martes, 1 de enero de 2008

Recopilando (que es gerundio) - y II

Capítulo 3: De cómo y a qué juega el Atleti 2007 – 2008 (hasta la fecha)

Sé que este capítulo les interesa. Sé que quieren saber a qué juega el equipo, cómo se le puede catalogar, en qué categoría cabe. Lo sé. Yo también querría saberlo. ¿A qué juega el equipo? Ni idea.


¿Es el Atleti un equipo sólido que defiende y ataca en bloque? Pues no, la verdad. ¿Juega replegado y sale rápido tras robar el balón como consecuencia de un pressing infernal? Estooo …. no, creo que no. ¿Juega cerrado y al patadón para que sus delanteros hagan un roto? Hombre, no, tampoco. ¿Hace un fútbol preciosista de toque y control? No, eso no, si acaso a ratos cuando se juntan tres o cuatro de los buenos. ¿Hace un fútbol rocoso de presión y dientes afilados? Pues tampoco, no, vamos, no siempre. ¿Demuestra tener una serie de movimientos memorizados y mecanizados, como algunos equipos grandes? Pues mire, qué quiere Vd que yo le diga, pues no. ¿Hace un poco de todo lo anterior, casi según se tercie, según pinte el equipo contrario? ¡Sí! ¡Eso! Bueno, no sé, depende, hay partidos en los que se ha jugado así, otros no, a veces se ha salido a por todas, otras veces se han echado los jugadores atrás a la mínima. Yo no sé a qué juega el Atleti, aunque eso tampoco quiere decir nada.

Que el Atleti no tiene un estilo definido de juego parece algo claro. Quizás cambie según los partidos, quizás improvise. Tiene una tendencia preocupante a echarse atrás cuando tiene una mínima ventaja en el marcador que le hace jugar encerrado durante muchos minutos (y eso que parece que últimamente lo hace menos). Esto ha permitido que contra el Atleti hayan jugado bien varios equipos con más facilidad de la que se presupone a un equipo con aspiraciones. Lo hizo bien el Barça, contra quien se jugó bien mientras se jugó al ataque; luego cambió la mentalidad, el Barça acabó sesteando y si llega a acelerar nos hace un roto. En casa jugaron bien el Sevilla, y el Villarreal y el Valladolid, y también el Getafe. Con once, jugó bien el Espanyol y nos metió en nuestro campo, sin muchas ideas para sacar el balón. Todos estos equipos marcaron varios goles al Atleti, que sólo ha conseguido encajar pocos goles contra equipos de poca pegada.

La delantera del Atleti sí funciona y gracias a eso el equipo consigue meter goles suficientes para contrarrestar el acierto de los rivales. En cuanto hay buenos delanteros enfrente, el Atleti sabe que le van a marcar y fía por tanto toda su apuesta a su potencial ofensivo. Hacerle un gol al Atleti no parece complicado, y en varios partidos se ha llevado goles con relativa facilidad. No es el Atleti un equipo al que haya que dominar y doblegar durante muchos minutos para crearle una ocasión; éstas llegan así, de repente, en un balón tonto sobre el que los defensas no consiguen ponerse de acuerdo, dale tú, no tú, no, casi tú, mira a mi me da igual, dale tú si eso, de esto no vamos a hacer un problema, el doy yo y ya está. Gol. Vaya. Si el balón viene de un corner o una falta, ni les cuento ya.

La plantilla del Atleti, que no es mala pero es rara, provoca estas cosas. Coexisten jugadores de talento con otros que no lo tienen. Hay multiusos comprometidos, tipos de carácter, tímidos sin remedio y jugadores que carecen del don de hacerse entender por sus compañeros. Hay una fuerza de la naturaleza en un momento excelente, como Agüero. Hay tres tipos que serían titulares en muchísimos equipos: Raúl García, Forlán y Maxi. Hay también tipos con talento y la capacidad de demostrarlo como Simao. Entre estos tienden a sacar las castañas del fuego y éste parece ser a veces el estilo de juego del Atleti: darle el balón a los buenos para que formen un lío. Pero junto a estos juegan tipos inestables, trémulos y despistados, tipos con tendencia a tomar las peores decisiones en los peores momentos, defensas que despejan flojito hacia el pie del delantero rival, interiores sólo pendientes de devolver la patada que hace un rato recibió o de enmendar sus propios errores con una tarjeta amarilla en mal momento. Una plantilla demasiado dispar como para optar por un modelo claro, al menos en el poco tiempo que llevan juntos. Esa también puede ser una medida que el Club desprecia desde hace años: mantener a los jugadores, reforzar los puestos que parecen clave, retener a los buenos y dar de baja a los que no lo son tanto siempre y cuando sea para traer a alguien mejor; en definitiva, seguir una política deportiva lógica.

Capítulo 4: De entusiastas, escépticos y pesimistas. De todos, oiga (y también Vd, sí).

De todo hay, sí, de todo. El Atleti de hoy da lugar a muchas opiniones, muchas.

Los optimistas, casi entusiastas últimamente, lo ven casi todo bien y uno no sabe si es por su naturaleza positiva o porque llevaban años hartos del esperpento y en cuanto han visto un poco de lo que sería natural en otros tiempos lo ven todo de color de rosa. Los optimistas se aferran a la capacidad goleadora del equipo, al talento del Kun y el criterio y capacidad de trabajo de Forlán, a la solidez de Maniche y Raúl García y al talento de los interiores. Separan el grano de la paja y sólo se quedan con las jugadas de mérito, los goles espectaculares y las rachas de goleadas y victorias, que no es poco. Cuando piensan en las últimas tardes en el Calderón piensan en el placentero momento de salir del estadio tras una victoria, escuchando los gritos por los pasillos. De su memoria borran los errores defensivos y la frecuente sensación de despiste general, y tiran de estadística sólo para hablar de uno de los equipos más goleadores de Europa, de una pareja de delanteros de leyenda, de goles de falta que hace años que no veíamos, del Golden Boy. Los optimistas, cree uno, tienen algunos motivos para serlo.

Los hay también pesimistas. Estos ven una primera vuelta aceptable que nos deja quintos, que no es lejos de donde estábamos hace un año por estas fechas. Recuerdan que durante los últimos años también se ha pasado la mayor parte de la temporada en puestos de UEFA y casi Champions para luego, en ese tramo final de liga tan negativo últimamente, quedar para la Intertoto. Los pesimistas aceptan que el equipo es mejor que el año pasado, pero advierten de la cortedad de la plantilla, con pocos efectivos en puestos claves (delantera, medios centros, centrales) que tendrán que jugar muchísimos partidos en el año. Se lamentan de que las plazas de extranjeros las ocupen la pareja artística Eller-Cléber, de que no haya un centrocampista pensador y lanzador, de que los defensas no hablen el mismo idioma entre ellos. Algunos les acusan de no ser capaces de disfrutar del momento por culpa de esa tristeza que les invade al ver cómo está gestionado el Club en los últimos tiempos, y en esto no les falta razón a unos y a otros. De su memoria borran los grandes goles y las jugadas trenzadas que hace años que no veíamos, y tiran de estadística sólo para hablar de derrotas contra los cuatro primeros, de los pocos goles marcados fuera del Calderón y de la cantidad de minutos que llevan Forlán, el Kun o Raúl García. Los pesimistas, cree uno, tienen algunos motivos para serlo.

En algún punto intermedio estamos los escépticos. Tomistas (pero del apóstol), preferimos esperar a los acontecimientos porque vemos elementos que invitan al optimismo y otros que invitan a lo contrario. Miramos de reojo a los otros equipos y vemos que algunos de los que se presumían rivales a batir, como Valencia y Sevilla, han perdido muchos puntos; otros, como Espanyol y Villarreal, parece que dan muestras de no ser infalibles. Madrid y Barça nos parecen lejos de nuestras posibilidades. Vemos cómo nuestros mejores jugadores empiezan a acusar la cantidad de partidos jugados y eso nos preocupa, pero confiamos en que la juventud de unos y la profesionalidad en los entrenamientos de otros puedan compensar la paliza física. Vemos que la clasificación de este año no es muy diferente a la de otros por estas fechas y eso nos rebaja el optimismo, pero sabemos que lo que se ha conseguido se ha hecho de forma más brillante y esto nos rebaja el pesimismo. No borramos nada de nuestra memoria e intentamos dar a las cosas su justa medida para llegar a conclusiones racionales, no marcadas por la euforia o por la urticaria que nos produce el palco. No tiramos de estadística más que para sacar conclusiones, y en ningún caso para reforzar deseos. Los escépticos, creo yo, tenemos algunos motivos sólidos para serlo.

- Ya estamos. Total, que no se moja Vd.

- Pues mire, dos cosas: la primera, que si busca Vd alguien que le diga cuál debe ser su opinión, mejor vaya a la calle del Prado y pregunte por la sede de la Iglesia de la Cienciología. Y segunda, que sí que me mojo: yo creo que el Atleti acaba tercero o cuarto, que uno es escéptico pero ve algo de luz al final del túnel. Hala.

Feliz 2008 a todos. Y Forza Atleti.

8 comentarios:

Manchego Curado dijo...

¿Ya? ¿Eso es todo? Le noto a Vd. como con prisa...

ISMAEL dijo...

Y yo que me había tomado unas vacaciones, para tener tiempo de leer su crónica... ¿Ya está?, Bueno, bueno...
En cuanto al prólogo este que ha escrito Vuecencia, tan sólido, tan sagaz, tan perspicaz, tan mordaz como de costumbre (lo siento se me han acabado los calificalivos acabados en "az").
Pero le he visto un poquito con espíritu de "puede que sí, puede que no, lo más seguro es que...quien sabe".
Critique Usted, maestro.
Me gusta (y me ha sorprendido) la frase final. Tercero o cuarto, ¡ahí es nada!
Por último, déjeme que le afee algo, hombre: ni una sola mención de Aguirre: Nos deja Usted a Don Jesús y a mi sin materia de disputa (perdón por el término, que ya sé que suena raro).
Feliz 2008 (que también rima el añito con algún chascarrillo de dudoso gusto).

Manchego Curado dijo...

Yo me pedí tres meses de empleo y sueldo, pero nada..va como loco este hombre, D. Ismael..

Billie dijo...

Póngame usted en la lista de los escépticos tirando a pesimistas o de los pesimistas tirando a escépticos, ahora dudo, pues póngame también en la lista de los cartesianos.

Yo creo que una liga tan fácil no se repetirá en años. Un Barça tan débil, un Valencia tocado y hundido y un Sevilla endiosado con la champions y descabezado sin su mister. He ahí, junto con los vecinos de castellana, a los que deberían estar en los puestos champions.

El Atleti por lo que tiene y lo que hace está bien donde está. Champions es lo menos que debemos pedir teniendo en cuenta el percal. Sabiendo jugar fútbol deberíamos ser segundos y con opciones.

Ahora bien, ¿mejorará el Sevilla? ¿sabe lo que se hace Koeman? ¿aguantará el Espanyol? Con todo ello sufro.

Mire qué tres partidos vienen. ¿A qué somos capaces de no ganar ni uno? Pues ahí sufro más.

Rubén Uría dijo...

Hola a todos. Ya está disponible el Ranking de Blogs de Fútbol Diciembre 2007. Un saludo para todos y feliz año!

Sergio Medina dijo...

Con Maniche en el equipo y comprometido yo estaría en el carro de los optimistas, pero sin él y con Cleber soy el primero de los pesimistas.

Alex Moulet dijo...

Yo estoy con Sergio, lo de Maniche si no se trae un refuerzo va a ser muy duro.Si Raúl se constipa la liamos.
Además, ¿como no ser pesimista con ese cáncer en el palco? a ver el día 14 si tenemos un motivo de esperanza.

Anónimo dijo...

Yo soy de los escépticos. Y más en partidos como los de ayer. Si nos toca un Villarreal o un Espanyol en Copa (de un Madrid o un Barça ni hablamos)¿van a jugar los de ayer...?
No hay banquillo y eso queda de manifiesto.
Por cierto, creo que el Atleti sí tiene un patrón: ataca bien y a oleadas y defiende mal y a trompicones.