar un chungo. Y a tu hermano también. Un poquito de relax. Un poco de cordura, amigos.
Que pocas ganas veo de comentar. Está la peña jodidilla, vamos.
Tan magnifica crónica, tan bien expresada nuestra frustación, nuestra estupefacción, nuestra ira, y nadie dice nada.
Dª. MJ Navarro, saque su látigo.
D. Jesus, desahoguese, discuta con nosotros, anímenos hombre.
De verdad, a pesar de lo cierto de cuanto expresa D. Carlos, ¿nadie pensó durante la primera parte, que ibamos a remontar? ¿nadie lanzó algo por el aire cuando el poste del Kun?
Venga, venga, que tenemos equipo!
No un equipo compensado, o bien parido, pero tenemos equipo. Y hasta diría (tal vez me esté pasando) que tenemos entrenador (hay, hay, hay, me arrepiento, me arrepiento...).
Aupa Atleti!!!
Yo no Ismael. Salvo un comentario irónico en el descanso (me siento en el fondo norte) de que íbamos a ver los cinco goles en la misma portería, no tuve en ningún momento la sensación de poder remontar el partido.
Soy consciente de que ese fatalismo tiene poco que ver con razones objetivas que tú has enumerado muy bien y sí con la pesadumbre de darme cuenta que se repetía lo de todos los años. La derrota.
Coincido en lo de la crónica. Magnífico relato de las sensaciones y los sentimientos más allá del juego de cada uno de los dos equipos.
Un saludo descorazonado. Mañana será otro día. No sé a usted, pero a mí me están breando....
Helena
Sr Fuentes,
Pues mire, después de leer su maravillosa crónica escrita con el corazón, puedo explicarme como en un día negro por lo ocurrido ayer, en el que todos estamos igual de jodidos, usted ha vuelto a conseguir que me sienta un poco mejor e incluso que haya esbozado alguna sonrisa
Gracias maestro, un placer y un honor leerle como siempre
Estoy en ello, D. Ismael. Me están limando las uñitas y en cuanto acaben las señoritas del salón de belleza, me pongo a ello. Hoy, eso sí, sin manicura francesa, que acaba en tono níveo y me da repeluco...
A todos nos brean, doña Hele. El pais está lleno de Vikingos de... (la educación que impera en este blogg, me impide calificarlos). Aunque no este en el foro, me acosan, me acosan.
Pero hay que levantarse, y ahora viene la Copa. Dios nos libre de un tropezón ante el Valencia.
Yo, por si no lo saben, vivo por Valencia, y eso no lo soportaría.
¡Me da escalofrios de solo pensarlo!
Hay que levantar el ánimo, al menos entre nosotros.
¡Como espero el zarpazo de doña MJ Navarro!
Ante la adversidad, humor, humor.
Una cosa le voy a decir al arrendador: le he pillado. Le tengo calado, oiga. Tiene Vd la misma táctica que el Programa Mundial de Alimentos para con Tanzania, es decir, recortar las raciones. El día del Sr. de Pontevedra se gastó Vd con la parroquia dos mil ciento setenta y nueve palabras. La jornada de Copa contra el Valladolid en Pucela fueron mil quinientas noventa y tres. El derbi se lo ha ventilado en mil cuatrocientas. Qué digo mil cuatrocientas: mil trescientas noventa y una. Tacaño, oiga. No se puede militar más en la usura.
Voy a decirle otra: a mí me gusta mucho que venga esa pandilla al Calderón. Sí, me gusta que venga el Madrid, qué pasa. Y me gusta por varias reflexiones que me hago siempre que sucede y que comparto en voz alta con Vd: a) pues debe ser que estamos en Primera, sí. b) el Calderón sigue pie, sí. c)otro año más a pesar del palco. d) efectivamente, no. Ese no sería jamás mi equipo.Sin acritud, pero nunca.
Otra más le digo: coincidí hace bien poco en una cola en Atocha con Casillas. Él delante y yo detrás, con una carga en la maleta que me provocaba un rictus parecido al de Víctor Zabala, “Arteondo”, levantador de piedras. Además de ser un sieso con un japo bajito que le pidió una rúbrica, no hizo ademán alguno por socorrer a una señora de mediana edad que trataba de domeñar su bulto. Si llega a ser Christian, se lo digo yo, la cosa acaba bien distinta: Abbiati se daría la vuelta para encontrar un boli y firmarme en el canesú mientras el japo me robaba la Samsonite. Dónde va a parar.
Y una final, aunque me cueste: tiene Vd razón. Me sobresaltan mucho las piedras, las carreras y el sonido de las bolas de goma. Me da vergüenza que pasen cosas así cerca de mi casa y con niños presentes. Y le digo más: no me gusta que se insulte a Guti. Yo, que voy al Calderón como la que va al Condado de Berkshire en tarde de jaleo en Ascot, preferiría que alguien, desde la banda, muy educadamente, le susurrara, asomado al banquillo: qué gasto tan excesivo e innecesario en peluquería.
He de reconocer que no siempre llego al final de sus crónicas por la extensión de las mismas, pero en esta ocasión he leído hasta la última coma y le felicito.
Que razón tiene y que pocos visos tiene el asunto de solucionarse (en lo que a los derbis atañe).
Hacer un equipo de cantera o con sentimiento atlético es algo que no volveremos a ver en muchos años (y si lo vemos).
Lo de Agüero es una persecución, es increíble ver como un delantero puede acumular más faltas cometidas que sufridas.
Un saludo y a ver si el miércoles son capaces de hacernos olvidar...
Hoy no estoy muy optimista, don Ismael, lo lamento. No ya por el partido de ayer, porque para mi el partido contra los vikingos no es el más importante del año. Me siento un poco como el Maestro, me jode y no termino de acostumbrarme, pero me inquieta más el futuro inmediato que la nueva exhibición de Casillas, Pablo y los palos. Simao baja para diez días, Raúl García (sí, Raúl García) se ha roto finalmente: baja para doce días, además de dos partidos de sanción en UEFA (se pierda la ida y la vuelta ante el Bolton). Así las cosas, bajas seguras para pasado mañana en Mestalla (partido mucho más importante que el de ayer): Simao, Raúl, Leo, Jurado, Seitaridis y Ze Castro. Para el partido liguero de Mallorca, estos seis y, además, Maxi y Antonio López por cumplir ciclo de amarillas. Creo que, finalmente, habrá que fichar. Y no estoy seguro de lo que me da más miedo...
Forza Atleti!!
PD: Esta Navarrich cuenta palabras para aliviar las penas. ¡Qué tía!
grcs x ls comntrios laudatorios (nota: ante el aluvion de criticas por la extension de mis articulos, he decidido hablar en lenguaje sms; no he conseguido encontrar una abreviatura legible para "laudatorio", y es que uno es pedante hasta por movil y no lo puede remediar. No escribo con tildes por acceder desde un teclado barbaro, ruego se me excuse)
x cirto, lo q indik jesus me rsult atrrdor
D. Jesús, acaba Usted de romper mi forzada paz interior ¡Dios mio!
D. Carlos, una sugerencia: Háblenos Usted con el idioma "Silbo", redacte en él, sea bravo...
Solo así, escapará de "La Navarro" de forma airosa.
Y aún, puede que le encuentre el modo de soliviantarlo. Es capaz la MJ, es capaz.
Perdone, pero mantengo una profundísima relación de amistad con D. Rogelio Botanz, educador y profesor de silbo en La Laguna, Tenerife...no le digo ná, pero algo digo...
Esta las mata callando...
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